• Durante el primer año de vida, los ingresos familiares pueden significar la diferencia entre el mayor desarrollo cognitivo de los niños o no.
  • Los niños de familias con ingresos altos tienden a tener un mayor crecimiento cognitivo.
  • Este factor también incide en el desarrollo emocional de los niños.

La pobreza limita el desarrollo de las personas a lo largo de su vida. Identificar cómo y hasta cuánto afecta a crecimiento cognitivo y emocional de los niños en concreto ha sido sujeto de estudio en numerosas ocasiones.

Los bajos o altos ingresos familiares suelen estar más o menos ligados al mayor o menor crecimiento cerebral de los niños. Pero ahora un grupo de investigadores de seis prestigiosas universidades estadounidenses intentan demostrar mediante la ciencia esta teoría.

De hecho, el ambicioso estudio —elaborado por científicos de las Universidades de Columbia, Wisconsin, Irvine, Stanford, Maryland y Nueva York— consistió en reclutar a una lista de familias con bajos ingresos de todos los rincones del país. A estas les inyectaron diferentes cantidades de dinero al mes.

Desde que nacían los bebés hasta que cumplían cuatro años, a las familias se les ingresaban 340 dólares, o bien 20 dólares, sin ningún tipo de condiciones. A lo largo del proceso, los investigadores recogieron periódicamente y en persona la actividad eléctrica cerebral del bebé.

Los datos se publicaron en la revista de la Academia de las Ciencias de Estados Unidos, y los recogió Science Alert. Estos demostraban que los hijos de madres con mayores ingresos tenían una actividad cerebral mayor que aquellos de familias que recibieron menos dinero, especialmente en su primer año de vida.

Esto sugiere que brindar apoyo financiero a las madres con bajos ingresos puede moldear directamente la actividad cerebral del bebé.

«Sabemos desde hace muchos años que crecer en la pobreza pone a los niños en riesgo de tener un rendimiento escolar más bajo; ingresos reducidos y una salud más deficiente», explica la neurocientífica Kimberly Noble de la Universidad de Columbia.

«Hasta ahora, no podíamos decir si la pobreza en sí causa diferencias en el desarrollo infantil, o si crecer en la pobreza simplemente está asociado con otros factores que causan esas diferencias».

La pobreza afecta el desarrollo cognitivo y cerebral de los niños en su primer año de vida

También, estudios pasados sugerían que una alta actividad cerebral era más probable encontrarla en niños y adolescentes de familias con altos ingresos. Esto se traduce en:

  • Una mayor habilidad de lenguaje
  • Mejor memoria
  • Autorregulación
  • Desarrollo cognitivo y socioemocional

Esto lo detalló Nature Neuroscience, aunque no siempre era una relación consistente.

«Todos los cerebros sanos están formados por sus entornos y experiencias; y no estamos diciendo que un grupo tenga ‘mejores’ cerebros», dice la neurocientífica de la Universidad de Columbia.

«Pero, debido al diseño aleatorio, sabemos que los 300 dólares al mes deben haber cambiado las experiencias o los entornos de los niños; y que sus cerebros se adaptaron a esas circunstancias cambiantes», aduce Noble.

Sin embargo, el estudio no pudo analizar exactamente qué factores ambientales pudieron haber resultado en esa mayor frecuencia de ondas cerebrales en los niños con mayores ingresos.

Los ingresos extra son clave en el mejor desarrollo cerebral de los niños que viven en pobreza

Sabiendo ya que el dinero es uno de los factores clave, su trabajo ahora consistirá en investigar:

  • Los gastos del hogar
  • El comportamiento de los padres
  • Las relaciones familiares

Con ello, podrán averiguar exactamente qué y cuánto implica este mayor desarrollo cognitivo.

Por su parte, el economista Greg Duncan, de la Universidad de California-Irvine —que también participó en la investigación— subraya las «similitudes» entre estos resultados y otras investigaciones que estudiaban temas similares a mayor escala.

El estudio Baby’s First Year tiene como finalidad dar una información más clara a la hora de abordar la pobreza; y en particular la que afecta a la población infantil.

«Tradicionalmente, los debates sobre las políticas de ayudas económicas dirigidas a las familias de bajos ingresos en los Estados Unidos se han centrado en la oferta de mano de obra de la madre en lugar del bienestar infantil del pequeño», escriben los autores .

Los investigadores de las seis universidades insisten en la necesidad de cambiar el enfoque de acción respecto al parecer de la opinión pública respecto a esas ayudas económicas a las familias necesitadas para equiparar los máximo posible el desarrollo cognitivo y socioemocional de los bebés y no ahondar la ya existente diferencia económica.

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