• Meta aseguró que su futuro puede verse "comprometido" si Europa no adopta un marco legal que permita transferir datos a Estados Unidos.
  • La pelea con Bruselas no es nueva ni exclusiva de Meta y tampoco la única razón por la que el gigante de las redes sociales está en la cuerda floja.  
  • La empresa matriz de Facebook ha recibido diversas multas y algunas decisiones no fueron las mejores. 
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Meta, matriz de Facebook, se plantea salir de Europa. Al menos es lo que se infiere del comentario de Facebook en un documento oficial remitido a la SEC, regulador de mercado en Estados Unidos, sobre la situación de las transferencias de datos a este país desde Europa.

Hasta ahora, un acuerdo entre la Unión Europea y Estados Unidos permitía a Facebook procesar datos de sus usuarios en el país norteamericano.

El llamado Privacy Shield dejó de estar en vigor en 2020 cuando el Tribunal de Justicia Europeo (TJUE) notó que el trato permitía a una gran empresa saltarse las normas europeas.

Sin embargo, Facebook y Google siguieron procesando datos de sus usuarios en Estados Unidos, una política que ha sido cada vez más criticada.

«Si no se adopta un nuevo acuerdo transatlántico y no podemos seguir trabajando con otras alternativas que permitan la transferencia de datos personales de Europa a Estados Unidos, no podremos ofrecer nuestros principales productos y servicios como Facebook o Instagram», aseguró la empresa en el documento.

Medio mundo entendió el mensaje como un aviso de Meta que abría la posibilidad de salir del continente. Pero portavoces de la compañía trataron de restar importancia después al asunto asegurando que no existe ningún deseo ni planteamiento de abandonar Europa.

Sería en todo caso una maniobra muy arriesgada en términos de negocio. Meta obtuvo 24% de sus beneficios en Europa, según sus últimos resultados financieros.

«Este es un pulso más de Zuckerberg a la Unión Europea. Evidentemente, no se va a ir, hay mucho negocio en juego. Pide una solución parecida a la que había antes de julio de 2020. Una posible respuesta podría ser que llevara los datos a un país considerado seguro por la UE», dijo Gonzalo Oliver, experto en protección de datos.

La polémica llama la atención también porque el tratamiento de datos dista mucho de ser el único problema que Zuckerberg tiene ahora mismo.

De hecho, el jueves, el valor de las acciones de Facebook se desplomó más de 25% después de que Zuckerberg reconociera que estaban atravesando dificultades.

A los inversionistas no les faltan razones para desconfiar. Desde hace meses, la empresa vio multiplicarse sus problemas mientras se la abre un frente de batalla tras otro. 

Estas son las seis principales preocupaciones de Facebook.

1. Estancamiento en el número de usuarios

Facebook no pierde usuarios, pero tampoco crece. Los días del salvaje crecimiento de usuarios de Facebook ya quedaron muy atrás dijo el New York Times.

La empresa presentó en sus resultados un modesto aumento de usuarios en la «familia de aplicaciones» —WhatsApp e Instagram, Facebook. Pero en el último año solo incrementó medio millón de usuarios.

Atraídas por otras redes sociales como TikTok o Instagram, las nuevas generaciones ya no le llama la atención Facebook. Esto y que ahí pueden toparse con sus padres y hermanos mayores.

Como parte de la solución, Meta ve la posibilidad de empezar a cobrar por el servicio a usuarios de WhatsApp. Esta aplicación ya le reporta pequeños beneficios.

Sin embargo, la implantación de una política así tiene el riesgo de una migración masiva de usuarios a otras aplicaciones como Telegram.

2. Apple, Google y TikTok se llevan cada vez más negocio

«¿Quiere que la aplicación tenga acceso a sus datos con fines publicitarios?». Esta pregunta destrozó a Facebook. Desde que Apple decidió pedir permiso a los usuarios de iPhone si querían que las redes sociales pudieran hacer negocio con sus datos, Facebook vio decrecer un negocio verdaderamente lucrativo.

Cada vez más usuarios responden a esta pregunta que no, inquietos ante la posibilidad de que sus datos viajen de empresa en empresa sin saberlo (como ocurrió hasta ahora).

Con cada negativa, Meta pierde clientes potenciales. Es decir, empresas dispuestas a pagar lo que sea con tal de saber qué productos interesan a quien usa las redes sociales.

Es verdad que no ha sido la única empresa afectada por esta política. El interés de Apple por proteger la privacidad de sus usuarios costó unos 10,000 millones de dólares a empresas como Snapchat, Twitter y YouTube, estimó el Financial Times.

Esta no es la única vía de ingreso que se redujo para Meta en los últimos meses.

La competencia ejercida por aplicaciones como TikTok obligó a Instagram a responder con Instagram Reels —una poco disimulada copia del formato de videos cortos.

Pero los videos cortos tienen un problema: no se puede introducir publicidad en ellos. O al menos, no sin correr riesgo de que el usuario descarte la publicidad de inmediato o salga de la aplicación.

Por si esto fuera poco, en su última presentación de resultados, Google presumió de un significativo aumento de ingresos por publicidad de comercio electrónico, uno de los puntos fuertes de Meta.

A diferencia de Meta, Google no depende de Apple para recoger datos. De hecho, la sinergia entre ambas empresas son cada vez mejores. Y lo demuestra su más reciente acuerdo para ser el motor de búsqueda por defecto de Safari. 

La esperanza de Google es que con los años, las empresas que quieran saber qué buscan los usuarios acudan antes a ellos que a Meta. Por ahora, no van por mal camino.

3. El enigma del metaverso y el fracaso de su criptomoneda

A finales del año pasado, en una conferencia Zuckerberg dijo que el futuro de Facebook, sería la realidad virtual o no será.

Después compró Oculus e incluso cambió de nombre, lo que despertó tanto emoción y desconcierto como euforia e inquietud.

De un lado están se sitúan los entusiastas que piensan que Zuckerberg acierta y que su apuesta lo sitúa en el primer lugar de la casilla de salida en la carrera por la tecnología del mañana.

Del otro lado están quienes, escépticos, creen que la tecnología no está preparada para cumplir las promesas del empresario.

Las gafas de realidad virtual marean; los gráficos del metaverso no están todavía hechos; y casi nadie tiene una casa lo suficientemente grande como para moverse por ella sin riesgo de golpear un mueble o un electrodoméstico.

En mitad de la polémica, Facebook ya prometió una inversión de 10,000 mdd en el metaverso. Es una cantidad que la propia empresa reconoce que no sabe cuándo podrá recuperar, pues proyectos como el comercio electrónico aún está en desarrollo.

No hay buenos precedentes. Viendo la decidida apuesta de Meta por el metaverso, entornos virtuales que funcionarán a través de tecnología blockchain, se entienden mucho mejor los esfuerzos de los últimos años de Facebook de sacar su propia criptomoneda.

Estos no cristalizaron en nada. La criptomoneda de Facebook, que primero se llam´ó Libra y luego Diem, no tuvo el visto bueno de las autoridades. Esto ya que temían que con esta iniciativa, el gigante tecnológico acumulara demasiado poder en el ámbito financiero.

Diem se quedó en el cajón de los juguetes rotos. Finalmente, a principios de este año Meta vendió el proyecto a un banco por 200 mdd.

4. Problemas regulatorios

Una de las partes del discurso que dio Zuckerberg a los accionistas que más llamó la atención de los analistas es el reconocimiento explícito por parte de este de que la empresa vive un momento de especial presión a causa de la competencia que ejercen otras empresas.

En esencia, empresas como Facebook, Apple y TikTok están obligando a Meta a reformular muchos de sus planteamientos.

A pesar de ello, los ojos de los reguladores están más encima de Meta que nunca. Mientras la plataforma ve decrecer su número de usuarios en Facebook, cada vez más instituciones se plantean si Meta incurre en prácticas monopólicas.

Por lo que, mientras que hace años casi nadie cuestionó la compra por parte de Facebook de Instagram o WhatsApp, últimamente se vio sometida en más de una ocasión al escrutinio de los organismos internacionales.

Por ejemplo, en Reino Unido Competencia multó a la empresa con casi 68 mdd por la compra de Giphy, herramienta para crear y compartir gifs.

Esta multa vino antecedida de otra todavía peor. Un mes antes, las autoridades irlandesas sancionaron con el pago de 257 mdd prácticas que vulneraban la privacidad de los usuarios de WhatsApp.

En enero de este año, las autoridades francesas multaron a Meta con otros 68 mdd por su errática política con las cookies de sus páginas. Es mucho más fácil aceptarlas que rechazarlas, argumentan las autoridades, lo que da pie a una trampa que controla la información de los usuarios.

Finalmente está la multa por 5,715 mdd que hace tres años impusieron autoridades estadounidenses a Facebook por vulnerar la privacidad de los usuarios.

5. Los papeles de Facebook y la pérdida de reputación, una crisis que empezó con Cambridge Analytica

Esta multa fue el origen de buena parte de la crisis de reputación que atraviesa Meta. En esencia, fue el resultado de una investigación que giró en torno a Cambridge Analytica, agencia contratada por Donald Trump, expresidente de Estados Unidos.

Esta tomó datos privados de los usuarios de Facebook para planear la campaña electoral de Trump de modo que enviara a través de redes sociales los mensajes precisos al público adecuado.

La victoria de Trump en aquellos comicios y la multa posterior a Cambridge Analytica —que batió todos los récords de sanciones impuestas a empresas tecnológicas— puso de manifiesto que Facebook, una red social creada en 2004 por un grupo de universitarios básicamente para ligar, era ya mucho más que eso.

Con los años, la red social de Zuckerberg se había convertido en una poderosa herramienta empleada por empresas, organizaciones con fines no siempre claros y partidos de toda índole para manipular a la gente en su favor con opiniones disfrazadas de noticias o directamente con mentiras.

En resumen, Facebook, más que en un lugar de intercambio de ideas, se convirtió en una máquina de fake news que embarraban cualquier intento de reflexión.

En 2021, un consorcio de algunos de los medios más importantes del mundo publicó los «Papeles de Facebook». Estos fueron un conjunto de documentos internos de la empresa que demostraban que las redes sociales pueden perjudicar la salud mental de sus usuarios.

Las vidas de ensueño y los físicos poco realistas que alcanzan el éxito en Instagram, inducen a los adolescentes desórdenes alimenticios o depresión.

Conscientes de ello, plataformas como Instagram no solo no hicieron nada para evitarlo, sino que trataron de desarrollar durante años herramientas para volverse cada vez más adictivas.

La revelación de estas prácticas fue la gota que derramó el vaso en la crisis de reputación que arrastraba Facebook desde hace años. En otoño de 2021, la empresa decidió cambiar de nombre para, bajo el paraguas de Meta, lograr un nuevo comienzo que haga olvidar el pasado reciente.

6. Los problemas de Meta con la fuga de talento

Lo mismo ocurre con los empleados. Mientras las investigaciones sobre la empresa y los Papeles de Facebook mostraban al público las prácticas de la empresa, Meta, considerada desde hace años como uno de los mejores lugares del mundo para trabajar, perdía interés a ojos de los mayores talentos de Silicon Valley.

Últimamente algunas de las startups mejor financiadas de Palo Alto encontraron en Facebook una mina de oro de talento.

«Durante años, los correos electrónicos, las llamadas y los mensajes que se enviaban a alguien en Facebook eran simplemente ignorados«, contó Greg Selker, jefe de tecnología en la empresa de contratación Stanton Chase. 

«Este año, no solo responden, sino que la gente se pone en contacto diciendo a sus pretendientes que solo necesitan hablar».

Fue la consecuencia de convertir a Facebook en una máquina devoradora de noticias falsas y polarizante. Para muchos, este problema tenía nombre y apellido: Jorge Quiñonero.

Quiñonero creó una plataforma llamada FBLearner Flow que agilizaba el desarrollo de modelos de machine learning. Con él los trabajadores de la compañía hicieron ensayos de prueba y error para perfeccionar el sistema por el que se seleccionaban y mostraban contenidos a los usuarios.

El objetivo era que los usuarios de Facebook pasaran cada vez más tiempo en la plataforma, aunque lo hicieran enfadados por opiniones cada vez más extremas.

Lejos de corregirse, el problema sigue más o menos estable debido a la obsesión de Zuckerberg por mantener a la gente enganchada a su invento.

En enero de 2021, días después del asalto al Capitolio, consultado por el medio MIT Technology, Quiñonero no supo qué decir ante la pregunta de qué papel había podido tener Facebook en la expansión de ciertas ideas.

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