Hoy existe mucho debate alrededor del costo y precio de la energía eléctrica para los hogares en México. Se ha dicho en repetidas ocasiones que a los hogares mexicanos le cuesta $5.20 pesos por kWh la electricidad y se ha comparado con empresas panificadoras y comerciales.
Se ha matizado esta información señalando que eso es lo que le cuesta a la CFE llevar la energía. Si ese es el caso y el precio medio de la energía es de menos de un peso, entonces tenemos graves problemas en las finanzas públicas. Más allá del debate político y la iniciativa de reforma energética, queda de manifiesto el desconocimiento de la estructura de precios y costos de la electricidad en México.
Por ello, en las próximas semanas dedicaré una serie de artículos en este espacio para conocer más sobre los precios, costos, tarifas y subsidios de la energía eléctrica en los hogares mexicanos; todo con el fin de dar contexto e información clara para los usuarios y abonar de forma propositiva al debate.
Para empezar, es importante puntualizar que todos los usuarios domésticos conectados a la red electrica nacional se nos considera usuarios de servicios básicos.
¿Qué son los usuarios básicos?
Los usuarios básicos tienen dos características, en primer lugar, su consumo es menor a un 1MW de Potencia máxima en un periodo del día dado.
¿Cuánto es 1 MW? Si tuvieramos 10,000 focos incandecentes de 100 watts (de esos viejitos) prendidos al mismo tiempo alcanzaríamos 1MW de potencia. Otra forma de verlo es tener 1,250 hornos de microondas de 800 watts funcionando al mismo tiempo o unas 556 lavadoras de 1800 watts funcionando en un solo instante.
Dicho de otra forma, los usuarios de servicios básicos están compuestos por hogares, pequeños y medianos comercios, iglesias, pequeñas oficianas e, incluso, el alumbrado público. Los que tienen una demanda de 1MW se les conoce como usuarios calificados y estos son grandes industrias, grandes centros comerciales y cadenas de logística, o grandes edificios.
La seguna característica de los usuarios básicos es que, por su protección, tienen una tarifa regulada por la Comisión Reguladora de Energía que considera los costos de generación, Potencia, servicios conexos, transmisión, distribución, operación del CENACE, y comercialización.
La idea de la reforma energética era que este umbral de 1 MW fuera bajando poco a poco hasta que la diferencia entre un usuario básico y uno calificado fuera solamente el esquema de fijación de precios, ya sea por tarifa protegida por la CRE o por precio de libre mercado ofrecido en competencia.
Por lo tanto, si bien actualmente solo tenemos un solo suministrador de servicios básicos que atiende a los 46 millones de usuarios domésticos y otros más, la reforma abrió a la libre competencia el suministro básico. Sin embargo, no se crearon los elementos institucionales necesarios, ni se le dio el fomento adecuado para que hubiera más competidores y pudieramos elegirr proveedor.
Tan es así que la ley determina los requisitos para entregar permisos de suministrador de servicios básicos e incluso se otorgaron cinco permisos adicionales al de CFE: Luxem Luz Eléctrica Mexicana, Enlace y Representación Gubernamental, BH Energy Supply, Zenith Holding México y Suministro Basico del Centro, este último un suministrador creado por la cooperativa de trabajadores de la extinta Luz y Fuerza del Centro que tiene un edificio en la Avenida Juarez esquina con Humbolt en la Ciudad de México.
La CRE no ha entregado nuevos permisos desde 2018 y ninguno de ellos ha podido iniciar operaciones por las altas barreras de entrada que significa, por la regulación incompleta para migrar, iniciar subastas con ayuda del Cenace y los onerosos cobros por uso de infraestructura de CFE Distribución.
Así que, la reforma creó opciones para que los usuarios pudieran elegir como en otros países y como en cualquier otro servicio porque si bien las redes de transmisión y distribución pueden ser actividades estratégicas, vender energía a los hogares no supone un riesgo a la soberanía nacional. Más sobre estos temas la siguiente semana.


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