- Vivía endeudada, pero hacer el Camino de Santiago le ayudó a reflexiona y decidió cambiar su ritmo de vida para dejar de despilfarrar dinero.
- Su gasto mensual actual se equipara a lo que antes gastaba solo en salir de fiesta y comer fuera de casa.
- Esta es la manera en que logró cuidar sus recursos económicos.
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Su situación actual con el dinero es tan idílica que su pasado parece el de otra persona.
Diania Merriam está semirretirada y gana lo suficiente para vivir tranquilamente mes a mes porque ya tiene los ahorros necesarios para preocuparse. Tiene un patrimonio de 470,000 dólares (alrededor de 9 millones 390,000 pesos) a sus 35 años.
Pero hace no tanto su realidad era muy diferente. En declaraciones a CNBC Make it confiesa que era «completamente analfabeta financiera». Curioso porque actualmente presenta un podcast de asesoramiento financiero.
¿Qué pasó para que todo eso cambiara? El Camino de Santiago. Dicen que es sanador y quien lo ha hecho bien sabe que puede cambiarte la vida. Merriam se puso ese reto y supo que no podía seguir así.
De estar endeudada a construir un patrimonio
Vivía en Brooklyn, Nueva York. En el momento más complicado de su vida gastaba entre 2,000 y 3,000 dólares (entre 40,000 y 60,000 pesos) saliendo de fiesta por la ciudad.
Iba a tomar algo al terminar el trabajo, cenaba fuera todas las noches y salía constantemente sin pensar en el dinero.
A sus espaldas acumulaba una deuda de más de 30,000 dólares (600,000 pesos).
La mitad por su gasto acumulado con tarjetas de crédito y la otra mitad la seguía arrastrando de un préstamo para estudiar en la universidad.
En realidad ganaba 135,000 dólares (2.7 millones de pesos) al año, pero no era suficiente. Durante años, ni siquiera había reparado en esa deuda. Pero en 2016, hizo el Camino, un viaje de dos semanas y unos 800 kilómetros.
Horas y horas de caminata le hicieron reflexionar sobre su vida y también sobre su dinero. La superación de ese reto le inspiró a tomar las riendas de sus recursos.
Se centró en trabajar y ganar dinero para ahorrar en vez de despilfarrar y gastar lo que tenía de manera responsable.
Su objetivo ni siquiera era retirarse pronto. Solo quería saldar sus deudas y encontrar una estabilidad financiera. Empezó a identificar gastos y vio que la parte de comida y ocio estaba descontrolada.
Así que se puso manos a la obra. En vez de comer fuera, comenzó a llevar la alimentos al trabajo, hacerse el desayuno, almuerzo y cena. También cambió las cenas y copas con amigos y las organizó en su casa.
Casi jubilada
Controlando sus gastos fue capaz de solventar su deuda en algo menos de un año. Una vez resuelto ese problema, se propuso destinar todos sus ahorros a invertir.
Descubrió el movimiento «FIRE» (Financial Independence, Retire Early), que busca encontrar la libertad financiera para jubilarse mucho antes de tiempo.
Además, en 2017 se mudó a Cincinnati, en Ohio, dejando atrás Brooklyn para llevar un ritmo de vida más lento y barato.
De este modo, pasó de pagar 1,800 dólares (alrededor de 36900 pesos) al mes por un apartamento pequeño en Brooklyn a pagar una hipoteca de 600 dólares (11,990 pesos) en el lugar mucho más agradable.
En enero de 2021 empezó a presentar un podcast de asesoramiento financiero. Ahora tiene un patrimonio de casi medio millón de dólares, con 350,000 dólares (7 millones de pesos) destinados a ahorros e inversiones.
Aparte de eso, gana aproximadamente 3,000 dólares (60,000 pesos) al mes con el podcast, en el que solo trabaja unas siete horas y media a la semana.
Sin preocupaciones
Merriam explica que está a medio camino entre el trabajo y la jubilación. Solo necesita ganar el dinero suficiente para cubrir sus gastos porque ya tiene ahorros e inversiones para vivir cuando llegue a la edad de jubilación.
Está contenta con su trabajo actual y ha decidido que no quiere retirarse del todo.
Su presupuesto mensual es de alrededor de 2,000 dólares (alrededor de 40,000 pesos), contando con la hipoteca, el coche y otros gastos. Lo mismo o incluso menos que se gastaba en sus noches de fiesta por Nueva York y con mucha más libertad.
En todo este proceso ha ganado conciencia sobre el valor del dinero y la importancia de gestionarlo bien. Porque en realidad su problema no era cuánto ganaba, si no cuánto despilfarraba.
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