• Probé muchos presupuestos diferentes y me cansé de todos.
  • Luego, un amigo me dijo que ignorara el consejo común de presupuestar mensualmente y presupuestar semanalmente.
  • Hacer un presupuesto semanal de mi dinero me ha ayudado a gastar menos y ahorrar sin esfuerzo cada año.

Como alguien que ha experimentado con muchos diferentes métodos de presupuestación —el presupuesto libre de culpa, el presupuesto de suma cero, y el presupuesto de 50/30/20 , por nombrar unos pocos— me había dado por vencida en mantener un presupuesto estricto y vigilar de cerca mis gastos. Se sentía tedioso, consumía mucho tiempo y, al final del día, lo que realmente importaba era estar al tanto de las metas de ahorro. 

Eso fue hasta que mi amigo Ari, quien es asesor financiero, sugirió que todos deberíamos hacer un presupuesto semanal, no mensual. Ari, quien se describe a sí mismo como un fiestero reformado que una vez se metió en mini olas de gasto los fines de semana, descubrió que restablecer su presupuesto semanalmente podría ayudarlo no solo a realizar un seguimiento de sus gastos, sino también a ahorrar.

Hace unos años, decidí darle una oportunidad a la elaboración de un presupuesto semanal. Hacerlo me ha ayudado a ser más realista sobre mis gastos y me ha dado un poco más de margen de maniobra cada mes. En estos días, hago una combinación de un presupuesto libre de culpa y «me pago primero» y gasto el resto, junto con un presupuesto semanal para mis gastos discrecionales.

Separo mis gastos discrecionales

Para mantener separados mis ahorros y el dinero para gastos discrecionales, muevo una cantidad determinada de dinero cada semana a una cuenta que uso únicamente para gastar.

Primero, calculé mis gastos fijos, como el alquiler, los servicios públicos, los servicios de suscripción y el seguro, y cuánto quería ahorrar cada mes para emergencias, vacaciones y jubilación. Lo que quedaba era lo que tenía que gastar cada mes. Por último, dividí ese número por 4.3 (que es la cantidad de semanas en un mes), y ese sería mi presupuesto de gastos semanal.

Mantener el dinero en una cuenta corriente separada hace que sea menos tentador aprovechar mis ahorros antes de que realmente los necesite. Además, facilita el seguimiento de la cantidad que me queda cada semana.

Guardo dinero para cubrir los pagos con tarjeta de crédito

Durante la pandemia, comencé a comprar más en línea y a usar mi tarjeta de crédito para cubrir las compras. Para ayudar a cubrir mis pagos mensuales con tarjeta de crédito, cada vez que hago una compra con ella, transfiero dinero a mi cuenta corriente principal, donde se pagan las compras con mi tarjeta de crédito.

Digamos que gasté 30 dólares comprando comida para mascotas en línea. Movería 30 dólares de mi cuenta de gastos semanales a mi cuenta corriente principal. Esto me ayuda a evitar sentirme sorprendida cuando recibo el estado de cuenta de mi tarjeta de crédito, y me resulta más fácil pagar el saldo completo de mi tarjeta de crédito cada mes. Además, la mayor parte del tiempo uso dinero que ya reservé para compras discrecionales.

Guardo lo que «sobra»

Cuando me queda dinero al final de cada semana, lo guardo. Ari sugiere gastarlo para que pueda disfrutar y no sentirse privado del gusto. A menudo siento que tengo suficiente margen de maniobra para gastar en algunas compras aleatorias al mes, y preferiría destinar ese dinero a una meta de ahorro, ya sea un fondo de derroche, un fondo de vacaciones o para agregar a mis ahorros de emergencia. Si bien varía cuánto ahorro cada semana, me ayuda a ahorrar al menos varios cientos de dólares al año.

Ayuda a evitar entrar en pánico por el dinero

Hacer un presupuesto semanal, combinado con un enfoque de ahorro de «pague tu mismo primero», ayuda a aplastar las preocupaciones que podría tener acerca de quedarme sin dinero para fin de mes. Puede ser difícil hacer un presupuesto para todo un mes, especialmente porque las facturas vencen en diferentes momentos del mes, lo que significa que la cantidad que necesitas cada mes puede diferir. Además, me ayuda a ahorrar todo lo «sobrante» de mis fondos semanales.

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