• Los diplomáticos se reunieron para la segunda de las cinco etapas de negociaciones previstas para alcanzar un acuerdo histórico sobre el ciclo de vida del plástico.
  • Esta reunión se produce en un momento en el que la producción anual de plástico se duplicó en los últimos 20 años.
  • Sin embargo, mientras unos países creen que lo mejor sería frenar su producción otros defienden que solo es necesaria una mejor gestión de residuos.
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Los representantes de 175 países se reunieron este lunes en París para intentar llegar a un acuerdo para poner fin a la contaminación por plástico.

Los diplomáticos se reunieron en la sede de la Unesco para la segunda de las cinco etapas de negociaciones previstas para alcanzar lo que sería un acuerdo histórico sobre el ciclo de vida del plástico.

Un reto «inmenso» pero «no insuperable»

El presidente del comité, Gustavo Meza-Cuadra Velásquez, marcó el tono del encuentro.

«El mundo nos está mirando», dijo en el inicio de la sesión. «El reto es inmenso, todos nosotros aquí somos conscientes, pero no es insuperable», insistió.

En el encuentro se reúnen países con intereses divergentes, pero también las ONG y empresas del sector del plástico, muy a pesar de los activistas en defensa del medioambiente, que también asistirán a los debates.

Hace poco más de un año, los países reunidos en Nairobi, Kenia, lograron un principio de acuerdo para poner fin a la contaminación por plástico en el mundo, con el objetivo de elaborar para 2024 un tratado vinculante bajo el mandato de la ONU.

Un grupo de ministros y representantes de 60 países se reunieron en París el sábado, para dar impulso a las negociaciones.

Es necesario cambiar el modelo de producción y uso del plástico

El presidente francés, Emmanuel Macron, instó a «poner fin al modelo globalizado e insostenible» de la producción y consumo de plástico. Advirtió que era una «bomba de relojería», en un mensaje por video difundido en el inicio del encuentro.

Esta reunión se produce en un momento en el que la producción anual de plástico se duplicó en los últimos 20 años para alcanzar un nivel de 460 millones de toneladas. Para 2060, podría triplicarse si no se pone un freno.

Además, dos tercios del plástico se desecha tras muy pocos usos y menos del 10% de esos desechos se reciclan.

«El primer objetivo debe ser reducir la producción de nuevos plásticos y prohibir, lo antes posible, los productos más contaminantes –como las plásticos de un solo uso– y los más peligrosos para la salud», insistió Macron.

Para Diane Beaumenay-Joannet, de la ONG Surfrider Foundation, «existe un consenso sobre lo que está en juego y hay una voluntad para actuar».

Esta activista dice sentirse «bastante optimista en cuanto a los progresos realizados en la elaboración de un borrador de un tratado», pero señala que «el contenido preciso de las obligaciones va a ser complicado, sobre todo en lo que se refiere a la reducción de la producción».

Entre mejorar la gestión de los desechos o reducir la producción del plástico

A favor de la reducción aboga una coalición de países, liderada por Ruanda y Noruega, que incluye entre otros a la Unión Europea (UE), Canadá, y varias naciones de América Latina, como México, Perú o Chile.

Su objetivo es terminar con la contaminación por plástico para 2040.

Pero, hay resistencia de otros países que ponen el acento en el reciclaje o en una mejor gestión de los desechos, como China, Estados Unidos, Arabia Saudita y en general los países del cartel petrolero de la OPEP, que buscan proteger su industria petroquímica.

El plástico, que es un derivado del petróleo, es un material omnipresente en la vida cotidiana. Está en embalajes, fibras de ropa, material de construcción o en el instrumental médico.

Los residuos terminan en los océanos, en las banquisas polares, en el estómago de los pájaros e incluso en las cimas de las montañas. También se han detectado microplásticos en la sangre, la leche materna o en placentas.

Otro aspecto del problema de la contaminación por plástico es su papel en el calentamiento global, ya que en 2019 generó 1,800 millones de toneladas de gases del efecto invernadero, es decir un 3.4% de las emisiones mundiales, una cifra que podría duplicarse para 2060, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

* Con información de AFP.

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