- La vida está llena de molestias, pero a algunas personas les resulta más difícil afrontarlas que a otras.
- Si no se controla, la impaciencia puede convertirse en problemas de ira y, en última instancia, puede dañar tu salud.
- La psicóloga Sarah Schnitker le explicó a CNN cómo se puede controlar realmente los sentimientos de impaciencia.
La vida está llena de molestias y algunas personas luchan más que otras por ser pacientes. Es importante tener en cuenta que la impaciencia puede convertirse en ira y puede tener un impacto perjudicial en su salud.
Sin embargo, hay cosas que puedes hacer para detener la impaciencia, o la ira, antes de que cause algún daño.
Sarah Schnitker, profesora asociada de psicología en la Universidad de Baylor y autora del estudio de 2012 «Un examen de la paciencia y el bienestar«, le dijo a CNN que las personas que son particularmente impacientes a menudo están más estresadas. Por lo tanto, es más probable que sufran problemas relacionados con el estrés y problemas de salud como enfermedades cardiovasculares.
«Las investigaciones muestran que las personas que son más pacientes tienen un mayor bienestar: más satisfacción con la vida, esperanza, autoestima, emociones positivas en general. Parecen ser capaces de perseguir sus metas con mayor esfuerzo y tienen más satisfacción con el progreso de sus metas», agregó Schnitker.
Considera tus expectativas
Todo el mundo tiene momentos en los que ya no puede mantener la calma y simplemente se rompe.
«Tenemos expectativas de lo que debería ser y cuál es el momento adecuado para esperar en la fila, o qué tan rápido debería poder llegar a algún lugar, o cómo debería actuar alguien más o cómo debería sentirme», dijo Schnitker.
«Cuando se violan esas expectativas, a menudo es cuando nuestras emociones se desregulan», continuó.
En tales situaciones hay dos opciones, luchar e intentar cambiar lo sucedido, o aceptarlo como realidad. Aceptar la situación es una señal de aprender a tener paciencia.
La paciencia se puede aprender o mejorar.
«Con prácticas intencionales, podemos cultivar nuestra paciencia y hacer que sea más fácil para nosotros esperar», dijo Schnitker.
El secreto está en tu mente. Lo que elijas pensar en respuesta a un sentimiento puede intensificarlo o calmarlo. Este proceso mental es crucial para desarrollar la habilidad de la paciencia.
Para tolerar una situación que está arruinando tu estado de ánimo, debes aprender a separar los sentimientos de ira de las acciones airadas.
La reevaluación cognitiva, en la que se considera la situación desde una nueva perspectiva, es la respuesta, dijo Schnitker.
«Preguntarse qué aspectos positivos pueden surgir de esta situación negativa puede ayudarte a esperar el momento y también puede ayudarte a desarrollar la paciencia a largo plazo», dijo.
La paciencia también se puede desarrollar aumentando la fluidez emocional, «que es la capacidad de reconocer y nombrar sus emociones», continuó Schnitker.
Si cambias tu forma de pensar, cambiará cómo te sientes, pero primero, debes saber lo que sientes. La fluidez emocional facilita la reevaluación de situaciones al poder nombrarlas más fácilmente.
Al desarrollar la paciencia con las personas, es útil concentrarse en tus objetivos y en lo que quieres de esa relación. Por ejemplo, como padre, comprender que no sucumbir a una rabieta ayudará a enseñar disciplina y autocontrol a tu hijo.
Para desarrollar la paciencia, Schnitker recomienda que lo más eficaz sea practicar estas estrategias en momentos que no sean demasiado estresantes.
«Trata de ser paciente cuando el ascensor llegue demasiado lento. De esa manera, habrás desarrollado algunas habilidades para cuando llegues a una situación de mayor riesgo».
Ahora bien, estos cambios no sucederán de la noche a la mañana. Tendrás que esforzarte, pero con el tiempo verás los resultados.
Así que no olvides tener paciencia contigo mismo.
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