• El 25 de julio se cumplieron 43 años del nacimiento de Louise Brown, la primera persona nacida por fecundación in vitro.
  • Desde entonces, esta técnica de reproducción se ha popularizado en gran parte del mundo, México incluido.
  • Sin embargo, en el país no hay una regulación clara sobre esta práctica, lo que deja a sus usuarias indefensas.

El 25 de julio de 1978, la humanidad vio algo que jamás en la historia había presenciado: el nacimiento de Louise Brown. Pero, ¿qué había de especial en esa mujer, que hace unos días cumplió 43 años? Ella fue la primera persona nacida por fecundación in vitro. 

Además de la persistencia de sus padres, Lesley y John —quienes se enfrentaron a críticas y señalamientos durante todo el proceso— el nacimiento de Louise fue posible, también, gracias al trabajo de tres especialistas: Robert Edwards, Patrick Steptoe y Jean Purdy. La revista Time resaltó en 1978 que la llegada de Louise fue “el nacimiento más esperado en, quizá, 2,000 años”.

En el 2019, la mujer —que actualmente tiene dos hijos nacidos de forma natural de 13 y seis años—, declaró para el diario español El País: “Es triste que 41 años después de que yo naciera todavía siga siendo un tema tabú. Hay mucha gente que no quiere decirlo en su entorno, que no lo normaliza. Es una etapa compleja y dura, en la que se necesita ayuda. Y si no lo dicen ni a sus familiares, es difícil ayudarles. Es algo muy triste… Mis padres lo hicieron así porque no tenían otra opción, pero hoy es diferente”.

Pero, ¿qué es la fecundación in vitro? La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) la define como la “técnica de reproducción asistida que involucra fecundación extracorpórea. La técnica consiste en una estimulación ovárica controlada mediante medicamentos aplicados a la mujer con la intención de obtener múltiples folículos, los cuales contienen ovocitos que serán aspirados posteriormente vía vaginal. Esos ovocitos serán fertilizados en el laboratorio (“in vitro”) y, posteriormente, los ovocitos que sean fertilizados y progresen adecuadamente, serán transferidos a la cavidad uterina”.

¿Por qué recurrir a la fecundación in vitro?

Quienes recurren a un proceso de este tipo, tienen varias condiciones características. Sin embargo, la más común es el hecho de que no lograron un embarazo luego de 12 meses de tener relaciones sexuales frecuentes sin utilizar métodos anticonceptivos en pacientes femeninas menores a 35 años o luego de seis meses de relaciones frecuentes sin uso de métodos anticonceptivos en mujeres de 35 años o mayores.

El doctor Héctor Salvador Godoy Morales, director de ART Reproducción y director de la clínica de medicina reproductiva del Hospital Ángeles del Pedregal, señala que el ser humano no es una especie fértil comparada con animales como ratones, cuyos o conejos, ya que tiene una tasa natural de embarazos alrededor de 20% mensual, mientras que las especies mencionadas pueden llegar hasta 90% de tasa de embarazos en el mismo periodo.

“Si nosotros vemos a 100 parejas de 20 a 60 años, y les pedimos que busquen el embarazo durante los días fértiles tomando en cuenta que hay espermas normales, útero normal, trompas permeables, las señoras ovulando, de 100 parejas que lo intentan en un año, 20% lo van a hacer en el primer mes, después de seis meses casi 70% lo logra, y después de un año de estarlo buscando los días fértiles con todas las condiciones normales, puede lograr el embarazo en 90%”, reveló Godoy Morales.

Según datos de la Prevalencia de Infertilidad del documento “Fertilización In Vitro: Conceptualización”, elaborado para la CIDH por Fiorella Bagnarello González, ginecóloga obstetra subespecialista en Medicina Reproductiva, 85% de las mujeres logra embarazarse en un año; entre 5 y 15% de parejas aparentemente normales se embarazan en los siguientes 12 meses de intentarlo, así que para 24 meses, 95% de las parejas se logran embarazar. 

El mismo texto añade que el tiempo necesario hasta la concepción en parejas que logran el embarazo se resume así: en tres meses, se embaraza 57%, en seis meses, 72%; en un año, 85% y en dos años, 93%.

Ante este panorama, Godoy Morales se hace un par de preguntas: ¿por qué me queda cerca de un 10% si aparentemente todo es normal pero no logró el embarazo? ¿Y por qué unos se embarazaron en enero, otras en julio y otros hasta diciembre?

“Esto es una selección natural. El ser humano es altamente especializado y visto desde el punto de vista de la biología, debe ser un producto casi perfecto. Entonces, por eso la gente, cuando intenta un año de estar buscando el embarazo debe acudir a ver a un especialista porque llegan a tener, por definición, una enfermedad que se llama infertilidad. Entonces, aquella pareja con factores normales que está buscando el embarazo durante un año y no lo logra, ya tiene infertilidad. Es una definición establecida por la Organización Mundial de la Salud”, aseguró.

México no tiene legislación en la materia

México carece de una legislación específica en la materia. El más reciente intento de elaborar una legislación fue una iniciativa presentada en el Congreso de la Unión a finales de 2018.

La propuesta se presentó el 20 de noviembre de 2018 por la entonces senadora Olga Sánchez Cordero, cuya iniciativa con proyecto de decreto proponía reformar y adicionar diversas disposiciones de la Ley General de Salud en materia de Reproducción Humana Asistida.

Actualmente, solamente el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) dan ese servicio a sus derechohabientes, además de que el Instituto Nacional de Perinatología “Isidro Espinosa de Los Reyes” brinda más de 12,000 consultas de la especialidad al año y forma especialistas en biología de la reproducción.

Ante ese panorama, la propuesta pretendió hacer tema de salubridad general la reproducción asistida.

La iniciativa resalta que, actualmente, en México, los establecimientos que ofrecen servicios de reproducción humana asistida con apego a los más altos estándares internacionales médicos y éticos, coexisten con otros que apenas si reúnen las características mínimas para operar. 

Estos últimos no únicamente juegan con el legítimo anhelo de las personas de poder lograr un embarazo sino también con el hecho de poner en peligro su vida, y todo ello se debe a la falta de una regulación específica.

El documento añade: “La falta de regulación no afecta únicamente a quienes se someten a las técnicas de reproducción humana asistida; también pone en estado de indefensión a quienes aplican servicios de calidad. Aquellos especialistas certificados en biología de la reproducción -o alguna otra especialidad afín- que no cuentan con seguridad jurídica en el ejercicio de su profesión”.

Datos del ranking de la Red Latinoamericana de Reproducción Asistida (Redlara) indican que Brasil encabeza la lista de países que realizaron más fecundación in vitro, inseminaciones artificiales y transferencia de embriones en la región, con la llegada al mundo de 83,000 bebés brasileños en 25 años, seguido por Argentina con 39,366 nacimientos y en tercer lugar México, con 31,903 alumbramientos por esta vía.

Redlara es una organización científica y educativa que agrupa y regula centros en América Latina especializados en reproducción asistida que dan certeza a las parejas que deciden usar este tipo de tratamientos. 

Los países con mayor cantidad de clínicas asociadas son Brasil, con 68, México con 38, Argentina 27, Colombia 13, Perú 10, Chile ocho, Venezuela seis, Ecuador con cinco y Uruguay, Panamá y Bolivia con tres.

Sin embargo, a pesar de que los tratamientos son similares, los costos son diferentes en cada región del mundo. 

¿Cuánto cuesta la fertilización in vitro en distintos países?

En países como Inglaterra, donde inició la fecundación in vitro, un ciclo (intento de inseminación) cuesta al menos 8,000 dólares y los resultados pueden no ser positivos desde el primer ciclo. Además, hay países en que el Estado paga los procesos de reproducción asistida que lleva a cabo cada una de las personas.

“En Italia el gobierno paga los tratamientos a las personas que desean realizar este proceso, sin importar el número de veces que lo intenten”, comentó Godoy Morales.

En México, añade, hay gente con poca ética que ofrece centros bajo condiciones muy leoninas, por lo que es necesario regular o ser más estrictos con esta industria por la misma seguridad de los pacientes.

“En México en algunos lugares llegan a decir, ‘ok, te lo voy a dejar más barato, pero me dejas la mitad de tus óvulos porque se los voy a dar a una paciente que no ovula; entonces te va a salir más barato’ y les cobran 60,000 pesos, pero reducen su tasa de embarazo y esos óvulos que les quitaron se los dan a otras personas a quienes se los venden en 200,000 o hasta 300,000 pesos”, reveló.

Para reproducciónasistida.org, revista médica certificada y comunidad online de médicos y especialistas en fertilidad, el verdadero éxito de un tratamiento de FIV no es solamente conseguir el embarazo en la mujer o en la pareja con problemas de fertilidad.

“Lo realmente importante es lograr el nacimiento de un bebé sano en casa. Por esta razón, las tasas de éxito más importantes en reproducción asistida son las tasas de parto y las tasas de recién nacido vivo”, indica la organización.

Fertilización in vitro en números

fertilización in vitro | Business Insider Mexico
Brenda Peralta / Business Insider México

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