Rosalinda Ballesteros

Rosalinda Ballesteros

La Ciencia de la Felicidad

Quien no escucha los cambios en el mercado, tiene altas probabilidades de caer en problemas. 

Eso es lo que está por pasar a muchas organizaciones que han logrado sobrevivir a la pandemia; pero que no han tomado decisiones profundas en sus formas de operación y de gestionar su talento. Esto se puede deber simplemente a que creen que, si ya resistieron lo peor, lo mejor está por venir.

Los movimientos laborales en Estados Unidos de trabajadores que no quieren regresar a sus actividades comunes —con horario de oficina, de 40 o 50 horas por semana— son una fuerte llamada de atención. 

La pandemia nos mostró que hay otras formas de trabajar y conciliar el espacio personal y laboral. Hay muchas tareas para ambas partes.

Para muchos trabajadores que tuvimos el privilegio de laborar desde casa estos meses, fue un reto enorme introducir la rutina del trabajo al hogar; organizar la agenda familiar, así como introducir con gran indiscreción las pantallas, cámaras y micrófonos para transgredir las barreras de lo público y de lo privado.

Para las organizaciones, resultó una gran incertidumbre no tener una seguridad visual de que el colaborador cumplía con sus tareas; arriesgó gran parte de su seguridad al abrir las puertas de su información a las avenidas del internet y a la confianza depositada en sus colaboradores. 

Las partes ya probaron ambos mundos y muchos trabajadores están dispuestos a dejar sus puestos porque no les ofrecen un ambiente magnético, positivo, que les genere percepción de valor. Muchas empresas están preocupadas por esto, otras, no. No lo ven venir, no escuchan los mercados.

Los cambios en el mercado no son algo reciente, sólo que la pandemia lo hizo más evidente. 

Al ver esta situación en los primeros meses de la pandemia, el Instituto de Ciencias del Bienestar y la Felicidad, con la colaboración de Business Insider, nos dimos a la tarea de crear una herramienta que nos ayudara a medir las condiciones del ambiente organizacional. La llamamos BEAT y hemos comentado en este espacio antes y de las cuales este sitio publicó el estudio.

Algunos de los resultados nos alertan sobre esta situación. 

Cuando dialogamos con miembros de las empresas que participaron en este primer ejercicio, descubrimos que algunas ya tenían claro que había un problema gestándose en el ambiente laboral, lo cual los motivó a evaluar con nosotros cuál era su situación particular. Querían saber qué les preocupa y ocupa a los miembros de su organización para generar ese ambiente que retenga al talento ganador. El diagnóstico les ayudó a saber por dónde iniciar esos cambios.

Hubo otro grupo en que el resultado que obtuvieron fue una sorpresa, no se lo esperaban. He visto que sus líderes tuvieron la oportunidad de reflexionar sobre dónde están y que ya se alistan para indagar qué deben hacer, esto también es positivo. 

Sin embargo, hay un tercer grupo de empresas que no obtuvieron el resultado positivo, no lo esperaban y no le dieron importancia. En este grupo probablemente estarán las que comiencen a tener una alta rotación. 

Habrá quien piense que no es un gran problema, pero hay que recordar que al inicio de la pandemia muchas empresas tuvieron que recortar personal. Así que yo diría que hay mucho de qué preocuparse, pues si pierden otra vez personal, las curvas de aprendizaje serán largas y se perderán el periodo de recuperación que ya estamos viendo. 

Los colaboradores que han permanecido en las organizaciones durante la pandemia han demostrado ser resilientes, adaptables y con alto nivel de compromiso, las empresas deberían querer retenerlos y, por supuesto, deberían hacer algo.

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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