- Aaron Rigsby se gana la vida prediciendo y filmando fenómenos meteorológicos extremos como los huracanes.
- Se apresura a ir al lugar de los hechos para obtener imágenes de las tormentas y tornados que los medios de comunicación puedan utilizar.
- Por eso cree que es importante documentar las condiciones meteorológicas cada vez más extremas, según le contó a Hayden Vernon.
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Este ensayo se basa en una conversación con Aaron Rigsby, un cazatormentas de 28 años de Ohio. Se editó para que sea más claro.
Algo curioso es que de niño me aterrorizaban las tormentas.
Con el tiempo, ese miedo se convirtió en interés, ese interés se convirtió en pasión, y tuve la suerte de convertir esa pasión en una carrera.
En junio de 2010, un pequeño tornado azotó Marysville, Ohio, donde crecí
Ver lo que el clima extremo podía hacer encendió algo en mí y supe que quería empezar a perseguir tormentas.
Empecé haciendo fotos de los rayos y tomé un curso para aprender los fundamentos de la «observación», el proceso de observar la aproximación de clima severo, monitorear su desarrollo y transmitir los hallazgos a las autoridades locales.
Te enseñan lo que tienes que buscar: nubes de pared, nubes de estante; qué aspecto tiene cuando se acerca un tornado. Aprendí que había una manera de predecir estas cosas, y que no son tan temibles como yo las imaginaba.
La destrucción que dejan tras de sí puede ser aterradora, pero creo que es importante documentarla.
En 2013 firmé con un intermediario, Live Storms Media. Ellos comercializan mis videos a los medios de comunicación y se llevan 40% de los beneficios. Con el paso del tiempo, haría algunas ventas más cada año, pero nada significativo.
A principios de 2018 estaba compaginando el trabajo en un almacén con la persecución de tormentas
Sentía que había perdido el rumbo al dejarme absorber por algo sostenible, cómodo y aburrido. Reevalué y decidí combinar mi estilo de vida minimalista con la carrera que quería seguir.
Fue un viaje duro, pero aprendí mucho sobre lo que funcionaba y lo que no. Cuando grabo, intento ponerme en el lugar del editor y pensar en lo que me gustaría ver en los videos que capto.
Intento contar una historia, ya sea un rescate audaz, la unión de una comunidad tras una catástrofe o un video dramático que nadie haya captado.
En algún momento, en lugar de llegar yo a otras personas, las oportunidades empezaron a llegar a mí. Hace poco conseguí un trabajo en un documental gracias a una oferta así.
Cuanto mayor es el número de seguidores que consigues, más tracción tienes, y eso tiene un efecto de bola de nieve
Con mi agente vendiendo mis documentales, copias de mis fotos, y mis videos a los medios de comunicación, he podido convertir la persecución de tormentas en mi trabajo a tiempo completo.
El día a día del trabajo puede ser agitado. Puedo predecir dónde creo que va a haber mal tiempo unos días antes de que llegue. Miro los modelos informáticos en busca de las vaguadas, es decir, las caídas de la corriente en chorro que traen el aire ártico desde Canadá y atraen la humedad del Golfo de México.
Me concentro en el lugar donde creo que se van a encontrar esas dos vaguadas; un lugar donde se dan los mejores parámetros para la formación de tornados.
El día de la persecución, utilizo los datos en tiempo real y las observaciones de superficie para ajustar mi zona objetivo. Si se están formando varias tormentas, tengo que decidir cuál va a producir tornados, granizo grande o cualquier tipo de estructura que quiera fotografiar.
Mientras me preparo también planeo rutas de escape
Los tornados pueden hacer movimientos repentinos y los tornados satélites más pequeños pueden tocar tierra antes del principal. Cuando se acercan, hay que tener el ojo puesto en el cielo. Lo mismo ocurre con los huracanes. Es un riesgo muy calculado: lo último que quieres hacer es convertirte en parte del problema y quitarle recursos de emergencia a los demás.
Luego, una vez que empiezas a grabar, tienes que subir tu video rápidamente. Los videos de otros cazadores de tormentas en redes sociales pueden ser inferiores a los tuyos, pero el negocio puede ser despiadado. No es raro que esté editando uno mientras sigo grabando. Tengo un flujo constante de material.
He estado en algunas situaciones peligrosas
La peor fue el huracán Harvey en Rockport, Texas, en 2017. El huracán estaba casi inmóvil y produjo vientos de 209 kilómetros por hora durante más de una hora.
Nuestro hotel no pudo soportarlo y el viento arrancó la pared del tercer piso, la del cuarto y parte de la del segundo. En un momento dado, podías apoyarte en la pared y sentir cómo se balanceaba el hotel.
Se movía tanto que el agua de la taza del inodoro se agitaba de un lado a otro. Cuando el ojo del huracán pasó por encima de nosotros, fue lo más hermoso y aterrador que he visto nunca.
Salimos al exterior y cuando miramos hacia arriba, pudimos ver las estrellas, la Vía Láctea y el «efecto estadio», con los relámpagos iluminando el muro de nubes que rodeaba el ojo de la tormenta.
He visto los efectos de la crisis climática de primera mano. Desde 1992 hasta 2018, ningún huracán de categoría cinco había tocado tierra. La categoría cinco es el nivel más alto de intensidad, con vientos sostenidos de más de 252 kilómetros por hora.
Pero de 2018 a 2021, tuvimos huracanes consecutivos de categoría cinco que tocaron tierra, uno de ellos impactó indirectamente en Estados Unidos y otro golpeó las Bahamas. Además de eso, hemos tenido múltiples huracanes de categoría cuatro que han tocado tierra, incluyendo Laura, Ida y María.
El contraargumento es que estas cosas vienen en ciclos, pero estos ciclos parecen estar acelerándose.
Mucha gente cree que la persecución de tormentas es perseguir catástrofes, especialmente cuando te beneficia
Los eventos de gran impacto impulsan el mercado, pero no me gusta ver los daños, ver a la gente perderlo todo. Me siento culpable cuando vuelvo a casa y duermo en mi propia cama, pero la gente tiene que ser consciente de los fenómenos meteorológicos extremos, sobre todo si van en aumento.
Creo que mostrar el poder de estas tormentas es una manera de concientizar a la gente para que se tomen más en serio los próximos fenómenos meteorológicos extremos.
Llevo más de una década persiguiendo tormentas. Los videos nunca le hacen justicia, por mucho que lo intentes. La tormenta en sí misma es solo una pequeña parte de lo que ocurre: cuando puedes ver todo el cielo girando y rotando, es una experiencia de otro mundo.
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