Simon Dalgleish

Simon Dalgleish

Simón Dice

La bolsa de valores es quizá la entidad financiera que más personas identifican con las inversiones, y como he explicado en diferentes ocasiones, hay varias maneras de participar en sus operaciones dependiendo de tu capital y estrategia de inversión.

Hasta ahora he abordado en diferentes oportunidades  el tema de las acciones en bolsa y los aspectos que debes considerar al incluirlas en tu cartera de inversiones, e incluso de commodities, pero la bolsa de valores no es solo renta variable. También hay instrumentos de renta fija que para muchos pasan desapercibidos, pero que igualmente pueden aportar valor a tu portafolio.

Me refiero a los bonos y la deuda en bolsa. Básicamente son operaciones en donde las empresas adquieren un compromiso de pago a sus inversionistas, independientemente de su desempeño, por lo que se asegura un retorno de inversión fijo, comúnmente de bajo rendimiento.

¿Cómo opera y cómo puedes integrarlo a tu estrategia? Veamos.

El ABC del riesgo

Como comenté, cuando una empresa adquiere una deuda en bolsa, los inversionistas de cierto modo aseguran que obtendrán un rendimiento después de un plazo fijo. Pero, ¿no existe un riesgo de impago si a la empresa le va tan mal que no puede cumplir sus compromisos financieros?

Claro que existe este riesgo, y aquí entra en juego uno de los actores principales del mundo financiero: las calificadoras. Posiblemente ubiques a algunas, como S&P, Moody’s o Fitch. Muy parecida a las calificaciones en el riesgo de las acciones: se analizan los estados financieros de las empresas para revisar sus índices de capitalización, flujos, crecimiento, pérdidas, etcétera, y asignan una letra a las empresas de acuerdo con su visión del desempeño en los siguientes años.

Las calificaciones más altas son las A, mientras que una B o inferior se considera especulación, o bien, “bonos basura” o “junk bonds”. Una calificación alta implica que hay menos riesgo de impago, aunque presenta un rendimiento relativamente bajo; por el contrario, los bonos basura tienen un riesgo alto de impago, y en contraprestación, tienen que ofrecer una tasa de interés más alta para que siga siendo atractivo.

Algunas empresas pertenecientes a industrias poco rentables, cuyo modelo de negocios se ha quedado obsoleto o de plano ya reportan estados financieros que indican un inminente cierre por falta de recursos, a menos que consigan un crédito para sostener su operación mientras la situación mejora, deben ofrecer pagar tasas de interés muy altas por bonos con calificaciones hasta D, con tal de obtener financiamiento para su deuda. ¿Es rentable invertir en una oportunidad así?

¿Tasas fijas y alto riesgo?

Ya que la tasa de interés de este tipo de financiamiento es fija y se conoce desde el inicio,  puede beneficiar en tiempos donde las tasas son más altas. El riesgo aquí es, que si, la empresa puede dejar de existir en ese periodo, pero también hay algo que tienes que considerar, si bien al comprar, tu aseguras ciertos intereses, si quieres tener liquidez y necesitas vender esos bonos, su valor variará en función de la tasa que esté en el momento de la transacción; si las tasas han bajado, venderás con ganancias, pero si las tasas aumentan estarás realizando pérdidas. 

Estos bonos pueden ser una buena opción en un ciclo económico de recuperación después de una fuerte recesión. Después de pasar por el momento más bajo económicamente hablando, ya hay números e información verificable sobre cómo se han comportado los mercados y se puede vislumbrar qué industrias se pueden ver más beneficiadas a medida que la economía mejore. Las posibilidades de que alguna industria vuelva a caer después de este punto son mínimas y esto puede representar tasas con rendimientos muy atractivos.

Considero que los bonos basura son para ciertos perfiles de inversores, es difícil determinar con exactitud el momento más bajo en una recesión, además de que requiere de un análisis exhaustivo de los indicadores económicos, además de un conocimiento más experimentado en estos temas. También tiene que ver con temas de estrategia y perfiles: si tu perfil es más conservador, es preferible mantenerte con los bonos A para mantener en menor riesgo tu dinero, y enfocar el resto de tu capital a otros instrumentos.

No pierdas de vista tu objetivo, ni al mercado

Adquirir deuda en la bolsa ha sido una práctica común por décadas y que ha evolucionado de la mano del mercado. Retomando el nombre de Standard & Poor’s, podemos enfocarnos en el índice S&P 500, uno de los índices financieros más importantes, y que muchos analistas toman como referencia para evaluar el estado general de la economía.

Si comparas las empresas que se encontraban en este índice en 1960, por ejemplo, y las comparas con las que cotizan hoy en día, verás que no queda prácticamente ninguna de aquél entonces. El valor y atractivo de las empresas, así como su proyección hacia el futuro, ha cambiado radicalmente y esto ha abierto más puertas y opciones en lo que se refiere a las finanzas.

De la misma manera, la forma en que se invierte en deuda y el paradigma con el que muchos crecimos, ya no es el mismo de antes. Tradicionalmente se recomendaba que dependiendo de tu edad era el porcentaje de tu capital que debías destinar a bonos: si eras joven y rondabas los 25 años, debías invertir un 25% en renta fija, mientras que si llegabas a los 50 años, tendrías que estar destinando un 50% a ella, y así progresivamente, hasta llegar a la vejez, donde debías destinar prácticamente todo a bonos.

La lógica de buscar seguridad en lugar de rendimientos a mayor edad ya no es tan viable hoy en día, y ahora hay una gran variedad de alternativas entre riesgo y rendimiento para estructurar tu portafolio. Los bonos y deuda en la bolsa son una opción que definitivamente debes contemplar para ti y tener un piso más seguro para tu dinero.

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Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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