- Perder el empleo puede provocar que te sientas mal y tu vida pase por un momento difícil.
- Esto ocurre porque vives un duelo, que va desde una etapa de optimismo hasta momentos de gran apatía.
- La psicóloga y maestra en Políticas Públicas y Género, Yuliana Zuarth, explica cómo superar ese periodo.
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Hace tiempo, conseguiste el trabajo que tanto querías, donde el sueldo, las prestaciones y el ambiente laboral eran envidiables, pero hay un problema: te dijeron que, a partir de la próxima semana, ya no formarás parte de ese lugar y, con ello, inicia un duelo.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) más reciente, hay 1.9 millones de personas en México que no tienen trabajo, pero están buscando oportunidades laborales. Este grupo representa 3.3% de la Población Económicamente Activa (PEA).
Ante este panorama, y debido a los recortes de personal y falta de contrataciones que actualmente afectan no solo en México, sino a nivel mundial, es importante conocer cómo podemos lidiar con nuestras emociones si nos quedamos sin empleo.
Para ello, la psicóloga y maestra en Políticas Públicas y Género, Yuliana Zuarth, explica en entrevista para Business Insider México la relevancia del duelo al perder un trabajo.
Todo empleo es importante
Lo primero que debes saber es que, sin importar cuál sea tu ocupación, incluyendo el trabajo doméstico (que pasa desapercibido la mayor parte del tiempo), es relevante para la economía y para la sociedad.
«Todo lo hacemos para ayudar y aportar a nuestra comunidad. Es la principal causa de todo lo que hacemos (…)», dice Zuarth.
¿Por qué nos duele tanto?
Es posible que experimentes tristeza o enojo al recibir la noticia de que, en días u horas, dejarás de laborar en ese lugar. Para algunas personas dentro y fuera de nuestro entorno, puede parecerles exagerada tu reacción, pero no es así.
El empleo «nos dignifica, nos da sentido de pertenencia, expande nuestra creatividad y motivación. Es el medio de expresión más fuerte, nos permite relacionarnos constantemente. Sentimos que aportamos al círculo de bienestar y riqueza de nuestra comunidad, estados y países», asegura la experta.
A esto se suma que el trabajo es un derecho humano, de acuerdo con la experta, quien retoma el artículo 23 de la Declaración Universal de Derechos Humanos que hace referencia a este tema.
«Debemos darnos cuenta de todas las implicaciones de perder un trabajo; pierdes un derecho humano y son parte de nuestra dignidad. De ese tamaño es el suceso, el quiebre (…). (Se) requiere una intervención integral e interdisciplinario para tratarlo», señala Zuarth.
Tipos de duelo al dejar nuestro trabajo
Lo primero que indica Zuarth es que, en el momento de ya no tener empleo, sepas que no es tu culpa.
«Es parte de una problemática de Estado; estás perdiendo un derecho humano, de las condiciones materiales y que se debe resolver en conjunto. No fue tu culpa. Por eso vemos que en países de primer mundo como Alemania o Finlandia tienen (las) tasas (más altas) de subsidios por desempleo, que son un apoyo cuando te quedas sin empleo (…). Es una medida compensatoria», afirma.
Posteriormente, debes tener claro que pasarás por un duelo debido al trabajo.
«No solo pierdes un salario o la estabilidad económica; (desaparecen) el proyecto de vida, el sentido de pertenencia, la rutina, el vínculo fortalecedor que da con la familia y el prestigio social», comenta la experta.
En el caso de las cuestiones laborales, el proceso que vivirás se divide en cuatro etapas, que Zuarth retoma basándose en los estudios de las especialistas Mary Sandra Carlotto y María Dolores Gobbi.
1. Idealismo y entusiasmo
La psicóloga detalla que consiste en poner todo tu tiempo y energía en buscar un nuevo empleo, cayendo en algunas ocasiones en ideas y expectativas poco realistas.
«No pasa nada. Incluso es similar a la negación, como estar en shock», puntualiza.
2. Estancamiento
En ese momento, comenzarás a reflexionar sobre lo ocurrido, lo que disminuirá tu rastreo de nuevas vacantes laborales.
3. Apatía
Para ese momento del duelo, casi no tendrás interés en buscar un nuevo trabajo.
4. Distanciamiento
En este punto hay una frustración crónica, con vacío emocional, depresión y desvalorización.
¿Cómo puedo vivir el duelo?
Aunque la descripción de Carlotto y Gobbi plantea escenarios «oscuros» o pesimistas, la experta hace hincapié en que cualquier persona que se queda sin trabajo puede rehacer su vida después del duelo.
«No es tu fracaso, no te faltó esfuerzo ni responsabilidad. El desempleo es una problemática de Estado; es una consecuencia de la desigualdad estructural que vivimos», reitera.
Posteriormente, invita a que reconozcamos nuestras emociones.
Como persona «tienes derecho a estar triste, enojada, a llorar, a tener dudas, miedos y hasta no creértela, pero teniendo claro que esta tormenta pasará. Permítete sentir las emociones y de aislarte de vez en cuando, siempre y cuando eso no se convierta en una depresión clínica, ataques de ansiedad o adicciones a sustancias. De ser así, hay que buscar ayuda profesional», dice Zuarth.
El siguiente paso es tener claro que tus capacidades profesionales no se fueron junto con tu cargo.
«Se quedan contigo. Son inherentes a ti. Es una gran oportunidad para potenciarlas; no son de las empresa o institución. Utiliza este tiempo para aprender una nueva actividad, un idioma, tomar un curso o diplomado. También puedes retomar intereses que hace mucho dejaste atrás o puedes inscribirte a un grupo o asociación civil de la causa que más te apasione», comenta.
Este tiempo, señala la psicóloga, también es ideal para reelaborar tu autoconcepto, es decir cuál es tu percepción sobre ti, cuánto te aceptas y te valoras.
Otro aspecto a tomar en cuenta al vivir el duelo por perder el trabajo es mantener una rutina, debido a que el exceso de tiempo libre puede llevar a una desvinculación con el entorno.
«Utiliza las herramientas a tu alcance para construir una rutina que te motive. Por ejemplo, delimitar a qué hora te levantarás, qué ejercicio harás (no tiene qué ser el más elaborado o difícil) (…); esto te relajará y bajará tus niveles de estrés. Puedes escuchar un podcast, ver tu noticiero favorito, ver una TedTalk o escribir. Esta última es una gran herramienta de sanación. Puedes destinar solo una parte de tu tiempo a buscar trabajo, si eso quieres. Además, procura dormir bien», precisa.
Si durante esta etapa experimentas miedo, la también maestra en Políticas Públicas y Género asegura que esto es normal.
«A veces llegan pensamientos catastróficos, de ‘nunca voy a volver a encontrar trabajo’ y esto no es así. Es nuestra mente que actúa ante una situación desconocida. No te preocupes. Si un reto llega a ti, tienes las herramientas para superarlo», afirma.
Por última, Zuarth aconseja que pases esta época con acompañamiento de personas tanatólogas.
«Por eso la salud emocional tiene que ser un derecho humano. La terapia debe ser gratuita, accesible para todas las personas», comenta.
¿También sufriré si renuncio al trabajo?
Si estás por renunciar a tu trabajo, tenemos una noticia: también pasarás por un duelo, aunque este será con menor intensidad que si te hubieran despedido de la empresa.
«Es una decisión que tomaste, con autodeterminación y de manera consciente. Pero si (renuncias) por razones que te obligaron, como mobbing, demasiado estrés o presión (…) o existió algún motivo, aunque sientas que la (iniciativa) la tomaste tú, tiene estos rasgos que te pueden llevar a un duelo, aunque con menor intensidad», declara Zuarth.
Esto ocurre porque cuentas con tiempo para adaptarte a la situación, además de que puedes crear una estrategia. No es como en un despido por recorte de personal y más, ya que en ese caso, son circunstancias imprevistas.
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