- El expresidente Ernesto Zedillo dijo que 2020 era un buen año para tasar la emisión de gases de efecto invernadero en América Latina.
- La medida habría permitido reducir el déficit fiscal y cumplir con los Acuerdos de París, en momentos en que los precios y la demanda de las gasolinas eran bajas.
- Sin embargo, México ha tomado otro camino, por lo que parece que la oportunidad a nivel nacional se desaprovechará.
La pandemia por coronavirus ofreció la oportunidad ideal para poner impuestos a las emisiones de carbono que aceleran el cambio climático y, a la vez, frenar el impacto económico en los países de América Latina, dijo este miércoles el expresidente de México, Ernesto Zedillo.
En el marco de su videoconferencia “El mundo, la región y México en el otoño de la pandemia”, Zedillo consideró que adoptar impuestos a este tipo de gases de efecto invernadero habría ayudado tanto a nivel nacional como internacional. En primera instancia, porque se podría reducir el déficit fiscal —ocasionado en gran medida por la pérdida de empleos y el cierre de empresas durante la pandemia—; en segunda, porque permitiría a la región cumplir con sus compromisos internacionales en materia climática.
“Los países en América Latina nos hemos comprometido, con los Acuerdos de París, a reducir las emisiones de gases invernadero. Pero desgraciadamente la ejecución de las políticas congruentes con esos compromisos no se ha cumplido”, comentó el exmandatario.
Por ello, consideró que avanzar en estos impuestos en 2020, para implementarlos en el futuro, tiene ventajas tanto a corto como a largo plazo.
“No hay otra manera más eficaz de combatir el calentamiento global que emitir un costo a quienes generan emisiones de carbono”, dijo Ernesto Zedillo.
Evitar el déficit fiscal
Tener nuevos impuestos serviría para mitigar el déficit fiscal en el entorno de crisis y compensar acciones de gasto público en la región, consideró el exmandatario. Sobre todo, porque América Latina es considerada la región más afectada del mundo por el coronavirus.
En junio, el Fondo Monetario Internacional (FMI) consideró que la economía de la región se desplomará -9.4%. Y, aunque esto se podría moderar a finales de año, “no hay que esperar pronósticos halagüeños”, advirtió Zedillo.
Además, destacó que actualmente se desconoce el daño real para las empresas y existe la posibilidad de una nueva caída de la economía, así como la de una recuperación más lenta de la prevista inicialmente.
“También habrá que saldar cuentas con el sistema financiero, donde la economía real se impone”, dijo Ernesto Zedillo.
Pero 2020 es una oportunidad desaprovechada, al menos en México
En medio de un año tan atípico, en el que gobiernos de muchos países impulsaron confinamientos y la economía mundial tuvo un desplome generalizado —del que se recuperará hasta 2022, según las cifras más optimistas— anunciar un nuevo impuesto podría verse como impopular.
Sin embargo, Zedillo cree que el momento habría sido óptimo, dada la caída en los precios y en la demanda de hidrocarburos durante el segundo trimestre del año.
En abril, primer mes de confinamiento, el precio de la gasolina en México tocó su nivel más bajo desde 2015, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Pero, a medida que se reactiva la economía, el precio de este hidrocarburo se ha elevado.
Además, el gobierno federal mexicano busca medidas para evitar que los precios de los combustibles para el consumidor final bajen.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) propuso imponer una “cuota compensatoria” en 2021 en caso de que caigan los precios del petróleo.
“Lo que esto ocasionaría es que aunque bajen los precios internacionales del petróleo o haya cambios en el tipo de cambio que afecten el precio de la gasolina, en México no bajaría su costo pero si aumentaría la recaudación”, dijo en una conferencia de prensa Adrián García, investigador del CIEP en conferencia virtual.
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