Paul Alejandro Sánchez

Paul Alejandro Sánchez

Energía Circular

Una preocupación común en tiempos de confinamiento por la pandemia Covid-19 es que súbitamente CFE ha subido los precios de la energía. Si bien en meses anteriores se pagaba una cantidad X equivalente al consumo de energía, esta se ha triplicado y en algunos casos cuadruplicado, sin que la cantidad consumida se haya incrementado proporcionalmente. Pero, lamento decepcionarte, en esta ocasión no es culpa de CFE, sino desconocimiento del modelo tarifario y los consumos de nuestros hogares.

En México la tarifa eléctrica de los usuarios domésticos es controlada, eso significa que, aunque hubiera un proveedor diferente a CFE, nos cobraría prácticamente lo mismo. La reforma energética buscó abrir el mercado eléctrico pero no todos los usuarios tienen oportunidad de elegir a su suministrador; solo los grandes usuarios industriales o grandes cadenas comerciales. A estos se les denomina usuarios calificados.

Tú y yo, usuarios domésticos, entramos en la segunda categoría, los usuarios básicos. La idea es que hubiera un tipo de usuario con tarifa controlada y plana para que siempre pagara lo mismo en su recibo de luz y que, eventualmente, pudiera cambiar de proveedor al volverse usuarios calificados o fueran representados por un agregador de cargas.

La idea de esto es que pudiéramos jugar con nuestros consumos y, en algunos casos, pagar menos que la tarifa controlada o de protección. ¿Cómo? Por ejemplo, si sé que saldré de la ciudad dos semanas, sé que puedo pagar una cantidad de energía menor; si cargo el celular y la computadora en las horas de menor demanda mi consumo puede ser menor.

Pero esto que te cuento es, precisamente, la razón detrás de que mucha gente se queja hoy de precios exorbitantes de energía. En México, la tarifa es escalonada, eso significa que los kWh que consumes en el primer escalón son mucho más baratos que los del segundo escalón y los del tercer escalón, mucho, pero mucho, más caros que los del segundo escalón.

Esto significa que si antes consumías 75 kWh de energía al mes, pero tú y tu familia pasaban tiempo fuera, en la escuela, la oficina, el cine o el gimnasio, siempre llegaba una factura relativamente baja. Sin embargo, en la Ciudad de México, por ejemplo, cada kWh adicional después del 75 cuesta el doble que los primeros 75. A su vez, cada kWh adicional a los 140 kWh costará tres veces más que los primeros 75.

Al estar más tiempo en casa, el consumo de energía ha crecido

En tiempos de encierro, entonces, la gente pasa más tiempo en casa, con la televisión prendida, la computadora, las luces, el horno de microondas; la lavadora, la calefacción o el aire acondicionado. El consumo medio de los hogares se ha duplicado y esto implica que pagan dos o tres veces más porque se agota el nivel de subsidio que aporta el Estado.

¿Qué podemos hacer? Conocer tus patrones de consumo y tus aparatos. Por ejemplo, un esterilizador de biberones consume 750 W. Eso significa que, usándolo 15 minutos dos veces al día en un mes consumirás poco más de 11 kWh —15% de la tarifa subsidiada en la Ciudad de México. Una televisión consume 100 W, por lo que tenerla prendida 12 horas al día representaría al mes 36 kWh, la mitad de tu subsidio eléctrico en la Ciudad de México. Por cierto, si tienes alguna bombilla normal de 100 W, está gastando lo mismo que una TV LED. ¿Qué esperas? Cámbiala.

Por ello, en tiempos de pandemia, lo más seguro es que tus consumos hayan aumentado y tu factura eléctrica venga más alta. Así que ten cuidado con el consumo porque podrías pasar a la temida tarifa Doméstica de Alto Consumo, de la cual te contaré en otra ocasión.

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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