Un empresario, por su carácter natural, arriesgado, competitivo e ingenioso, experimenta un estado de bienestar y satisfacción si ha hallado significado a su vida y si ha cultivado el sentido del logro.
Por supuesto, cualquier persona que experimenta esas dos condiciones, y además busca experiencias positivas, involucrase con lo que hace (engagement) y generar relaciones positivas, logra un equilibrio que lo puede llevar a la plenitud, al bienestar o lo que llamamos felicidad.
Sin embargo, la pandemia, las noticias internacionales y la situación de aparente incertidumbre que vive el país provocan que los empresarios no vivan las emociones que les son más afines para expermentar su bienestar: el significado de su trabajo y el sentido del logro.
¿Realmente está mi organización, por grande o pequeña que sea, provocando un cambio en el mundo?, ¿las ventas, la calidad de los productos y servicios, son los adecuados?
En tiempos de crisis, como los que estamos viviendo, las respuestas no son muy positivas. Pasan los días y no hay ventas que esperamos, los insumos son caros, los costos laborales se incrementaron y también, hay que decirlo, valoramos con mayor peso las noticias negativas sobre las positivas. ¿Qué pueden anunciar para fortalecer el sentido del logro?, ¿qué pueden decir para alentar a los colaboradores para mostrar el cambio que están generando en el planeta?
Los empresarios tienen exacerbado un “defecto” común a todas las personas comprometidas: echarse encima toda la responsabilidad de buscar las soluciones. Para colmo, su imagen depende de su éxito. Es decir, a quién le cuentan, con quién se “asinceran” sin echar por tierra esa reputación que tanto cuidan, y sin preocupar a la familia, pues ellos siempre ponen en juego su patrimonio.
El estrés para los empresarios siempre es elevado, pero en estos tiempos puede ser peor si no hacen algo por complementar su bienestar con las otras tres experiencias que les pueden brindar un mejor estado de satisfacción.
Por ello Martin Seligman propone el modelo PERMA: positividad, engagement o compromiso, relaciones positivas, sentido de la vida y sentido de logro como los elementos clave para el bienestar.
¿Qué deben aprender los empresarios para impulsar su bienestar?
El reto para ti que encabezas una empresa, es aprender a balancear las emociones personales.
Un primer paso es experimentar emociones positivas, que pueden ir desde salir a divertirte con la familia, los amigos, prácticar algún hobby o hasta introducir en tu vida un hábito de psicología positiva, como un diario de gratitud, donde agradezcas las cosas buenas que te sucedieron en el día.
Propiciar momentos de meditación o serenidad, cualquier actividad que te relaje, escuchar música, caminar. Te puede resultar ocioso cuando tienes problemas, pero está comprobado que esos lapsos de relajamiento le permiten a la mente encontrar nuevos caminos para hallar soluciones a problemas complejos.
Otra opción, y para fortalcer tu sentido del logro, es llevar una lista de tus avances personales y de la organización. Si bien, en general las cosas no van bien, puedes observar cómo vas alcanzando los pasos que te has fijado para salir del problema. Los logros son “pequeños”, pero avanzas, y eso hay que reconocer y celebrar.
Y por último, algo que sabes, pero que debes hacer mejor: no quieras solucionar todo solo. Es buen momento de ampliar y mejorar tu red de apoyo para que te dé soporte en esos momentos de dudas.
En nuestra Maestría de Liderazgo Positivo, del Instituto de Ciencias del Bienestar y la Felicidad del Tecmilenio, hemos visto cómo muchos empresarios cambian no solo su vida personal, sino también la de sus colaboradores aplicando este tipo de sugerencias.
Así que tranquilo, sigue siendo tú, arriesgado, competitivo, ingenioso, porque tu labor y la de tu organización tiene un significado y no ha perdido el sentido del logro. Solo fluye positivamente.
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