- Entre los enfoques novedosos para combatir la propagación del coronavirus, el último en llegar es un chicle experimental que atrapa las partículas del SARS-CoV-2 en la saliva.
- Este chicle tiene altos niveles de proteínas ACE2 producidas en plantas, capaces de obstaculizar la capacidad del virus para infectar las células y propagarse.
- El uso principal del chicle sería reducir la propagación viral de personas con Covid-19 a otras, particularmente en entornos clínicos.
Además de las vacunas contra el coronavirus, en los últimos meses se probaron otros tratamientos alternativos para el Covid-19. Desde sueros para atacar parte de la proteína de espiga del virus hasta antivirales orales; y de inyecciones comestibles a cocteles de anticuerpos monoclonales.
Lo último en llegar a la lucha contra la pandemia es un chicle experimental capaz de reducir la propagación del coronavirus. Atrapa las partículas del virus presentes en la saliva, reveló un estudio publicado en la revista Molecular Therapy.
Investigaciones previas muestran que la saliva es un factor a tomar en cuenta en la propagación del Covid-19; pues las personas infectadas con SARS-CoV-2 tienen altos niveles de virus en este fluido.
Según explica la viróloga Grace C. Roberts para The Conversation, científicos estadounidenses se propusieron investigar si un chicle contra el coronavirus —especialmente diseñado para ello— puede reducir la expansión de la pandemia y mermar la cantidad de virus presentes en la boca.
Apuntar específicamente a un virus a través de esta goma de mascar constituye un enfoque novedoso.
Cómo funciona este chicle experimental en etapa temprana
El SARS-CoV-2 ingresa a las células humanas al adherirse a las proteínas ACE2, presentes en la superficie de ciertas células. El chicle tiene altos niveles de estas proteínas destinadas a atrapar como presas las partículas del SARS-CoV-2; para minimizar el riesgo de infectar las células y transmitirse a otras personas. Este tipo de proteínas son similares a las que producen las plantas.
En las pruebas de laboratorio, se tomaron muestras de saliva de pacientes con Covid-19 mezcladas con polvo de la goma de mascar. Los resultados arrojaron que la saliva tratada redujo significativamente el número de partículas del virus. Esto en comparación con aquella combinada con un placebo.
Además, el chicle también evitó que un virus pseudotipado (un virus inofensivo con la proteína de pico SARS-CoV-2 en su superficie) infectara las células en el laboratorio.
Las primeras evidencias apuntan a que las proteínas ACE2 obstaculizan la capacidad de la proteína espiga del virus para infectar células.
Hay que ser precavidos con los resultados preliminares de este estudio. La investigación todavía está en etapa temprana y deberá probarse más. Hasta ahora lo hicieron en condiciones controladas de laboratorio; con una máquina simuladora de masticación.
No obstante, no se sabe si la temperatura corporal y las bacterias orales pueden deteriorar la efectividad del chicle.
Por otro lado, el chicle experimental mermó significativamente la infección de un virus que portaba el pico de coronavirus. Pero el equipo de científicos no empleó el virus SARS-CoV-2 completo en sus experimentos.
Otra duda es si sería eficaz en varias variantes de coronavirus, como la nueva variante ómicron.
El uso principal del chicle sería reducir la propagación viral de personas con Covid-19, particularmente en entornos clínicos. Por ejemplo, sería útil en cirugías dentales o salas de hospital. Y sumadas al resto de medidas como ventilación, uso de cubrebocas y planes de vacunación.
No están claras sus posibilidades como profiláctico para evitar que personas no infectadas contraigan el virus. Esto porque este ingresa al cuerpo por diversas vías, como ojos, nariz y boca.
En cuanto a las cantidades, solamente 5 miligramos de chicle se vincularon a una entrada viral significativamente reducida en las células. Mientras que 50 miligramos del chicle redujeron la entrada viral en un 95%.
Estudios previos demostraron que los chicles que contienen sustancias como calcio y bicarbonato pueden mejorar la salud bucal. Además reducen la incidencia de dolores dentales y la cantidad de bacterias dañinas para el organismo.
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