• Alejandro González es fundador de Naos, la primera marca de diamantes cultivados en México.
  • El joven empresario apostó por este producto debido a sus ventajas ecológicas y económicas.
  • La clave, de acuerdo con este emprendedor, es ser “curioso en las oportunidades”.
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Desde niño, Alejandro González quería ser empresario; soñaba con “dejar el mundo mejor de lo que me lo encontré” y generar un impacto positivo en su entorno. Ese ideal lo llevó a convertirse en el único distribuidor certificado de diamantes cultivados en México, así como en una de las figuras más prometedoras del sector de lujo a nivel internacional.

Pero hace seis años, González no tenía idea de que eso ocurriría ni de que la joyería se volvería su pasión. Fue durante una estancia en Francia, tras concluir su licenciatura, que se enteró de la existencia de los diamantes cultivados y se enamoró de todo lo que representaban: una opción sustentable, responsable con el mundo y accesible para los consumidores. 

Hoy, es CEO y fundador de Naos, la única marca mexicana que trabaja con este tipo de piedras y el único distribuidor en México. Además, se ha convertido en una pieza clave para entender la revolución del mercado de lujo en el país.

La secreto, de acuerdo con este emprendedor, es ser “curioso en las oportunidades” y no tenerle miedo a los entornos retadores, como la caída del sector en medio de la pandemia. “Es en esos momentos cuando el mercado se sacude y todo se reacomoda”. 

Lujo con diamantes cultivados: una relación ganar-ganar

En 2018, la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos determinó que los diamantes no tenían que ser exclusivamente sacados de minas para considerarse como tales. Ese fue el primer gran logro para las joyas creadas en un laboratorio.

González explica la decisión como un movimiento que da “valor al consumidor final y al mundo en general”, pues cada kilate de diamantes cultivados ahorra alrededor de 57 kilogramos de contaminación del aire; 484 litros de agua y 4 kilogramos de dióxido de carbono, comparado con los producidos en minas.  

Siguiendo esta propuesta de valor, todos los diamantes con los que trabaja Naos son Latitude Diamonds. Esta es la primera empresa con certificaciones de diamantes sustentables, que garantiza la neutralidad climática, trazabilidad y responsabilidad con comunidades. 

Sin embargo, a pesar de los beneficios ambientales y económicos, pues las piezas suelen ser entre 30% y 40% más baratas respecto a diamantes de mina, González acepta que introducir las joyas cultivadas fue difícil. 

“La gente al principio no se la creía, pero después de cinco años en ese tema, el consumidor empieza a entender que el mercado cambió”, dice. 

Un mercado cada vez más responsable 

Una parte clave del éxito de Naos y de la integración de los diamantes cultivados en el mercado mexicano fue “entender a los consumidores, qué piensan, qué significa el lujo para ellos”, cuenta González.

En años recientes, la conciencia sobre la crisis climática ha aumentado y más consumidores, especialmente jóvenes, buscan alternativas responsables con el medio ambiente antes de comprar. Esto ha afectado, inevitablemente, al mercado de lujo. 

De acuerdo con cifras de la agencia especializada MVI, actualmente entre el mercado estadounidense hay casi 80% de conocimiento en el tema de diamantes cultivados y más de 70% de los retailers en el país ya ofrecen esta opción a sus compradores.

“Cada vez la gente va a optar más por productos que les ofrezcan más valor”, asegura González, quien está en la vanguardia de esta revolución para el mercado.

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