• El gobierno aprobó que el tope de la deuda de México suba hasta 70% del Producto Interno Bruto (PIB).
  • Esta decisión pone en problemas al país, que puede ver reducida su capacidad de enfrentar la crisis económica derivada del Covid-19.
  • Expertos de agencias calificadoras y de bancos internacionales creen que esto puede encarecer los intereses que paga México por los préstamos, e incluso arriesgar su calificación crediticia.

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) fijó entre sus metas un tope para la deuda bruta México de 70% del Producto Interno Bruto (PIB), según el informe de su segundo año de gobierno.

Este nivel, según expertos, refleja el deterioro económico de la economía mexicana y de alcanzarse podría impactar a la calificación crediticia del país, lo que se traduce en un financiamiento más caro para el gobierno mexicano.

La deuda se elevó en junio a poco más de 60% del PIB. Esto equivale a casi 10 puntos porcentuales más que al cierre de 2019, pese a la negativa de AMLO de pedir créditos internacionales para combatir la crisis económica.

«Lo más importante es saber qué hará el gobierno cuando la deuda se acerque a ese límite y cómo llegó a ese número«, dijo Benito Berber, economista en jefe para México del banco francés Natixis. La Secretaría de Hacienda no ofreció detalles a una solicitud de comentarios.

¿Por qué creen los analistas que aumentará la deuda de México?

Entre las causas del aumento de la deuda respecto al PIB, las calificadoras destacaron:

  1. Mayores tasas de interés al financiamiento del país y la depreciación del peso.
  2. El histórico desplome económico
  3. Mayores riesgos asociados a Petróleos Mexicanos (Pemex).

«La mayor parte del incremento esperado tiene que ver con una carga más alta de interés. Si bien las tasas están bajando, los inversionistas están demandando una prima de riesgo más alta a México», dijo Ariane Ortiz-Bollin, analista de Moody’s.

En tanto, para S&P, cuya metodología mantiene atadas las calificaciones de Pemex y la del país, el potencial apoyo estatal a la petrolera podría ser un riesgo si las deudas combinadas se elevan demasiado, lo cual es factible, opinó Lisa Schineller, analista para América Latina de la firma.

A principios de 2020 las principales agencias calificadoras hicieron recortes a la nota soberana de México. Este hecho alimentó los temores de que el país perdiera el grado de inversión por la falta de apoyos fiscales en medio de la crisis desatada por la pandemia y el clima de incertidumbre, así como por sus políticas gubernamentales.

«Hay varios detonadores (para un recorte de calificación), pero uno es precisamente si sube o si creemos que va a subir el ratio deuda/PIB derivado de políticas o de los efectos del virus en la economía», dijo Charles Seville, codirector de notas soberanas de América en Fitch.

Sin embargo, el experto dijo que espera que el gobierno se ciña a su política fiscal estricta para estabilizar la deuda. Esto se verá en el Paquete Económico que se entregará este martes.

¿Rebaja descontada?

AMLO dijo el lunes en entrevista con La Jornada que la recuperación económica y la apreciación del peso estabilizaría la deuda de México. También descartó una reestructura debido a que su gobierno quería mantener la confianza de inversionistas en el país.

Sin embargo, analistas opinaron que una nueva rebaja a la nota soberana podría estar ya descontada. «La deuda mexicana se negocia igual o arriba de la de algunos países con calificación menor», sostuvo Juan Carlos Alderete, economista de Banorte.

Por ejemplo, el referencial bono mexicano a 10 años operaba este lunes a una tasa de 5.8%, con una calificación de BBB por parte de la calificadora S&P; en tanto, el similar de Colombia ofrece un rendimiento menor, de casi 5%, con una nota de BBB-.

Otras medidas de riesgo, como los Credit Default Swaps (CDS) o el índice EMBI+ -conocido como riesgo país-, se han reducido desde sus máximos históricos alcanzados a finales de abril. Sin embargo, muestran todavía niveles más altos que los de un año atrás.

En 2015, cuando Brasil perdió su grado de inversión, el país tenía un nivel de deuda superior al 73% de su PIB. En tanto Sudáfrica, otro país emergente, mantiene un nivel de deuda que ronda el 60% de su economía.

Las tres principales calificadoras coincidieron en que un factor clave en sus próximas evaluaciones será el crecimiento económico. De allí se desprenden las estimaciones de ingresos del gobierno y por lo tanto de su capacidad de pago. 

Con información de Reuters

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