Roberto Báez

Roberto Báez

Juego de Percepciones

Hace algunos meses sonó mi teléfono, antes de un “Hola, ¿cómo estás?” la frase que escuché con un tono desesperado al otro lado de la línea fue “¡Hazme influencer!”.

Parte del trabajo que hacemos quienes nos dedicamos a las relaciones públicas es posicionar mensajes de personas o marcas en diferentes audiencias. Jugamos con las percepciones (de ahí viene el nombre de esta columna), par

La persona que me habló con esta necesidad imperante de ser influencer requería mi ayuda para diseñar una estrategia que le ayudara a ser parte de este Olimpo digital, aquél de quienes gozan la gracia de tener muchos seguidores y disfrutan las mieles del engagement. La pregunta aquí era, ¿para qué quería serlo? 

En las últimas semanas, casos como el de los influencers que presuntamente fueron pagados por el PVEM en plena veda electoral, el de la youtuber YosStop y el de Mariana Rodríguez, esposa del gobernador electo de Nuevo León, han puesto la mira en esta figura del “influencer” y nos han hecho replantearnos este concepto desde varios ángulos. 

¿Qué significa ser influencer hoy?

Empecemos por decir que es un término surgido de las redes sociales, que hace referencia a una persona que ejerce cierta influencia en otras a través de sus publicaciones. 

Lo que dice y cómo se comporta es en sí un llamado a la acción, a sumarse a una causa, dirigir o cambiar la forma de pensar respecto a algún tema e incluso, comprar algún producto o servicio, lo que cual los hace tan atractivos para las marcas.

Hoy en día ser influencer se ha vuelto casi una profesión, hay quien se ostenta como tal, como si hubiera una licenciatura detrás, sin demeritar el gran valor creativo que tienen los contenidos de muchos de ellos y el esfuerzo y la disciplina que muchos ponen en sus cuentas. 

Significa también ser una herramienta de marketing, una opción para monetizar tu presencia digital que bien manejada te puede incluso permitir vivir de ello. Las marcas son las más felices, de acuerdo con un estudio hecho por la agencia Kantar, en México los influencers ayudan en dos objetivos: en el corto plazo generan frescura de marca y en el largo plazo acercan a las marcas a los consumidores.

¿Qué define hoy a un influencer?

Muchas personas creen que el número de seguidores define a un influencer, no es así. Una persona puede tener literalmente millones de cuentas que lo sigan porque su contenido los entretiene, pero eso no significa que ejerzan influencia alguna en ellos.

En grupos especializados de mercadotecnia se cuenta la historia de un influencer en Miami con millones de seguidores, que fue contratado por una marca de ropa y al final de la campaña solo logró vender cuatro playeras.

Por el contrario, las marcas han volteado a ver a usuarios en redes con menos seguidores, gente que tiene a su alrededor una comunidad más pequeña pero fiel, con las que incluso comparte gustos y opiniones que los hacen afines. 

El influencer al final está definido sí en parte por el número de seguidores, pero también por la capacidad de interacción que tiene con ellos. Hoy un like ya no dice mucho, pero recibir comentarios orgánicos y compartir un contenido es oro en el mundo de las redes. 

¿Por qué alguien querría ser influencer hoy?

Más allá de la función básica de influir naturalmente en los demás, el tema se ha vuelto aspiracional. La tendencia a querer ser influencer también está relacionada con la popularidad, la necesidad de ser vistos y escuchados, de simplemente ser alguien, pero un alguien a quien la gente siga y admire.

El término seduce al oído por la atractiva connotación que poco a poco ha adquirido: cierto glamour, el obtener cosas gratis, ser invitado a fiestas y por supuesto, ser contratado por grandes marcas. 

Finalmente hay quienes se plantean ser influencers por un tema profesional, como una manera de apalancar su marca personal para obtener exposición que les reditúe en un mayor networking y posibilidades de negocio. 

Guía súper rápida para ser influencer

Sin necesidad de una gran estrategia o un presupuesto excesivo, un influencer que nace de manera orgánica tiene que considerar estas cuatro características:

  1. Escoge tu tema. ¿Cómo quieres que te perciba el mundo? Habla sobre lo que te gusta, lo que sabes y para lo que eres bueno; no es que escojas de una de las tres, sino busca un tema que cumplan con estos tres puntos. 
  2. Naturalidad. A la gente le gustan las personas espontáneas, que se comportan con normalidad, siendo ellas mismas, sin guiones ni pretensiones. 
  3. Credibilidad. Es fundamental que cuides este punto, tiene que haber una congruencia entre tus dichos y tus acciones, en el comportamiento digital y en tu vida normal. Esta característica puede ser el talón de Aquiles de muchos influencers.
  4. Empatía. La llave de la comunicación, lo que te da ese vínculo “ida y vuelta”, trata como quieras que te traten. 
  5. Profesionalismo. Este último punto aplica sobre todo si buscas un relacionamiento con marcas. Demuestra que eres una persona confiable para los negocios. 

Los casos más recientes de escándalos con influencers que hemos tenido en México nos han dado un golpe de realidad sobre estos personajes del ecosistema digital. Lo que es un hecho es que en el mundo del marketing seguirán siendo una valiosa herramienta en los próximos años, lo que se vislumbra es una mayor regulación de estas figuras que hasta el momento no ha sido clara.

Después de todo lo que compartí en esta columna te puedo decir que al final, así como con aquella persona al principio de esta historia, no es que alguien “te haga influencer”, habemos profesionales de la comunicación que podemos guiarte en ciertos pasos, pero influencer te haces tú solo. 

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

Descubre más historias en Business Insider México

Síguenos en FacebookLinkedIn, Instagram y Twitter

Consulta a más columnistas en nuestra sección de Opinión