Rosalinda Ballesteros

Rosalinda Ballesteros

La Ciencia de la Felicidad

Cada nuevo reto que nos impone la pandemia nos toma con el ánimo y la fuerza más agotadas. 

El brote ha durado ya más de un año en algunas regiones del mundo y aquí en el continente americano ya cumplimos un año con medidas de emergencia humanitaria y sanitarias, confinados la mayoría en sus hogares. 

El implacable bicho ha afectado no solamente nuestra salud y nuestra economía, sino también nuestro estado de ánimo. 

A estas alturas, seguramente conoces casos cercanos o hasta tú mismo ya has sufrido la enfermedad. Incluso, algunos de esos conocidos han perdido la vida. Nada de esto es sencillo, ni se puede reducir a las frías cifras que tenemos a través de la autoridad que estiman, en número redondos, ya 200 mil defunciones por Covid. 

Yo contraje el virus el año pasado, un momento difícil porque estábamos en plena transición a la virtualidad para seguir operando y atendiendo compromisos del Instituto de Ciencias del Bienestar y la Felicidad que se habían pactado presenciales. Salimos adelante, un plural indispensable, porque sin mi equipo en el Instituto y el que formamos en casa, no habría podido. 

Sin embargo, la pandemia no tiene palabra y algo que parecía ya superado, nuevamente nos amenaza. 

Uno de mis hijos más pequeños –sí, un niño, que en general la información médica que nos presentan es que no tendrán mayores problemas con la enfermedad– presenta un síndrome nuevo asociado con el coronavirus que potencialmente hará que tengamos que dar un seguimiento de por vida a su situación de salud. 

Ya lo he explicado aquí: me dedico a tratar de llevar bienestar y felicidad a las personas y organizaciones a través de la psicología positiva. Y lo reconozco: es muy fácil dar consejos basados en las investigaciones sobre cómo manejar las emociones, pero cuando me tocó estar en aislamiento o ver a mi pequeño internado en un hospital con un futuro incierto, la teoría se vuelve una medicina difícil de tomar.

Para cuando nos sentimos rebasados por las circunstancias, hay una fórmula que he aplicado en estos momentos de debilidad frente a la pandemia y, por sus resultados, quiero compartirla contigo. Lo hago con toda la humildad de mi experiencia; desde la claridad que no estoy en tus zapatos

Recupera el control

Lo primero y más importante –y por supuesto que también es una recomendación desde la ciencia–, es recuperar la sensación de control aún en la adversidad. 

Si bien en estos momentos no sabemos lo que va a suceder en su totalidad, podemos abordar periodos cortos de tiempo, la siguiente hora, las siguientes 12 horas o un día a la vez. 

No permitir a tu mente despeñarse a la consecuencia final y catastrofizar los resultados. 

Respirar funciona

El segundo tip es retomar el tema de la respiración. Al ser un proceso automático, en los momentos de mayor crisis y estrés mi respiración se aceleró. Cuando retomamos la respiración de forma consciente podemos ayudar a cuerpo y mente a no perder la calma.

Apóyate

Finalmente, debemos recordar que no tenemos que hacerlo todo solos. El personal médico es nuestra mayor red de ayuda, yo estoy profundamente agradecida con médicos y enfermeras que nos han apoyado durante la crisis con mi hijo, pero también con amigos y familiares que han estado presentes en sus posibilidades y a distancia por su puesto.

No le cedas tu ánimo y fuerzas a la pandemia. Busca la calma y ayuda, y cuenta con todos los que hemos estado en zapatos muy parecidos.

Pandemia animo fuerza | Business Insider Mexico
Brenda Peralta

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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