• Los años bisiestos significan más ventas, consumo, productividad, lo que puede dar una 'ayudadita' a la economía mexicana.
  • Que este febrero tenga 29 días puede aportar hasta 0.26% a la riqueza nacional medida con el PIB, estima Banorte.
  • Hay estudios en América Latina que demuestran que un año bisiesto puede aportar hasta 1.5% al PIB.
  • Un día más al calendario es un día más de trabajo, ¿te pagarán más? No necesariamente.

El 2020 tiene algo especial si miras con atención tu calendario: es año bisiesto y eso es una buena noticia para la economía mexicana pero no necesariamente para tu cartera y salario.

Sí, febrero tiene 29 días y no 28, algo que pasa cada 4 años, y eso implica sumarle un día más de trabajo a la actividad económica y a tu jornada.

“Un año bisiesto significa un aumento de la productividad y esto puede verse reflejado en el Producto Interno Bruto (PIB)”, dijo Carlos Alberto Jiménez, economista, investigador y jefe del doctorado de Administración de la Universidad La Salle México.

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Y no es chiste.

“Es un año bisiesto que suena a veces un poco a chiste pero nos agrega 0.26%” al Producto Interno Bruto (PIB), dijo Gabriel Casillas, economista en jefe de Grupo Financiero Banorte.

Un día más de trabajo en el calendario será un día más de consumo, gasto, es decir, que los engranes de la economía produzcan un poquito más.

“Somos un país de 125 millones de habitantes que si se levanta un día a trabajar, pues genera producción, derrama económica y entonce los efectos, aunque sí son pequeños, sí existen”, explicó Jessica Roldán, economista en jefe de Casa de Bolsa Finamex.

En una economía como la mexicana, que según cifras preliminares no creció en 2019, cualquier elemento que sume a su recuperación es bienvenido, así sea de efectos pequeños, como es el caso del año bisiesto.

“Cada cosa cuenta para el número de la actividad al final del año (…) más producción te da un empujoncito ”, dijo Roldán al responder si este año de 366 días es una buena noticia para las economías.

Año bisiesto, un empujón de hasta 1%

Los años bisiestos pueden llegar a dar un empujón que haga crecer a la economía de un país un nada despreciable 1.5% en su PIB -una medida para medir el valor de lo que produce una economía en cierto tiempo-, de acuerdo con Jiménez.

El investigador de La Salle mencionó que hay estudios empíricos -es decir basado en casos y experiencias concretas- en economías latinoamericanas como Colombia y Argentina que han demostrado que se puede crecer desde 0.2% hasta 1.5%.

Las investigaciones no han encontrado una causa directa entre el año bisiesto y ese crecimiento aunque algunos sugieren que esa mayor productividad puede deberse hasta a causas psicológicas, dijo.

“Algunos dicen que porque el mes no se interrumpe tan pronto y eso genera un efecto psicológica en los trabajadores y en el comercio”, dijo Carlos Jiménez.

Pero aún no se sabe la causa exacta, precisó.

El calendario actual occidental se introdujo en el siglo XVI con 365 días, que son el tiempo en que la Tierra da una vuelta al Sol. Pero no son exactamente esos días sino que tarda un poquito más: cinco horas, 48 minutos y 46 segundos.

Ese pedacito extra de tiempo se acumula y cada cuatro años se integra con esas horas, minutos y segundos un día más y sorpresa: ¡tenemos años bisiestos!

¿Te pagarán más por ser bisiesto?

A estas alturas te preguntarás si en año bisiesto tendrás un ingreso extra en tu quincena.

No necesariamente.

Si tu contrato de trabajo se basa en un pago mensual, el cálculo de tu salario se hace por mes, no por días trabajados, así que la cantidad que recibas esta segunda quincena de febrero sería igual durante los 12 meses del año, de acuerdo con una publicación del sitio IDC.

“No existe razón para aumentar un día salarial en los meses de 31 días o en febrero cuando tiene 29 (…), ya que está incluido en la contraprestación mensual, con independencia de la forma en que esta se pague, es decir, por semana o por quincena”, de acuerdo con IDC.

Una práctica entre diversas empresas es que al final del año se hace un “ajuste de calendario” para compensar aquellos meses que tienen menos o más días, explicó Carlos Alberto Jiménez, economista, investigador y jefe del doctorado de Administración de la Universidad La Salle México.

“Siempre se paga pero habrá empresas que no lo lleguen a hacer pero en términos legales eso está previsto”, añadió.

Jiménez añadió que las cotizaciones por ejemplo a la seguridad social en México se calculan con 30.4 días, que multiplicados por 12 meses nos da como resultado 364.8 días, redondeado 365.

El que no haya razón de pagar más porque febrero tenga 29 días -de IDC- se basa en una resolución judicial.

“En los casos en que el salario del trabajador se fija en forma mensual, no existe razón para aumentar el correspondiente al día treinta y uno, que debe considerarse incluido en la remuneración mensual”, indica la resolución.

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Corrección al bisiesto

Para los economistas este año bisiesto es algo que tienen que corregir más que celebrar.

A la hora de medir, los economistas buscan también que las cifras sean comparables con las de otros periodos de tiempo y saber así cómo va lo que miden, en este caso la actividad económica a través del PIB.

Si febrero tiene 29 días será más productivo que los febreros de 28, por lo cual no sería comparables, uno tendría una ventaja dada por el calendario.

Los economistas usan técnicas y herramientas de la econometría para quitar ese ruido que da un día más en febrero y lograr que todos los febreros sean comparables.

“Eso se llama desestacionalización”, dijo el Jiménez, miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

Estas correcciones permiten que se puedan comparar las cifras de un año o un mes con las de otro, algo relevante para seguir el comportamiento de la economía.

La desestacionalización quita todo ese ruido que mete el calendario, como años bisiestos, vacaciones, y hasta efectos no previstos como un sismo o huracán que pueden afectar la actividad económica.

Cuando no se corrigen esos números se les conoce como cifras originales. Lo importante es que pongas atención qué tipo de cifras estás leyendo y que compares peras con peras, es decir, originales con originales y desestacionalizadas con desestacionalizadas.

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