- Nueva York y Nueva Jersey están pagando sobrecostos enormes para hacer frente a la pandemia.
- En Europa se vive "una guerra auténtica por hacernos con mascarillas, test rápidos, respiradores", dijo la ministra de Hacienda española, María Jesús Montero.
- China está produciendo más material médico, pero algunos países están reteniéndolo para hacer frente a la crisis.
Nueva York está pagando 15 veces más por el material médico de lo que costarían en circunstancias normales, en un intento desesperado por proteger a sus trabajadores médicos y dotar al sistema de recursos para luchar contra el coronavirus, informa ProPublica.
La situación no es exclusiva de Nueva York. En RWJBarnabas Health, la red de atención médica más grande de Nueva Jersey, los hospitales están tan desesperados por conseguir suministros que pagan 50 veces el precio habitual, según The Washington Post.
Son dos pequeñas muestras del caos que se ha apoderado del mercado en la lucha por conseguir material necesario y escaso en todos los países.
La ministra de Hacienda de España, María Jesús Montero, describió hace unos días la situación de los mercados internacionales. «Es una guerra auténtica por hacernos con mascarillas, test rápidos, respiradores».
En otra comparecencia, su homólogo en Sanidad, Salvador Illa, aseguró que existe «un combate contra las personas que quieren especular con materiales que son absolutamente necesarios en esta batalla contra el virus sanitario».
Los países se enfrentan en un mercado internacional controlado por proveedores que cambian los precios de un día para otro; que exigen pagos al contado y a veces por adelantado, según explica eldiario.es.
El expresidente de Bank of America, Jonathan Tepper, aseguró a La Vanguardia que el mercado mundial de respiradores es controlado por un puñado de multinacionales que pactan la producción y el precio.
En el centro de la batalla está China, que antes de la crisis ya producía la mitad de los tapabocas de todo el mundo; ahora ha multiplicado su producción hasta 115 millones al día, según medios locales.
Europa, donde se concentran gran parte de los casos de Covid-19, sufre por encontrar material médico
Los países acuden a la potencia asiática para conseguir mascarillas y test de diagnóstico. Sin embargo, no parece que esas negociaciones siempre lleguen a buen puerto. Las primeras 9,000 pruebas que el gobierno español compró a fábricas chinas a través de un proveedor nacional estaban defectuosas.
Otros países europeos emitieron quejas parecidas y China prohibió la exportación de test rápidos del coronavirus a las empresas sin licencia local.
Illa reveló que, desde que decretó estado de alarma, España ha gastado 845 millones de euros en adquirir equipos de protección, tests y ventiladores.
Otro factor que está agravando el caos en los mercados internacionales es la incapacidad de la Unión Europea para articular una respuesta coordinada. Esto provoca que los países miembros opten por hacer la guerra por su cuenta.
Francia y Turquía se han apropiado del material médico comprado por España. Aunque Francia acabó cediendo a las presiones y permitiendo el envío de las mascarillas, Turquía sigue reteniendo respiradores comprados por el país.
Sin embargo, España también se ha beneficiado de algunas relaciones más solidarias. Alemania envió 50 respiradores de la multinacional Dräger para ayudar a aliviar la presión del sistema sanitario, que también ha recibido mascarillas donadas por empresas de China.
La especulación también afecta a los productos básicos; los farmacéuticos piden fijar precios
La especulación también se está dando a nivel nacional en los artículos más básicos, pero igualmente necesarios para combatir el coronavirus. La subida de precios es una denuncia generalizada en todos los sectores de riesgo en nuestro país, según explica eldiario.es
El Consejo General de Colegios Farmacéuticos ha pedido a España que fije el precio de los productos de protección del coronavirus para evitar la especulación.
El organismo asegura que ha observado «cómo se producía un incremento abusivo en los precios ofertados por proveedores que normalmente no operan en el canal farmacéutico de productos como geles hidroalcohólicos, mascarillas y guantes, principalmente».
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) anunció que extremaría la vigilancia “ante posibles abusos» para «garantizar que no se produzcan en España prácticas anticompetitivas en, por ejemplo, materia de fijación de precios abusivos o de acuerdos entre operadores”.
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