• Michael Lin empezó su trabajo en Netflix en 2017 como ingeniero sénior de software.
  • Al principio, disfrutó de su rol, pero al cabo de dos años, todo cambió.
  • Perdió la motivación y acabó recibiendo su indemnización por despido en mayo de 2021. Este es su camino como emprendedor.
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Empecé a laborar en Netflix como ingeniero sénior de software en 2017 tras dejar mi trabajo en Amazon y nunca imaginé que tomaría el camino como emprendedor.

No obstante, en esa época, me alegró conseguir un ascenso y también volver a casa, a San Francisco. Pensé que me quedaría en la compañía para siempre.

Ganaba 450,000 dólares al año (alrededor de ocho millones 760,780 pesos), tenía comida gratis en la oficina y tiempo libre remunerado ilimitado. Era el gran sueño tecnológico. 

Cuando lo dejé casi cuatro años después, en mayo de 2021, todos pensaron que estaba loco. 

Mis padres fueron los primeros en ponerme «peros». Para ellos, mi renuncia suponía tirar por la borda el duro trabajo que les supuso emigrar a Estados Unidos.

Mi mentor fue la segunda persona que se opuso. Me dijo que no debía dejarlo sin tener otro trabajo porque me perdería la oportunidad de aprovechar mi alto salario al negociar mi sueldo en el siguiente empleo, pero yo quería probar otra manera como emprendedor.

Aunque sus comentarios me hicieron reflexionar durante tres días antes de hablar con mi jefe sobre la posibilidad de dejarlo, ocho meses después, estoy seguro de que fue la decisión correcta.

Cuando empecé mi trabajo en Netflix, me encantó 

Laborar en Netflix era como si te pagaran por un trabajo de casos prácticos que aprendes en los programas de MBA. Pusieron a disposición de todos los empleados los memorándums de cada decisión de producto y aprendí mucho cada día. 

En los dos años siguientes a mi entrada, el brillo empezó a desaparecer. Los proyectos y las reuniones se mezclaban entre sí y, al cabo de un tiempo, parecían pequeñas variaciones unas de otras.

El trabajo de ingeniería empezó a parecer un mero y monótono «copiar y pegar».

Entonces llegó el Covid-19. La oficina se cerró y mis partes favoritas del trabajo como la socialización y el día a día con mis compañeros desaparecieron. Lo único que quedaba eran las tareas en sí y ya no disfrutaba haciéndolas.

Quería tener un impacto más grande. Para mí, decidir cómo asignar los recursos de ingeniería era más importante para mis objetivos profesionales que el propio trabajo en la materia y quería ir hacia la gestión de productos.

Como resultado, pasé dos años haciendo contactos dentro de Netflix y solicitando todos los puestos de gestor de productos que pude encontrar. Ninguno de mis intentos dio resultado y continué haciendo el mismo trabajo, sin saber que el futuro me deparaba ser emprendedor.

El problema era que la compañía no contaba con ningún proceso para apoyar los cambios horizontales de funciones de este tipo. Nunca he visto a un ingeniero pasar con éxito a la gestión de productos en la empresa. 

Acabé perdiendo la motivación en el trabajo

Cuando empecé en Netflix, ganaba dinero y aprendía continuamente cosas nuevas. Ahora, solo ganaba dinero, sin progreso profesional.

Y no solo eso, los objetivos de mi equipo también empezaron a divergir de mis metas profesionales. 

Mi equipo se centraba en una migración de ingeniería, en la que teníamos que pasar de un sistema en línea a otro, mientras que mis intereses giraban cada vez más en torno al emprendimiento.

El trabajo que hacía no me ayudaba a aprender las habilidades empresariales que necesitaba.

Empezó a parecerme que estaba repitiendo el mismo error profesional que había cometido en Amazon: quedarme en un empleo más tiempo del que debía. 

Mi motivación disminuyó y mi rendimiento también. 

Me comprometí menos en las reuniones, minimicé el trabajo que no era relevante para la gestión de productos y me retrasé en la comunicación. Mi única motivación al final era intentar que no me despidieran.

Por desgracia, mi jefe empezó a darse cuenta. En una profunda revisión del rendimiento en abril de 2021, me comentó que tenía que participar más en la migración de ingeniería del equipo y ser más comunicativo.

En sus palabras, tenía que mejorar en estas áreas «si quería seguir en el equipo».

El Covid-19 cambió mi visión del trabajo

Trabajaba en una empresa prestigiosa y me ganaba bien la vida. Es difícil renunciar a un sueldo —algo tangible— por cosas intangibles como tu juventud y tu tiempo.

Pero no podía quitarme de la cabeza que muchas personas habían perdido la vida durante la pandemia.

Estaba posponiendo mis sueños de convertirme en emprendedor y el Covid-19 era un recordatorio constante de que podría no estar aquí mañana para perseguirlos en un mejor trabajo.  

Tenía miedo de que en mi lápida se leyera: «Aquí yace Michael. Pasó su vida haciendo una labor que nunca quiso hacer. Descansa en paz».

Cuanto más tiempo permaneciera en Netflix, mayor sería la posibilidad de que la lápida finalmente recogiera ese epitafio.

Mi tiempo en Netflix estaba llegando a su fin

Pasé dos semanas después de la revisión del rendimiento pensando en mis próximos pasos y decidí tener una charla sincera con mi gerente. En una reunión individual con él, le propuse que discutiéramos un «paquete de despido preventivo».

Le señalé: «Mi rendimiento está disminuyendo porque mi motivación está disminuyendo. Mi motivación no mejora porque los objetivos del equipo se alejan cada vez más de mis metas profesionales. ¿Y si discutimos una indemnización preventiva de Netflix ahora en lugar de alargar esto? De esta forma, la empresa ahorra dinero, el equipo encuentra un mejor ajuste antes y yo puedo ir a hacer lo que quiero. Todos salimos ganando».

Después de discutirlo con Recursos Humanos, tuve una última reunión en la que Netflix acordó despedirme de forma preventiva y recibí mi indemnización.

La vida como emprendedor después del trabajo en Netflix

Pensé que todo se acabaría tras dejar Netflix. Me preocupaba no tener vida social, ya que antes todo giraba en torno a lo laboral. Pero ocurrió lo contrario. 

He conocido a más gente gracias a la creación de mi propio trabajo como emprendedor: otros empresarios de mi tipo, escritores y creadores. Ahora siento una profunda calma en mi interior, una creencia inquebrantable de que todo irá bien, aunque el éxito en el futuro no esté garantizado.

Han pasado ocho meses desde que dejé mi trabajo en Netflix y he decidido comprometerme plenamente a trabajar por mi cuenta.

Aunque estoy empezando y todavía no tengo ningún flujo de ingresos estable, voy a confiar en el proceso de que si hago un trabajo que me da energía, pasarán cosas buenas.

Nota: Mathias Döpfner, director general de la empresa matriz de Business Insider, Axel Springer, es miembro del consejo de administración de Netflix.

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