- Las habilidades blandas se han vuelto cada vez más importantes en las valoraciones de los empleados y en los procesos de selección.
- Las empresas necesitan más herramientas para su evaluación y los trabajadores un programa organizado para su adquisición y desarrollo.
- Francisco Martínez Delgado, cofundador y CEO de emotionhack_, habló sobre las emociones y más en el trabajo.
- ¿Ya conoces nuestra cuenta en Instagram? Síguenos.
Las habilidades blandas y el control de emociones en el trabajo se han impuesto en los procesos de selección y en los programas de ascenso.
Los expertos insisten en que la gente aún no es consciente de lo importante que son estos temas frente a las capacidades técnicas.
Sin ellos, básicamente, no puedes realizar tus tareas como la empresa espera, que es consiguiendo tus resultados y multiplicando el de los que te rodean.
«Se contrata por el currículum y la experiencia profesional, pero luego no encaja. ¿Y por qué no encaja? Porque tiene demasiadas habilidades blandas en un sitio donde todos son muy duros o viceversa», resalta en una entrevista Francisco Martínez Delgado, CEO de emotionhack_, una plataforma de desarrollo de habilidades blandas.
«En definitiva, esa falta de habilidades blandas (y de contacto con las emociones en el trabajo) —aunque es generalizar un poco— es entender muy bien cuáles son las expectativas de las personas y de la compañía…», insiste.
El problema está en que, aunque muchas de ellas parezcan de sentido común, no todas las personas las tienen desarrolladas al mismo o nivel o reconocen lo que implican en su puesto de trabajo.
Esta distinción han de establecerla los managers, pero estos no confían en que las habilidades blandas se puedan adquirir como las duras o los conocimientos técnicos.
«Si tienes que aprender programación e incluso idiomas, hay mucha formación ordenada y clara. Para las blandas no hay nada de eso. Hay caos. Recurres a programas de liderazgo, escuelas de negocios, psicólogos y gurús que venden libros y su curso», expone Martínez.
Para más, son difíciles de aplicar todo el tiempo.
«Te das cuenta de que llevar a la práctica las ‘soft skills’ muchas veces tiene que ver con el ponerte en situaciones donde no has estado antes para ver cómo reaccionas. Cuando estás bajo presión te cuesta hacer sumas, ¿no? Muchas veces también te cuesta ser empático, o que la ira o la rabia no se antepongan a la emoción con la que debes responder a determinados estímulos», comenta.
De ahí surge la necesidad de un programa en el trabajo para desarrollar habilidades blandas de manera poco invasiva, barata y que se ajuste a las necesidades de personas con emociones muy distintas.
«Las empresas tienen que darse cuenta que, a personas con talento para gestionar proyectos o resolver problemas, a veces les falta más capacidad para transmitir ideas, gestionar equipos e incluso un cierto grado de empatía. Y que, quienes tienen estas capacidades transversales, aunque no sean tan buenos como los técnicos, hacen que el equipo funcione mejor».
El programa de emotionhack_ te permite abordar 3 tipos de ‘soft skills’ diferentes: personales, profesionales y sociales
Emotionhack_ está trabajando con Nationale-Nederlanden en un programa donde están introduciendo tecnología para identificar, primero, quién lo necesita y, segundo, qué es lo que quieren.
De esta forma, las empresas no caen en el error de elegir a los «top performance» —los que mejor lo están haciendo— y pueden medir el retorno de la inversión en la formación.
«Hay mucha gente enseñando inteligencia emocional. No reinventamos nada. Buscamos que los empleados ‘hackeen’ sus emociones en el trabajo», reconoce.
«Lo que queremos hacer con nuestra plataforma es diseñar experiencias de aprendizaje personalizadas para cada empleado y que Recursos Humanos pueda delegar la gestión de desarrollo del empleado y su seguimiento. Ahora es muy difícil ‘trackear’ la carrera profesional. Las herramientas que normalmente se utilizan son para factores extrínsecos: compensación, vacaciones…».
El programa pasa por adquirir habilidades blandas de lo intrapersonal a lo interpersonal en tres módulos.
1. Identificar las emociones y las respuestas
«Lo primero que trabajamos es en identificar las emociones y a regularlas», comenta el CEO de emotionhack_
«Las respuestas pueden ser fisiológicas, mentales o motoras y no son únicas. Así, entramos en el concepto de identidad y en el concepto de la autoestima».
Habilidades: coherencia, flexibilidad, optimismo, equidad, curiosidad y persistencia.
2. Pasar de la persona al líder
«El segundo módulo con el que trabajamos es el de transición: de la persona al líder. Lo que vemos es todo lo relacionado con los distintos estilos de liderazgo. Solemos caer en el error de reconocer al líder como una persona fuerte, que va por delante de los demás y abriendo camino. Y no es así».
«Messi y Ronaldo son líderes en el terreno, pero lo hacen de forma muy distinta. Nadal y Federer también. El estilo de liderazgo cada uno lo debe asumir o lo debe ejercer en función de cómo es su persona, de cómo se sienta», añade.
Habilidades: motivación, proactividad, carisma, crecimiento, liderazgo y responsabilidad.
3. Trabajar la comunicación
«En la parte interpersonal trabajamos lo que es comunicación, trabajo en equipo y una serie de elementos que entendemos que son importantes como la gestión del estrés, el tiempo, la creatividad, la innovación y la flexibilidad psicológica».
Habilidades: asertividad, comunicación, empatía, confianza, gratitud y negociación.
Entre tanto, el software también ha derivado en una aplicación que permite seguir «e_hacks» para adquirir conceptos básicos, en el orden que prefieran y de acuerdo con las necesidades de los usuarios.
Estos conforman un programa de aprendizaje en línea, que incluye seis audios de entre cinco y 15 minutos por habilidad.
«No hay una ciencia irrefutable que te diga que eso se puede hacer. No es blanco o negro. Es como el coeficiente de inteligencia, ¿se puede medir la inteligencia? Se puede entonces valorar la inteligencia emocional», puntualiza Martínez.
AHORA LEE: 6 tips para que tus empleados y tú detengan el «burnout»
TAMBIÉN LEE: Qué es la discriminación laboral, cuáles son sus características y cómo puedes denunciarla
