• De acuerdo con la investigación “Trabajo decente en México 2005-2022: Análisis con perspectiva de género”, la relación empleo-población denota una baja participación de la mujer en el mercado laboral.
  • Además, el estudio encontró que las mujeres tienen 8 horas libres menos a la semana que los hombres.
  • El estudio fue realizado por el Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección (CIMAD) del IPADE Business School, con apoyo de GENTERA.
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La equidad entre hombres y mujeres es un imperativo en el mercado laboral, porque al incluir ambas visiones se mejora la productividad, se representan distintos puntos de vista que reflejan al mercado y se aporta mayor conocimiento de gustos o preferencias de los clientes. Mediante la “brecha de género” se puede establecer, con una sola cifra, si estamos cerca de la equidad o no. 

La Agenda 2030, suscrita por los países miembros de las Naciones Unidas en 2015,  incluye los objetivos de igualdad de género y trabajo decente como esenciales dentro de los Objetivos del Desarrollo Sostenible. Por ello, el Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección (CIMAD) del IPADE Business School, con apoyo de GENTERA, ha realizado la investigación “Trabajo decente en México 2005-2022: Análisis con perspectiva de género”. 

Los datos fueron obtenidos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, del Instituto Nacional de Geografía y Estadística, para el primer trimestre de cada año. La metodología sigue los parámetros establecidos por la Organización Internacional del Trabajo e incluye la generación de 14 brechas de género y dos indicadores específicos de igualdad entre mujeres y hombres. Las brechas de género basan su medición en el número 1, el cual representa igualdad entre hombres y mujeres. Valores menores a 1 indican una mayor prevalencia de la condición laboral en cuestión entre las mujeres, mientras que cifras mayores a 1 implican una mayor prevalencia entre los hombres. 

Así, la relación empleo-población denota una baja participación de la mujer en el mercado laboral, pues su brecha es de 1.73 para el 2022, lo cual significa que, respecto del total de mujeres en la población en general, hay pocas que desempeñan un trabajo remunerado. Al considerar el periodo 2005-2022, se observa una tendencia decreciente, es decir, cada vez se insertan más mujeres en el mercado laboral mexicano. La brecha del desempleo es de 1.02, esta condición afecta a mujeres y hombres por igual. Respecto de los jóvenes sin estudiar, capacitarse o trabajar se presenta una fuerte disparidad, con una brecha de 0.37, que implica mayor frecuencia para las mujeres en esta situación. 

En materia de informalidad, se han conseguido avances importantes. En 2012, la tasa de informalidad laboral era de 60%, la actual es de 55%. La incidencia de trabajo en el sector informal entre las mujeres se ha mantenido ligeramente por encima de la de los hombres, lo que se puede deducir de una brecha de género de 0.965 puntos.

La pobreza laboral es, quizás, el aspecto más preocupante en el mercado laboral mexicano. Desde 2005, la proporción de personas ocupadas que pertenecen a hogares cuyos ingresos per cápita son insuficientes para superar la línea de bienestar para el ámbito urbano determinada por CONEVAL creció a una tasa media anual de 2 por ciento, alcanzando un máximo histórico de 44% en el primer trimestre de 2022. Esta condición afecta a hombres y mujeres por igual, lo que se traduce en una brecha de género de 0.99.

La Jornada laboral decente se refiere a los horarios laborales que permitan el desarrollo integral del trabajador. En este caso, los hombres suelen padecer jornadas laborales excesivas en mayor proporción que las mujeres, con una brecha de 1.65 en el 2022. Relacionado con lo anterior, el indicador de tiempo libre mide el promedio de horas semanales que se destinan a actividades distintas al trabajo. La brecha es de 1.08, por lo que las mujeres tienen menos horas libres que los hombres, pero con una tendencia decreciente desde el 2005. El dato a 2022 se traduce en 8 horas libres menos a la semana para las mujeres. 

Por otra parte, aunque hemos registrado avances importantes en materia de trabajo infantil, estos han sido insuficientes. La proporción de niños entre 12 y 17 años en trabajo infantil ha disminuido poco más de 5 puntos porcentuales desde 2005, para ubicarse en casi 13% en 2022. La brecha de género en este indicador es de 2.36, lo que implica una mayor frecuencia entre los niños que entre las niñas. 

La inclusión femenina y el empoderamiento femenino, se presentan en el índice de disparidad de Duncan y la proporción de mujeres en puestos de alta y media dirección. El índice de disparidad de Duncan muestra la inclusión en el mercado laboral, donde 1 se refiere a una total segregación ocupacional entre hombres y mujeres, y 0 es indicativo de equidad, en 2022 el dato fue de 0.55, por lo que todavía estamos lejos del objetivo de inclusión ocupacional. La participación de las mujeres en la alta y media dirección en la actualidad asciende a 38.6% y su tendencia ha sido creciente, logrando ascender en 10.6 puntos porcentuales a lo largo de los últimos 18 años.

En materia de acceso a ciertas prestaciones laborales, vemos que el pago por incapacidad laboral tiene una brecha de 0.93, por lo que las mujeres suelen contar con mayor frecuencia de este pago. De igual forma, la cobertura de seguridad social presenta una brecha de género de 0.95, en otras palabras, los hombres carecen de seguridad social con mayor prevalencia. Estas disparidades también se ven reflejadas en la afiliación sindical, cuya brecha es de 0.72 al 2022, lo que indica que las mujeres se afilian en mayor proporción que los hombres. 

En síntesis, el análisis de las brechas de género muestra que la inclusión femenina en el ámbito laboral ha sido paulatina y no ha estado exenta de retrocesos. Varios indicadores de trabajo decente en México requerirán de algunos años más allá de 2030 para lograr la equidad. No obstante, es importante seguir avanzando hacia ella porque como lo menciona Ban Ki-moon, ex secretario de la ONU, “la igualdad hacia la mujer es progreso para todos”.

Benjamín Alemán Castilla es profesor del área de Entorno Económico de IPADE Business School. Yvette Mucharraz y Cano es directora del Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección del IPADE.

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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