• James Dyason Awards es una compentencia anual, enfocada a diseñadores que piensen desde un punto de vista diferente y le dan una vuelta a los productos ya existentes
  • Este año la ganadora nacional fue Alejandra Tovar, estudiante de la carrera de Diseño en el Tecnológico de Monterrey.
  • Ella rediseño unos cubiertos y los hizo aptos para personas con discapacidad visual.

Una estudiante del Tecnológico de Monterrey diseñó unos cubiertos para personas con discapacidad visual. Con ellos logrará que quienes padezcan desde ceguera total a visión parcial identifiquen fácilmente cada cubierto.

Este proyecto convirtió a Alejandra Tovar en la ganadora nacional en los James Dyason Awards. Esta, es una competencia anual enfocada a diseñadores que piensen diferente y puedan crear una versión mejorada de productos ya existentes.

«Siempre me ha llamado mucho la atención diseñar algo que funcione, que sea de utilidad y que le vaya a hacer la vida más fácil a las personas», dijo Alejandra Tovar en entrevista con Business Insider México.

En México, hay 12.7 millones de personas con discapacidad visual; esta cifra representa 10% de la población del país, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

La estudiante de Diseño contó que, mientras cursaba una materia de la licenciatura, le pidieron rediseñar algo de la vida cotidiana para que fuera más útil. Y ese fue el inicio de su idea.

¿Cómo fue el proceso de diseño de los cubiertos para personas con discapacidad visual?

cubiertos para personas con discapacidad visual | Business Insider Mexico
Cortesía James Dyson Awards.

En ese entonces ella trabajaba en una panadería con dos compañeros con discapacidad visual; así se dio cuenta de las necesidades cotidianas que tenían.

«Me di cuenta que una de las principales cosas con las que batallaban era que, a la hora de comer, nos pedían ayuda para pasarles sus cubiertos (…) y si no tenían a alguien tardaban en localizarlos y eso los frustraba», explicó.

La ganadora menciona que lo siguiente que hacían era tocar sus cubiertos por todas partes para poder diferenciar entre el cuchillo, el tenedor y la cuchara. Con ello corren el riesgo de lastimarse o contaminarlos.

Contó que lo primero que hizo, fue buscar si ya existían cubiertos o algún otro objeto de uso cotidiano que estuviera adaptado para personas con discapacidad visual, para tomarlo de referencia. Sin embargo, no encontró nada.

«Me sentía muy triste de que no hubiera alguien que hubiera ya pensado en ellos; si estamos viviendo en una época en la que se habla más de poblaciones vulnerables, pero no se hace mucho», expresó.

Alejandra dijo que no tener una referencia desde la cual partir supuso un reto, porque las personas con discapacidad visual “no tienen impedimento físico en sus manos para usarlos”. Así supo que necesitaba encontrar la manera de hacer los utensilios diferentes y útiles.

Primero pensó que podría adaptar unos cubiertos comunes para que las personas que tienen, desde ceguera total, hasta visión parcial baja —que solo les permite distinguir formas o algunos colores— los usarán más fácilmente.

Para ello, una de sus primeras ideas fue hacer unas fundas que se pudieran poner en el mango de cualquier cubierto. Al analizar esta opción pensó que si quería que fueran reusables, el mejor material para producirlas sería el silicón.

Pero desechó esta idea ya que al momento de lavar la funda o los cubiertos, si no se secaban bien, podrían generar humedad, y con ella hongos y bacterias.

Finalmente, decidió hacerlos desde cero. Se basó en los cubiertos que usamos normalmente y los usó como base para su rediseño.

«Se me ocurrió que con texturas diferentes, ellos podrían identificarlos mejor. Además son de tres colores: rojo, café y azul; los que más pueden contrastar las personas que tienen un nivel de visión muy bajo pero no nulo», explicó.

Adicionalmente, el mango de cada cubierto tiene figuras con relieve que hacen referencia a las características de cada uno. El tenedor tiene triángulos, el cuchillo líneas rectas y la cuchara unos pequeños círculos.

«Lo que quise fue darles ese sentimiento de independencia al momento de comer», añadió.

Una carrera contra el tiempo

Su entrada a los James Dyson Awards fue una decisión de último momento ya que, aunque supo de su existencia el año pasado y le causaba mucha emoción, no planeaba inscribirse.

Sin embargo, Alejandra estuvo al pendiente de la competencia y se enteró de los requisitos; unos días antes de que se cerrarán las inscripciones, se animó a participar.

Tomó la decisión de concursar con los cubiertos para personas con discapacidad que ya había pensado. Con ello podría hacerlos realidad y no solo se quedarían en una idea.

Debido a que se inscribió de manera precipitada al concurso, tuvo poco tiempo para desarrollar su idea por completo, y hacerla viable. Por lo que siente “que aún tienen áreas de oportunidad y mejora”. Aún así, Alejandra resultó vencedora.

Pero éste no solo es el inicio del camino, Alejandra fue ganadora del primer lugar del competencia a nivel nacional. Lo siguiente es competir contra los tres ganadores nacionales de 28 países, es decir, 84 finalistas internacionales. Después, se elegirán a los 20 mejores proyectos.

Finalmente James Dyason Awards elige a cuatro ganadores. El primer lugar, que se convertirá en el ganador internacional a nivel general, un ganador internacional enfocado a sustentabilidad y dos finalistas que equivaldrían al segundo y tercer lugar.

¿Cuál es su próxima meta?

cubiertos para personas con discapacidad visual | Business Insider Mexico
Render de los cubiertos para personas con discapacidad visual. Cortesía.

Alejandra, entró a la licenciatura pensando en hacer diseños inclusivos y que faciliten la vida a otras personas.

«Hay demasiado de donde agarrar, demasiadas cosas que se pueden modificar (…) no vamos a cambiar el mundo pero podemos cambiar el mundo de una persona y eso es suficiente», expresó.

La ganadora del premio tiene como meta producirlos a gran escala para que las personas con discapacidad visual puedan usarlos.

También está pensando en qué otros materiales biodegradables podría usar, porque su objetivo es que tengan un precio accesible. Así cualquier persona podrá acceder a ellos.

Dentro de su visión está hacerlos reusables, para esto ha pensado en emplear materiales como el acero inoxidable o el bambú —aunque tengan un menor tiempo de vida útil.

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