• Los adultos que hacen ejercicio tienen una mayor tolerancia al dolor que los que no lo hacen, de acuerdo con un nuevo estudio.
  • La investigación muestra que cuanto más ejercicio hace una persona, más dolor puede tolerar en general.
  • Los hallazgos podrían guiar los planes de tratamiento para las personas con dolor crónico.
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La frase “si no duele no sirve” es clásica cuando se habla de ejercicio. Sin embargo, una nueva investigación reveló que un poco de actividad física en realidad puede ayudar a mejorar la tolerancia general al dolor. 

En un gran estudio de más de 10,000 adultos, los investigadores encontraron que aquellos que participaban regularmente en actividad física (de moderada a vigorosa) tenían una mayor tolerancia al dolor que aquellos que permanecían sedentarios.

Para el estudio, publicado en PLOS One, la tolerancia al dolor se midió mediante la prueba de presión en frío (CPT). En estas, las manos de los participantes se sumergieron en agua helada para ver cuánto tiempo podían soportar el dolor posterior. 

La prueba CPT se realizó dos veces, con aproximadamente ocho años de diferencia para cada participante. 

Los investigadores encontraron que aquellos que reportaron realizar una actividad física lidera se asociaron con una mayor tolerancia al dolor. Sin embargo, cuento más ejercicio hacían, más lo podían soportar en general.

Un tratamiento para el dolor crónico

Para aquellos que sufren de dolor crónico —descrito por el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos como un dolor que dura más de varios meses— estos hallazgos podrían ser un gran avance para sus planes de tratamiento.

“Estos resultados respaldan el aumento de los niveles de actividad física como una posible vía no farmacológica para reducir o prevenir el dolor crónico”, afirmaron los investigadores en el resumen del estudio.

Esta no es la primera vez que se estudia el ejercicio como un tratamiento potencial para el dolor crónico, aunque puede ser uno de los estudios más grandes hasta la fecha. 

En 2017, una revisión de Cochrane encontró que la mayoría de los estudios previos sobre el tema eran pequeños y solo siguieron a los participantes durante menos de un año. 

Los autores de esa revisión también determinaron que la actividad física tiene el potencial de mejorar el dolor, con muy pocos efectos secundarios.  

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estiman que 51.6 millones de personas, alrededor del 20% de la población adulta, experimentan dolor crónico. 

Muchos pacientes dicen que un diagnóstico adecuado puede llevar años, lo que puede provocar complicaciones adicionales, como ansiedad y depresión, así como una capacidad limitada para trabajar o participar en actividades.

La idea de hacer ejercicio con dolor crónico puede ser desalentadora. Los expertos dijeron a The New York Times que las personas con dolor crónico deben comenzar con pequeñas cantidades de ejercicios de bajo impacto. Esto incluye caminar, el yoga, la natación o el taichí.

Y si este empeora dos horas después de terminar la actividad, hay que reducir la escala o buscar un nuevo ejercicio.

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