- Greta Thunberg, una activista adolescente de Suecia, es el rostro del movimiento juvenil por el clima.
- Un nuevo documental reveló que Thunberg no habló con nadie ajeno a su familia durante tres años antes de su ascenso al escenario mundial.
- Desde 2018, Thunberg se ha dirigido a la ONU, al Congreso de Estados Unidos y el Parlamento del Reino Unido. También se ha reunido con innumerables líderes mundiales poderosos.
- Thunberg tiene el síndrome de Asperger, al que atribuye parcialmente su feroz naturaleza activista.
Greta Thunberg, una de las activistas climáticas más destacadas del mundo, ha hablado en cumbres de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y se ha dirigido a parlamentos en el Reino Unido, Francia y otros países. También conoció a Barack Obama y al Papa.
Pero un nuevo documental llamado “I Am Greta” reveló que Thunberg no habló con personas ajenas a su familia durante tres años.
“Lo llaman mutismo selectivo”, dijo el padre de Thunberg, Svalte, en la película, que estrenó el 13 de noviembre en Hulu. “No habló con nadie más que conmigo, mi esposa y su hermana pequeña durante tres años”.
Thunberg tiene el síndrome de Asperger, al que ella llama su “superpoder”. Los niños pequeños con Asperger pueden desarrollar mutismo selectivo, hablando solo con personas con las que se sienten cómodos, como sus familias, pero no con extraños.
“No me gusta tener conversaciones triviales con la gente o socializar”, dijo Thunberg en el documental. Agregó, “a veces me quedo callada durante horas simplemente porque no puedo hablar”.
“Estaba enferma. Casi me muero de hambre.”
Desde 2018, Thunberg se convirtió en el rostro de un movimiento climático juvenil de más de cuatro millones de personas. Ella inició el movimiento “Fridays For Future” —o huelga escolar por el clima, como dice en sueco su ahora famoso cartel. En marzo de 2019, Thunberg llevó a más de un millón de estudiantes de todo el mundo a abandonar las clases de los viernes para protestar por la inacción sobre el cambio climático.
Luego, en septiembre de ese año, encabezó una huelga climática mundial que incluyó a cuatro millones de personas en 161 países, la mayor protesta contra el cambio climático de la historia.
Thunberg había estado pensando en el cambio climático —y la falta de acción para frenarlo— desde los ocho años. Tres años después, dijo, se deprimió por la tarea aparentemente imposible de salvar el planeta.
“Vimos una película en la escuela. Había osos polares hambrientos, inundaciones, huracanes y sequías”, contó Thunberg en el documental. “Y los científicos dijeron que no nos quedaba mucho tiempo para cambiar nuestro comportamiento”.
Ahí fue cuando aparecieron la ansiedad y la enfermedad.
“Dejé de comer. Dejé de hablar. Estaba enferma. Casi me muero de hambre”, dijo.
El padre de Thunberg narró que ella no asistió a la escuela durante un año en ese periodo.
A partir de ahí, le tomó “muchos años” comenzar a sentirse mejor, dijo en la película. Su deseo de luchar por la acción climática jugó un papel en su recuperación.
“Sentí que por qué debería rendirme cuando hay una cantidad infinita de cosas que puedes hacer para marcar la diferencia”, explicó.
Una voz para el movimiento juvenil
La génesis de la carrera de activismo de Thunberg se produjo en mayo de 2018, cuando ganó un concurso de ensayos sobre el cambio climático para el periódico sueco Svenska Dagbladet.
En diciembre de ese año, Thunberg fue invitada a hablar en la conferencia de la ONU sobre el cambio climático en Katowice, Polonia.
Fue el comienzo de su carrera como oradora.
Uno de sus discursos más famosos fue un apasionado llamado a la acción en la Cumbre de Acción Climática de la ONU en septiembre de 2019, unos días después de la huelga climática global.
Thunberg reprendió a los líderes mundiales con lágrimas en los ojos: “Me han robado mis sueños y mi infancia con sus palabras vacías”, dijo.
La revista Time nombró a Thunberg como su Persona del año en 2019.
“Se siente como si hablara un idioma completamente diferente”
Thunberg dijo en el documental que a pesar de las muchas invitaciones que ha recibido para dirigirse a los legisladores, su frustración ha aumentado a medida que los líderes mundiales siguen sin escucharla.
“Honestamente, no entiendo por qué me invitan”, destacó. “Parece que todo lo que quieren es ser el centro de atención para que parezca que les importa, como si estuvieran haciendo algo”.
Durante una reunión destacada en el documental, Thunberg habló con miembros del Comité Económico y Social Europeo sobre la necesidad de limitar las emisiones de carbono. Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, habló después de Thunberg, pero no abordó la ciencia que ella había presentado. En cambio, planteó la posibilidad de regular las descargas de los inodoros en Europa.
“Se siente como si hablara un idioma completamente diferente, o como si el micrófono ni siquiera estuviera encendido”, dijo Thunberg en la película. “A veces, cuando se sientan ahí y hablan, me pregunto qué pasaría si me pusiera de pie y gritara”.
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