• Tener un seguro médico te salvará en una emergencia y para varios casos.
  • No obstante, es algo que las personas deben tomar en cuenta, especialmente para el futuro.
  • Cynthia Rodríguez, agente de seguros y creadora del podcast Finanzas sin filtro, cuenta lo que debes saber al respecto.
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Tener un seguro médico es indispensable para protegernos ante cualquier emergencia y, especialmente, conforme nos acercamos a la vejez.

Sabemos que hay muchas dudas por despejar al respecto y, para ello, Cynthia Rodríguez, agente de seguros y creadora del podcast Finanzas sin filtro, cuenta lo que debes para ello.

1. ¿Por qué debo tener un seguro médico?

La experta comenta en entrevista que contar con un seguro médico es un complemento para tu atención médica.

«Me queda claro que muchas personas tienen Seguro Social, pero la institución tiene fallas: poco presupuesto, camas y doctores. La disponibilidad (para ser atendido) es baja porque hay muchísima demanda», detalla.

Ante ello, la protección de un seguro te puede ayudar a recibir apoyo en un corto tiempo.

«Si quieres una atención inmediata, de calidad, con doctores muy buenos como los del IMSS, que también te pueden atender en un hospital privado, debes tener un seguro de gastos médicos. Los costos de un hospital son muy elevados; no se pueden solventar así como así (…). Es un respaldo económico para que puedas contar con la atención cuando la necesites», menciona.

2. ¿Cuánto debo destinar para pagarlo?

El presupuesto es uno de los rubros que requieres priorizar a la hora de planificar la contratación de este tipo de protección. Esto se debe a que necesitas pagar cada cierto tiempo.

«Hay que pagar un ‘cover’, uno por cada enfermedad y, después entra el seguro. Pensarás, ‘¿para qué lo quiero?’, pero es para que no te desfalques. Funciona como el del carro», expone.

«Normalmente ronda entre 10 a 20% de tu presupuesto anual. De los seguros que existen de manera individual para personas, es el más elevado. El riesgo y costo de una enfermedad o de un accidente es exagerado en un hospital privado, muy alto. Se puede ir rápido a los millones de pesos», apunta Rodríguez.

Por ello, recomienda que contrates esta protección cuando eres muy joven; el límite suelen ser los 64 años.

«Asegúrate porque ahorita, es cuando está barato. Subirán con el tiempo la edad y el riesgo. A ello se suma el incremento de inflación hospitalaria, que tiende a ser el doble de la normal (…). Todos los insumos médicos, estancias, doctores, son más caros o cobran más (…). Cada año el seguro sube entre 10 a 15%», agrega.

El costo de la póliza varía entre aseguradoras, enfermedades y tu edad.

«Para una persona, por ejemplo, de 30 años. Un seguro con un deducible de 30,000 pesos en una enfermedad, en un nivel hospitalario medio, que incluye buenos hospitales (…), ronda entre 12,000 y 15,000 pesos anuales y se podría bajar ese costo si hacemos modificaciones. Los ajustes pueden ser si subimos el deducible, si cambiamos el nivel hospitalario, ello dependiendo del presupuesto (de quien lo solicita)», señala Rodríguez.

Toma en cuenta que tener un seguro médico es un apoyo preventivo por si te llegase a ocurrir algo.

«Es un respaldo económico para que puedas tener la atención cuando la necesites», reitera la experta.

3. ¿Qué aspectos debo considerar para tener un seguro médico?

De acuerdo con Rodríguez, uno de los aspectos principales que debes tomar en cuenta antes de contratar un seguro médico es estar sano.

«Las personas deben estar sanas y pensar que esto es para prevención. No es que me paguen lo que yo ya tengo. Es ‘ya me pasó esto, ya ví que representa una cantidad fuerte de dinero y no me gustaría volver a pasar por ello. Mejor me aseguro'», destaca.

En este punto, las firmas también toman en cuenta tu Índice de Masa Corporal (IMC) y, en caso de que tengas una calificación elevada en ello, te solicitarán estudios para determinar tu estado de salud.

Posteriormente, es importante que contactes a un agente de seguros.

«A veces, la gente va directamente a las aseguradoras y estas los redireccionan con un agente ‘X’. No hacen venta directa ni asesoría a los clientes. Lo mejor es preguntar a tus conocidos, investiga qué agente de seguros tiene buena reputación y recomendaciones para que te asesore y revisar que tenga sus certificaciones, porque después hay malas prácticas».

Para que puedas revisar si un agente de seguros tiene sus «papeles en regla», entra a la base de datos de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF) o contacta a la aseguradora donde supuestamente trabaja la persona.

Ya que hayas corroborado la información, el agente deberá mostrarte las opciones que mejor se adapten a ti.

«Sino puede, es tu obligación buscar otra opción. No a 10, pero sí un par para que compares el costo, beneficio y tipo de aseguradora. No te vayas a la primera y no te quedes con dudas», agrega Rodríguez.

Al final, cuando decides contratar el seguro médico, requieres llenar formularios con tus datos personales, hábitos y tu historial médico.

«Se cree que las aseguradoras no se dan cuenta y se pueden meter en problemas. Es importante llenar bien la solicitud declarando la verdad. A veces comentan ‘estoy sano, no tengo nada’, pero ya hay un diagnóstico. Es un contrato de buena fe; se pasa la solicitud entre a una selección de riesgos. Declaró que está sano y, a los meses, la persona se quiere operar de un problema del corazón. Investigará lo más que pueda porque es sospechoso», comenta la creadora de Finanzas sin filtro.

Los papeles que te piden son un comprobante de domicilio y una identificación oficial vigente.

4. ¿Hay periodos de espera para ejercer mi seguro?

Esto dependerá del padecimiento y la empresa con la que contrates el seguro médico.

«Hay aseguradoras que mencionan ‘por 30 días (tras la firma del contrato, no tendrás ningún tipo de cobertura conmigo. Otras te dirán ‘si es una urgencia sí, sino, no’. Debes preguntar ese tipo de cosas», indica la experta.

5. ¿En qué casos no podré tramitar mi seguro médico?

Lo primero que debes saber es que las aseguradoras, sin importar el tipo de protección que te dan, son empresas que se basan en el riesgo.

«Hay personas que dicen ‘las aseguradoras son malas. ¡No me quieren asegurar aunque les vaya a pagar!’. Su negocio es comprar riesgos y no adquirirán los muy elevados. Por ejemplo, si soy una persona sana, el riesgo es chiquito. Ahí, (la compañía) considera ‘si algo le pasa, me aviento (a ayudar)’. Si alguien ya tiene un riesgo existente, es como si quisieras asegurar un carro que ya se chocó», expone la agente de seguros.

Enfermedades como hipertensión, diabetes (especialmente la de tipo 1), padecimientos crónico degenerativos, artritis reumatoide, osteoporosis en grados avanzado o trombosis te dificultarán el acceso a una póliza de este tipo.

«Si tuviste cáncer en un periodo de cinco años o menos, aún es reciente. Debes esperar un poco más y no tener síntomas para que te aseguren», comenta Rodríguez.

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