• La exbasquetbolista Erika Gómez Lozada representó a México en Juegos Panamericanos, Torneos Preolímpicos y en la Liga Femenina de España.
  • Actualmente, Gómez Lozada trabaja abriendo puertas a más chicas mexicanas con sueñan con ser basquetbolistas profesionales.
  • Business Insider México platicó en exclusiva con ella sobre su carrera, el futura de las mujeres y la importancia de las redes de sororidad.
 

Erika Gómez Lozada ha llevado el nombre de México a lo más alto del basquetbol internacional, representando al país en Juegos Panamericanos, Torneos Preolímpicos y en la Liga Femenina de España.

Desde que se retiró de las duelas en 2011, la mexicana ha sido entrenadora y asistente en diversos equipos, como los Borregos del Tec Hidalgo y la mismísima Selección Mexicana Varonil.

Erika ha roto múltiples paradigmas a lo largo de su carrera en el basquetbol, tanto jugándolo como dirigente. Sin embargo, actualmente toda su pasión está enfocada en abrir puertas a más chicas mexicanas que sueñan con practicar este deporte de manera profesional.

Business Insider México platicó en exclusiva con la exbasquetbolista sobre su carrera, el futuro de las mujeres en el deporte mexicano y por qué las redes de sororidad son necesarias para impulsar sus carreras.

La pasión de Erika Gómez Lozada la impulsó durante la adversidad

Erika es originaria de Pachuca, Hidalgo, y forma parte de una gran familia de cuatro hijos que se llevan una diferencia de edad de entre uno a dos años.

Desde que era muy pequeña, el basquetbol siempre formó una parte importante de su vida. Su hermana Margarita fue la primera de su familia que comenzó a practicarlo en un equipo de su colonia, lo que la llevó a crecer en las canchas.

“Los cuatro empezamos desde la secundaria en juegos escolares, pero era complicado porque éramos cuatro”, dijo a Business Insider México. “Nuestra familia era grande, humilde y trabajadora. Era complicado que nos compraran a los cuatro, estando en un deporte en el que necesitábamos tenis, uniformes, transporte y pagar el arbitraje”.

Erika y sus hermanos se unieron y comenzaron a vender tortas en la unidad deportiva cada vez que iban a jugar. De acuerdo con ella, cada que uno vendía 10 tortas equivalía a continuar practicando el deporte que tanto amaban.

“Mis papás nos enseñaron y nos inculcaron el deporte, que te da valores disciplina y trabajo; pero como algo familiar. No tenía a alguien que me guiara y fue difícil conseguir los recursos”, agregó.

El paso de Erika Gómez Lozada por la Selección Mexicana

A pesar de los retos, la hidalguense consiguió representar a su estado en múltiples competencias y soñó con formar parte de la Selección Mexicana de Basquetbol.

“Soy una mujer de retos. Me gusta romper paradigmas. Quería llegar a la Selección Mexicana para representar a mi país”, dijo. “Mi hermana llegó a la preselección, así que yo seguí insistiendo, trabajando y luchando”.

Erika consiguió entrar en el equipo nacional cuando tenía 15 años , por lo que tuvo que mudarse a la Ciudad de México (CDMX) para vivir cuatro años en el Comité Olímpico Mexicano (COM).

“Ahí estudié la prepa abierta. El COM me apoyaba con el hospedaje y la alimentación”, contó. “Podía venir a mi casa algunos fines de semana porque estaba cerca”.

Para Gómez Lozada, ser parte de la Selección Mexicana es un gran logro para los deportistas, ya que sirve como un trampolín que les da visibilidad a nivel internacional.

Durante el tiempo que fue seleccionada nacional, la basquetbolista participó cuatro Centrobasket, dos Juegos Centroamericanos y del Caribe, tres Universiadas Mundiales, dos Torneos de las Américas, unos Juegos Panamericanos y un Torneo Preolímpico.

La primera basquetbolista mexicana en Europa

Erika Gómez Lozada
Cortesía: Tecnológico de Monterrey

A los 19 años, la hidalguense tuvo su primera oportunidad para salir de México y jugar basquetbol de manera profesional. Recibió invitaciones de Brasil y España, pero no pudo aprovecharlas porque no contaba con el apoyo de un mentor o un guía en su carrera.

En 2001, volvió a participar en otra Universiada Mundial que la catapultó a recibir otra invitación para jugar en la Liga Femenina de España.

“Casi tenía 25 años. Era una mujer más fuerte y madura. Tuve la oportunidad de conocer a un representante y ahí fue cuando me hicieron la invitación”, platicó Erika, quien se convirtió en la primera basquetbolista mexicana en Europa.

“Llegué y no sabía nada. Nunca pregunté cuánto me iban a pagar, con quién iba a vivir ni qué iba a hacer. Lo que yo quería era representar a mi país”, agregó.

Gómez Lozada reconoció que durante su primera temporada no le fue bien porque el basquetbol de nuestro país no está bien valorado a nivel internacional.

Hasta la fecha, el equipo femenil tricolor nunca ha clasificado a unos Juegos Olímpicos y solo han participado en tres Campeonatos Mundiales de Basquetbol (1983, 1957 y 1975), de acuerdo con la Federación Internacional de Basquetbol (FIBA).

“Estuve con jugadoras de Rusia, Grecia y Francia, quienes tienen ligas profesionales y han clasificado a mundiales y juegos olímpicos”, contó. “Ellas te etiquetaban de acuerdo a cuántas medallas olímpicas tenías o por tu físico”.

“Yo mido 1.87 y siempre he sido delgada. No tengo músculos muy grandes y en México soy una mujer grande; pero en Europa, al llegar a una liga profesional, no era una mujer grande. Era normal”, detalló.

La gloria española

Gómez Lozada continuó su carrera en España impulsada por su competitividad y su pasión por el basquetbol.

“Me decía: ‘Sí, son grandes y fuertes (las otras jugadoras), pero tienen dos brazos y dos piernas como yo. Yo tenga un gran corazón, así que viva México. ¡Vamos para adelante!”, narró.

Erika se ganó el respeto de sus compañeras y rivales, pero no olvidó sus raíces hidalguenses, ni a su familia.

“Mi familia era lo más importante. Para mí era fundamental apoyarlos en todos los ámbitos con este deporte”, dijo.

“Con mi primer sueldo de jugadora profesional en España regresé a Pachuca e invité a mi familia al mejor restaurante de la ciudad”, agregó. “También traje un par de tenis para cada uno de mis hermanos, porque cuando éramos niños nosotros vendimos tortas para poder tenerlos y jugar”.

La mexicana jugó en la Liga Femenina de España durante 10 temporadas y fue galardonada en cuatro ocaciones con el premio a la Mejor Jugadora de la Liga.

Por otro lado, considera que su carrera en Europa permitió abrir un escaparate para que más mexicanas siguieran sus pasos, como Jaqueline Luna-Castro, quien juega en Lituania, y Myriam Lara, quien juega en Portugal.

El regreso a México

Gómez Lozada se retiró del basquetbol participando en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011, en donde consiguió una medalla de plata junto a la Selección Mexicana, un hito que no se había conseguido en 40 años.

Tras dejar el basquetbol español, Erika decidió regresar a México junto a su esposo Sergio Molina Soler, con quien inició una carrera de entrenadora en el Tecnológico de Monterrey campus Hidalgo.

“Yo tenía claro que quería regresar a mi país y a mi estado para sumar al lugar que tanto me había dado”, dijo. “Para decirle a todas esas niñas y jóvenes que sueñan con jugar basquetbol que sí se puede”.

La hidalguense comenzó como entrenadora del equipo de basquetbol femenil del Tec de Monterrey, mientras que Molina Soler era su asistente. Más adelante, su esposo consiguió el puesto de entrenador del equipo varonil y Erika se convirtió en su asistente, logrando un hito para las mujeres en el basquetbol.

“Sergio y yo tenemos ese profesionalismo dentro y fuera de la cancha”, contó la mexicana. “Tengo la fortuna de tener un gran líder que es positivo y tiene valores, como la igualdad. Esos lazos que hemos hecho como equipo nos han dado grandes resultados”.

Desde que se fundó la Asociación de Basquetbol Estudiantil hace seis años, el equipo dirigido por Molina Soler y Gómez Lozada ha ganado tres campeonatos nacionales.

Por si esto fuera poco, ella también fue asistente de la Selección Nacional de México, lo que la convirtió en la primera mexicana en formar parte del staff técnico varonil.

Erika Gómez Lozada quiere cambiar la historia del deporte femenil en México

Erika Gómez Lozada
Cortesía: Tecnológico de Monterrey

Para lidiar con los estereotipos de género que siguen ligados a las atletas, a lo largo de su carrera la exbasquetbolista se ha aferrado a sus capacidades técnicas y tácticas, a su dureza mental y a la pasión que tiene por lo que hace.

De acuerdo con ella, el basquetbol es el deporte que más practican las mujeres en México, aunque el futbol tiende a ser el más popular.

No obstante, sigue siendo complicado que las chicas puedan tener una carrera profesional porque es un deporte en conjunto en el que es difícil destacar; y porque nuestro país no tiene una federación de basquetbol consolidada.

“Creo que el apoyo nunca ha sido el que debería de ser”, dijo la hidalguense. “Yo me siento con el deber de ayudar a cambiar el rumbo de la historia del deporte en México, para abrir el camino a niñas, jóvenes y mujeres. Nos merecemos esa verdadera igualdad de género”.

Por otro lado, Gómez Lozada cree que alcanzar la igualdad de género es responsabilidad de las mismas mujeres, quienes deben de ser valientes, fuertes y aventuradas en las competencias; pero también de la misma sociedad mexicana.

“Invito a clubes, instituciones y empresas a ser valientes y abrir las puertas”, enfatizó. “Mientras tengas las capacidades y las competencias, no importa si eres hombre o mujer, se puede. Lo estamos viendo hoy, hay muchas mujeres que están al frente”.

La sororidad en el deporte femenil

El 8 de marzo, Erika fue galardonada junto a otras 22 mujeres en la 9ª edición del Premio Mujer Tec en la categoría deporte y gestión deportiva 2021.

“Soy una de las representantes que demuestran que las mujeres estamos haciendo grandes cosas”, dijo. “Con este premio nos están dando luz. Para nosotras es muy bonito e importante vernos brillar”.

Gómez Lozada contó a Business Insider México que el reconocimiento la inspiró a crear un taller de sororidad para las basquetbolistas del Tec de Monterrey campus Hidalgo, llamado “Sorority Basketball Training”.

En este espacio, las chicas platican y reciben consejos de basquetbolistas activas en otras ligas, entrenadoras reconocidas y jugadoras retiradas.

“Aunque ahorita no estoy con el equipo femenil, trato de sumar. Hay que innovar, estar al día y darles a las chicas las herramientas que necesitan a través de la pantalla, aunque sea difícil”.

El objetivo de Erika para el futuro es que el “Sorority Basketball Training” escale a nivel nacional y que más basquetbolistas del Tecnológico de Monterrey puedan formar parte del taller.

“Me gustan los retos, me gusta sumar. Cambiar el rumbo de la historia del deporte femenil en México es uno de los retos que me he puesto”, finalizó.

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