• Elon Musk llegó a convocar una reunión con todos los empleados de SpaceX a la 1 de la madrugada de un domingo para preguntar por qué una fábrica no trabajaba 24/7. Cuando le explicaron que era por falta de personal, contrató a 252 empleados en 48 horas.
  • Su extremo estilo de liderazgo y los objetivos tan exigentes pueden parecer exagerados, pero algunos ejecutivos admiten que eso les lleva a mejorar.
  • "Nadie cambió el mundo trabajando 40 horas semanales", llegó a decir Musk en Twitter.

Elon Musk es conocido por su exigente estilo de liderazgo; este le lleva a pedir a sus trabajadores objetivos siempre más ambiciosos o delegar una parte muy limitada de sus tareas. Un ejemplo gráfico es una reunión a la 1 de la madrugada de un domingo que convocó en febrero de 2020 con los trabajadores de SpaceX.

La reunión, convocada para saber por qué la fábrica que elaboraba el cohete Starship —con el que Musk quiere llevar a humanos a Marte— no estaba trabajando las 24 horas del día y los 7 días de la semana, se saldó cuando sus empleados le explicaron que necesitaban más personal para hacer turnos. Musk reaccionó inmediatamente: contrató a 252 trabajadores en 48 horas, según reveló Ars Technica.

Es solo un ejemplo, pero retrata bien la personalidad del empresario californiano. Según algunos empleados, el sistema funciona. «Es muy agresivo con los tiempos; pero francamente, eso nos lleva a hacer las cosas mejor y más rápido», aseguró la presidenta de SpaceX, Gwynne Shotwell, en una charla TED en 2018.

Una de las cosas que la ejecutiva de la empresa aeroespacial asegura que entendió de la costumbre de Musk de poner objetivos exagerados, es a detenerse primero y pensar antes de decirle que eran imposibles.

«Cuando Elon dice algo, tienes que parar y no bloquearte inmediatamente con «imposibles» o que no hay manera de lograrlo. Te callas, escuchas y encuentras maneras de hacerlo», aseguró Shotwell.

«Su optimismo hace que vayas más allá de lo que imaginas»

El consejero delegado de Neuralink —la empresa de neurotecnología con la que Musk pretende conectar el cerebro humano a elementos tecnológicos para, por ejemplo, curar la parálisis o permitir la telepatía—, Max Hodak, también considera que esos objetivos exagerados ayudan a los empleados a pensar más allá de lo evidente.

«Su optimismo hace que vayas más allá de lo que imaginas; te muestra que hay cosas posibles mucho más allá de lo que piensas que es posible hoy», aseguró Hodak en un discurso ante la Academia de las Ciencias de California.

No obstante, esta forma de pensar también genera muchas dificultades para los empleados. Algunos han confesado tenerle miedo a Elon Musk y otros se lo han encontrado durmiendo debajo de alguna mesa en las oficinas de Tesla.

Él mismo ha llegado a explicar su exagerada ética de trabajo en mensajes en Twitter como el que publicó en 2018 diciendo que «nadie cambió el mundo trabajando 40 horas semanales».

Cuando alguien le preguntó cuál era el número de horas que se debía de trabajar a la semana para cambiar el mundo, Musk dijo que a partir de las 80 horas semanales, «con picos de 100 en algunos momentos». «El nivel de sufrimiento crece exponencialmente cuando superas las 80 horas semanales de trabajo», agregó, alimentando aún más esa fama de un exigente estilo de liderazgo.

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