• ¿Cuántas oportunidades profesionales pierden los empleados que trabajan desde casa por no acudir a la oficina?
  • De lo que casi no se habla es de cómo se pierden también de la diversión, los lazos y las conexiones sociales.
  • A medida que cada vez hay más personas que ya están en las oficinas, quienes trabajan en remoto sienten que se pierden algo.

«Anuncio que llega a las 16:00 horas», decía el mensaje de Slack. Sentí un repentino escalofrío. ¿Qué podría ser? ¿Una nueva contratación, tal vez? ¿Una reorganización del equipo, tal vez? ¿Algo que ver con las fiestas navideñas y la oficina?

Los minutos pasaron hasta que finalmente oí el agradable sonido de una notificación; emocionada, cambié de pantalla. «¡Encuesta oficial para organizar una hora feliz en Nueva York! ¿Qué noche de diciembre funciona mejor?».

Oh. Otra fiesta de la oficina a la que no asistiré.

Permíteme que me explique: trabajo desde casa a tiempo completo —con mucho gusto, debo añadir— desde mi apartamento en Boston. Mis compañeros se encuentran en su mayoría en la sede de mi empresa en Nueva York y, durante la jornada laboral, las salas de chat grupales de la oficina virtual son mi principal vía de comunicación con la humanidad. 

Este anuncio de las 4:00 pm fue un recordatorio demasiado doloroso.

«Aunque el trabajo en mi oficina no es precisamente divertido, mis compañeros sí lo son»

A nivel intelectual, me doy cuenta de que es una tontería sentir miedo a perderse las reuniones de trabajo a las que no puedo ir. Pero, como en el colegio, no puedo evitar sentir una punzada de tristeza por no estar incluida en la vida social de la oficina, especialmente durante esta época del año tan social. El trabajo no es precisamente divertido, pero mis compañeros sí lo son, y quiero salir con ellos.

En el punto álgido de la pandemia del Covid-19, cuando tanta gente estaba atrapada en casa, el miedo a quedarse atrás por el trabajo a distancia era inexistente. Hacías tu trabajo, charlabas con la gente en Google Meet y tal vez asistías a una llamada por Zoom de vez en cuando. No era genial, pero era una novedad. Y además, todo el mundo lo hacía.

Pero ahora que un mayor número de empleados ha vuelto al trabajo en persona, hay que pasar buenos ratos, y los empleados que trabajan desde casa se están dando cuenta. Alrededor de 20% de los que trabajan desde casa están preocupados por perderse la diversión que supone estar en la oficina junto a sus compañeros, según datos facilitados a Business Insider a partir de una encuesta de LinkedIn.

Entre ellos se encuentra Erin Dixon, ejecutiva de cuentas de relaciones públicas. Dixon vive en los suburbios de Boston y hace poco aceptó un trabajo en una agencia de las afueras de Washington D.C.. La mayoría de los días, Dixon disfruta trabajando desde casa; sin embargo, también se describe a sí misma como una persona «súperextrovertida», y a veces lamenta su falta de conexiones sociales con sus compañeros, la mayoría de los cuales trabajan juntos en una oficina dos días a la semana.

El mes pasado, su empresa organizó un Oktoberfest para los empleados. «Yo fui la que se unió a la llamada de Zoom con el kit para hacer pretzels que me habían enviado, pero no apareció nadie», señaló. «Todos los demás estaban en la oficina divirtiéndose y bebiendo cervezas».

Dixon trató de ver el lado positivo. «No creo que me sintiera así si no me cayeran tan bien mis compañeros y pensara que realmente nos llevaríamos bien en persona», apunta.

En el trabajo, la diversión, como las fiestas navideñas, no es frivolidad

Se ha escrito mucho sobre lo que los empleados que trabajan remotamente pueden perderse por no trabajar en persona, como las oportunidades de establecer vínculos, desarrollar mentores y recoger nuevas ideas a través de encuentros fortuitos.

Sin embargo, se habla menos de la diversión y las conexiones sociales que se pierden: la catarsis que supone una buena sesión de quejas sobre el jefe a la hora del almuerzo, las conversaciones sobre los hijos, las parejas y las cosas de la vida, y las bromas tomándose algo después del trabajo.

A primera vista, estas interacciones tienen poco que ver con el trabajo. Y, sin embargo, son la base de la cohesión social que hace que el trabajo de la gente sea más fácil y agradable.

No es poca cosa: las investigaciones demuestran que tener vínculos fuertes en el trabajo nos hace más productivos, comprometidos y felices. Puede que tus compañeros de trabajo no sean las personas que elegirías para pasar el tiempo, pero llegan a desempeñar un papel importante en tu calidad de vida en general.

«La diversión no es superflua», afirma el científico del comportamiento y autor Mike Rucker. «Pasamos gran parte de nuestras horas de actividad en el trabajo. Y con el tiempo, si no te diviertes o no sientes una conexión con los compañeros de trabajo, podrías preguntarte: ‘¿Por qué estoy haciendo esto?’ Y puede que decidas dejarlo».

Sin embargo, cada vez está más claro que los trabajadores remotos a tiempo completo habitan un reino totalmente diferente al de sus compañeros que van a la oficina.

Según una encuesta reciente realizada a 1,000 trabajadores remotos, 41% de los que trabajan desde casa solo interactúan con un puñado de compañeros de trabajo cada día y tienden a tener menos conversaciones no relacionadas con el trabajo con sus compañeros.

Datis Mohsenipour, un ejecutivo de marketing afincado en Vancouver, es un buen ejemplo.

Hasta hace poco, trabajaba a distancia para una organización en el otro extremo de Canadá, en Terranova. Aunque sus colegas no acudían a la oficina debido a la pandemia, tenían reuniones mensuales en persona y celebraciones trimestrales, a las que Mohsenipour acudía virtualmente.

Recuerda que intentaba —sin éxito— participar en las conversaciones; veía y oía las risas de los compañeros en su pantalla, pero rara vez participaba en la broma.

«La gente era muy acogedora», dice, «pero yo siempre me sentía como un extraño».

Mohsenipour dejó la empresa al cabo de nueve meses y volvió a su antiguo empleo. La falta de conexiones sociales no fue la única razón de su marcha, matiza, pero fue un «factor que contribuyó».

No más FOMO

Sin duda, no todas las personas que trabajan desde casa experimentan el miedo a quedarse fuera (FOMO). Francamente, yo no lo siento la mayoría de los días. El trabajo a distancia es bueno para mi vida, mi familia y mi trabajo y, a pesar de los inconvenientes, prefiero trabajar a distancia que en cualquier otra situación.

Sin embargo, como trabajo a tiempo completo desde casa, este sentimiento de alienación es inevitable de vez en cuando. Por suerte, hay formas de superarlo, según comenta Suzanne Wylde, una coach de liderazgo con sede en Londres. 

En primer lugar, Wylde aconseja aislar la emoción. ¿Echas de menos socializar con los compañeros o socializar en general? Si se trata de lo primero, intenta ponerte en contacto con las personas con las que trabajas para realizar llamadas telefónicas individuales o eventos virtuales como un trivial, y, si está dentro del presupuesto de viajes de tu empresa, haz planes para hacer visitas periódicas. 

Pero si se trata de una falta de interacción social en general, Wylde recomienda aprovechar las ventajas y la flexibilidad de tu estilo de vida de trabajar desde casa. Disfruta de tiempo extra con tus amigos, hijos y mascotas; toma una clase de yoga en mitad del día; o apúntate a un voluntariado en tu comunidad. (Y de paso, haz una lista de todas las cosas que odias de trabajar en una oficina: el olor de la nevera, para empezar, o tu infernal viaje al trabajo).

Por último, siempre que aparezca el miedo a quedarse fuera, recuérdate que puedes hacer un cambio si lo deseas. «Lo que te va bien ahora no tiene por qué ser para siempre», señala Wylde. «Puedes volver al trabajo presencial algún día».

Tengo la intención de seguir todos estos consejos. Mientras tanto, estoy comprobando los horarios de los trenes de Boston a Nueva York. Tengo algunos días de vacaciones en diciembre.

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