• La satisfacción de ver tu serie favorita de una sentada produce una sensación placentera en tu cerebro, pero no está exenta de riesgos.
  • En casos extremos incluso se puede hablar de adicción: algunas investigaciones apuntan a que el número de horas que pasamos pegados a la pantalla aumenta a medida que pasa el tiempo gracias a la dopamina.
  • Pero es posible evitar estos efectos adversos y aqui hay algunos consejos para ello.

Las plataformas de streaming cambiaron de manera radical la forma de ver series. El estreno de las temporadas completas propició un cambio en el consumo y hacemos maratones de series cada vez más seguido.

Tener al alcance todos los episodios aceleró el tiempo en que vemos una serie, y lo que nació pensado para consumirse en meses ahora apenas toma unos días.

Maratonear una serie (o hacer binge watching, en su expresión anglosajona) ya es un hábito plenamente consolidado entre la población.

Ahora bien, la satisfacción de ver tu serie favorita en una sentada, aunque es placentera, no está exenta de riesgos.

¿Por qué nos gusta hacer maratón de series?

Varios factores relacionan esta tendencia con algo compulsivo. Uno de ellos es la comodidad. El binge watching es más cómodo para el usuario porque se adapta mejor a su estilo de vida . Además ofrece control sobre los horarios y el número de horas que se le quiere dedicar a esa actividad.

El maratón también es una práctica que permite mitigar el aburrimiento o la ansiedad.

La inmersión en la historia, propicia que las horas frente al televisor se alarguen y es una forma de escapar temporalmente de las obligaciones del mundo que nos rodea.

Pone la rutina en pausa mientras se disfruta de una actividad que no requiere esfuerzo, ya que la mente entra en una suerte de piloto automático.

El FOMO (acrónimo de la expresión en inglés «fear of missing out», o miedo a quedarse fuera) es otro de los motivos que impulsan los maratones, pues genera una sensación de urgencia por ver el contenido lo antes posible.

Los maratones, en última instancia, alimentan una sensación de compañerismo con el resto de personas que vieron el mismo programa.

Poder intercambiar opiniones sobre el programa y ser capaz de participar en las conversaciones, refuerza la sensación de no estar solo y de vivir el momento presente.

Por último, biológicamente generan una sensación muy placentera. La responsable es la dopamina, un potente neurotransmisor que usan las neuronas para comunicarse entre ellas. A esta, se asocian sensaciones agradables.

Varios estudios constatan que, ver series de manera compulsiva hace que nuestro cerebro genere tanta dopamina que induce una sensación similar a la que provocan las drogas.

Es por eso que cada vez que terminas un episodio y tu plataforma te pregunta si quieres ver el siguiente, la tendencia natural es a hacer clic en “reproducir”. La dopamina le está diciendo a tu cerebro: “¡¡Esto se siente bien!! ¡¡Sigue haciéndolo!!”.

En casos extremos podría hablarse de adicción. Investigaciones académicas recientes descubrieron que el número de horas que dedicamos a series aumenta conforme pasa el tiempo.

Esto se debe a que el cerebro desarrolla tolerancia a las descargas de dopamina. Y, para obtener el mismo resultado que antes, necesitan más horas de visualización. 

Los efectos secundarios

Darse un atracón de series, aunque es satisfactorio a ciertos niveles, puede afectar de forma negativa a nuestra salud general. Estas son algunos de ellos: 

Dormimos peor

Según un estudio publicado por el Journal of Clinical Sleep Medicine, la mala calidad del sueño, el cansancio crónico o el insomnio son algunas de las patologías más comunes entre la gente que ve series por mucho tiempo

Además del tiempo que le robamos al sueño para ver un episodio más, están los efectos derivados del uso de pantallas electrónicas. Ya que emiten luz de amplio espectro, incluyendo luz azul, y pueden retrasar la liberación de melatonina; lo que mantiene el estado de vigilia.

La luz azul también puede llegar a reprogramar y retrasar tus ritmos circadianos de sueño; el proceso natural relacionado con la luz que le dice a tu cuerpo que hay que dormir por la noche y estar despierto durante el día. 

Fomenta el deterioro de nuestra condición física

Existen múltiples estudios e investigaciones que establecieron una relación directa entre el consumo compulsivo de series y estilos de vida poco saludables, como el sedentarismo y la mala alimentación.

La combinación de ambos factores puede aumentar el riesgo de padecer algunas de las patologías vinculadas al síndrome metabólico, como enfermedades coronarias, diabetes o demencia, entre otros.

Nos aísla

Son muchas las personas que buscan en el binge esa evasión de la rutina diaria. Llevado al extremo, la desconexión y la pérdida de la noción del tiempo, puede tener un impacto sobre nuestras relaciones interpersonales. Incluso podría alterar la percepción de uno mismo.

Al tratarse de una actividad que se suele realizar en solitario, puede conducir estados de disociación que nos llevan apercibir la vida de la pantalla más atractiva que la nuestra.

Además, varios estudios aseguran que puede elevar la probabilidad de padecer depresión, y otros trastornos de la conducta.

Puede alterar nuestra manera de pensar

Las series juegan a conectarnos con los personajes que vemos en pantalla pero, llevado al extremo, puede alterar nuestra opinión sobre las cosas.

La empatía, esa capacidad de identificar emociones ajenas, puede desencadenar estados más profundos, como la denominada empatía cognitiva.

Este término alude al fenómeno por el que el espectador adopta la perspectiva psicológica de la persona que ve en pantalla, alterando su propia visión de las cosas. 

Afecta a nuestra memoria

El consumo compulsivo de series, tienen efectos significativos sobre nuestra memoria, lo que explica que nos cueste más recordar la serie que maratoneamos que la que vimos semana a semana.

Esto se debe a que afectan a los dos procesos que permiten consolidar un recuerdo. Por un lado, impide que codifiquemos la información de manera adecuada, relacionándola con información que ya tenemos en nuestra cabeza, para que el recuerdo sea fuerte.

Por el otro, la compresión de la visualización sustenta los recuerdos en la memoria a corto plazo, mucho peor a la hora de perdurar en el tiempo. 

Algunos remedios

No hace falta que te des de baja en las plataformas para evitar las consecuencias indeseables del maratón. Basta con poner en práctica algunos consejos para que ver series sea un poco más saludable: 

  • Para de vez en cuando. Basta con hacer pausas cada cierto tiempo, levantarse del sofá y estirar las piernas. También puedes buscar actividades que puedas hacer simultanearse y que te hagan estar más activo, como cocinar, doblar ropa, la lista es amplia. 
  • Busca el equilibrio entre el contenido que maratoneas y el que reservas para ver a un ritmo más pausado. Si ver un episodio a la semana te parece demasiado, limítate a ver uno al día. 
  • Diversifica. Ver varias series a la vez permite romper esa tendencia al maratón y a disfrutar de la diversidad de opciones en la plataforma. 
  • Interrumpe el maratón al menos una hora antes de irte a la cama para preservar la calidad de tu sueño. 
  • Si puedes, convierte el maratón en un acto social. Invita a amigos y comenta lo que estás viendo. 
  • De vez en cuando, desconecta la pantalla y reconecta con el mundo real

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