Cristian Huertas

Cristian Huertas

Banxico reportó un máximo histórico de envío de remesas a México; en los primeros 7 meses del año se han recibido más de 22,800 millones de dólares. El ambiente de incertidumbre generado por las elecciones en Estados Unidos, la pandemia y el aumento del precio del dólar son varios de los factores que han influido; sin embargo, la manera en que se han enviado está cambiando.

Las grandes compañías de remesas habían basado su predominancia en presencia física, licencias regulatorias y reconocimiento de marca; pero al igual que la banca tradicional, las sucursales son insignificantes frente a una oferta digital. Los envíos de dinero internacionales están teniendo una disrupción muy importante gracias a la tecnología, y varias fintechs están tomando ventaja de esto.

El modelo del pasado

Las compañías de remesas más grandes actualmente, tienen una enorme presencia a nivel global. Una de ellas reporta una red de comercios para aceptar y liquidar remesas de más de 500,000 puntos, y tiene presencia en más de 130 países.

Para poder operar, por lo general, deben tener una licencia para recibir y enviar dinero del y hacia el extranjero. Estos son procesos que toman tiempo, y dependiendo de la regulación y el tipo de gobierno se pueden necesitar hasta licencias locales, como en el caso de Estados Unidos, que requiere licencias por estado.

A un buen portafolio de licencias se le suma una red de comercios, ya sean propios o de terceros, que permitan la recolección o liquidación del efectivo. Estas redes de comercios por lo general se llevan la mayor cantidad de dinero en la comisión de una remesa.

Por último, se necesita una marca reconocida y una plataforma tecnológica que permita enviar información en tiempo real, para que se liquiden las operaciones. Con este modelo, Western Union reportó utilidades netas en 2019 por 1,058 millones de dólares, aunque en su informe anual detecta como uno de los riesgos más importantes a las innovaciones tecnológicas y la incursión en el sector de varios jugadores del ecosistema de pago, como las compañías fintech. Por su parte, en 2019, Moneygram reportó pérdidas, por tercer año consecutivo, por 60 millones de dólares.

El modelo del futuro

En el futuro cercano, enviar dinero a otro país será tan fácil como mandar un mensaje de WhatsApp; bastará con que las dos partes tengan una aplicación, en la que se hayan dado  de alta de manera remota.

La remesa será uno de los diversos servicios que los usuarios realicen en una aplicación, las comisiones serán más bajas, ya que ya no hay que mantener costosas infraestructuras o redes de agentes. Se mantendrán los controles regulatorios, pero serán mucho más fáciles de ejecutar y muchos más eficientes. El dinero podrá ser retirado en cualquier cajero, aunque los usuarios encontrarán más conveniente mantenerlo en sus wallets o tarjetas, por la practicidad que esto brinda.

Algunas compañías están incluso explorando el uso de criptomonedas para hacer uso del arbitraje regulatorio que permite la legislación desigual en la mayoría de países, burlando varios de los procesos regulatorios necesarios para ejercer el negocio de manera normal. Con este modelo, Transferwise levantó 319 millones de dólares a una valuación de más de 5,000 millones, un poco más de la mitad que la Capitalización de Mercado de Western Union, y con solo 10 años de haber sido creada.

El futuro de las compañías de las remesas

Las compañías de remesas que sobrevivan no harán solo remesas, pues el servicio se comoditizará tanto que harán falta otra gran cantidad de servicios para poder rentabilizar a un cliente. Su alianza o conversión a Fintech vendrá de la mano de actividades de fusiones y adquisiciones o transformaciones internas. Sin embargo, es importante mencionar que compañías de remesas tradicionales cuentan con una plataforma ventajosa para su reconversión, ya que, para multiplicar su valor y sus ganancias, pueden traer a la mesa otras virtudes:

  • Están muy bien posicionados en sectores poblacionales poco bancarizados. Su marca se puede convertir en un aval de confianza para otros productos financieros
  • Tienen presencia y conectan países con distintas realidades económicas. Esto es muy relevante, ya que se pueden crear productos que agreguen valor a los emisores y receptores; por ejemplo, pagar servicios públicos de México, desde Estados Unidos

El futuro de las remesas está cada vez más cerca, los más beneficiados serán los clientes y las compañías que logren adoptar la tecnología y nuevos servicios a sus productos, de manera que agreguen valor con una estructura de costos más eficiente. ¿Le alcanzará el tiempo a los jugadores tradicionales? Probablemente no.

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

Descubre más historias en Business Insider México

Síguenos en Facebook , Instagram y Twitter

Consulta a más columnistas en nuestra sección de Opinión