Ivonne Vargas

Ivonne Vargas

Laberinto Laboral

Las empresas están invirtiendo en programas de bienestar a tasas récord. Entre 2020 y 2021 incrementó 22% el presupuesto para estos fines en grandes organizaciones, reportó la plataforma de conferencias sobre recursos humanos, HR Executive.

Si bien se entiende que estas cifras cambian según el país, el tamaño de la empresa y otros factores, reflejan que ofrecer un programa de este tipo pasó de la categoría ‘deseable’ a ‘indispensable’. Los directores hoy saben, o al menos están en ello, que resulta estratégico en dos niveles: reclutar talento y retenerlo.   

Hagamos un ejercicio individual: si tuvieran enfrente a una persona de recursos humanos que en la propuesta de empleado les habla de los programas que dan para aprender a descansar, a dormir, a tener momentos de mindfulness, y un día después platican con un reclutador que no menciona esto e insiste en trabajo 24/7, ¿a quién se elige? Pienso que la respuesta no tiene ciencia: todos anhelamos bienestar en nuestra vida y si la empresa no lo garantiza, el resultado es muchos candidatos ‘bajando del barco’ antes de ‘zarpar’. 

Tener o no bienestar no es moneda de cambio. 

Es lo que suma o resta reputación a una organización, así como compromiso, mejora en creatividad, en productividad, en un sentido de ‘querer ser parte de’. 

La pandemia por Covid-19 ayudó

Más no es cierto que es el único impulsor para pensar en programas de bienestar. En México hay ‘focos rojos’ en la salud de la población por todas partes y las empresas empiezan —y hay que acelerar— a comprender que sin estrategia de bienestar no solo desmotivan, sino que también reportan más gastos en incidencias.   

De acuerdo con datos publicados por The Lancet, la obesidad es el principal problema de salud pública en México y ha ido en aumento los últimos 30 años. Su evolución fue ilustrada por esta publicación a través de cuatro encuestas de salud y nutrición representativas a nivel nacional (2000, 2006, 2012, 2018). 

Durante este periodo, la obesidad en adultos aumentó un 42.2%. La prevalencia es mayor en mujeres que en hombres (40.2% vs 30.5%). Los resultados también mostraron que solo 23.5% de la población adulta tiene un peso saludable; y las principales causas de mortalidad están asociadas a la obesidad, incluidas las enfermedades cardiovasculares (20.1%), diabetes tipo 2 (15.2%), tumores malignos (10.8%) y males hepáticos (7.6%). 

Hay una alerta epidemiológica, ¿por qué esperar a esto se convierta en grandes pérdidas para las organizaciones desde diversos sentidos? Ni qué decir del costo en calidad de vida para el colaborador y su respectivo impacto en su vida profesional. 

Estos son ejemplos alarmantes: 

  • Los problemas de traumatología representan el mayor impacto en siniestralidad para las organizaciones, con un costo promedio de 109,677 pesos por evento.
  •  Pero, gastroenterología, está cerca con costo de 69,122 pesos, de acuerdo con datos de la encuesta Health on Demand 2021, de la consultora Mercer. 

Y estos escenarios de salud pueden disminuir y controlarse con un programa de bienestar cuyo enfoque esté en escuchar, observar, documentar y ejecutar acciones acordes a aquello que ‘le duele’ a los empleados en una organización.

La palabra clave es inversión, no gasto

Consultado sobre este tema, José Antonio Mársico, fundador y presidente de Grupo Body Systems, destaca que promover el bienestar y la salud entre los empleados es una inversión inteligente. Los retornos de inversión derivados de la implementación de programas de bienestar pueden ser hasta del 300%, estima con base en su experiencia desarrollando e implementando planes de este tipo. 

“Cuando la fuerza de trabajo tiene salud integral se registra un incremento en productividad y entrega en el desempeño laboral porque, de fondo, la reflexión es ¿qué empleado quisiera renunciar a una empresa que le garantiza salud; que le da herramientas prácticas y certificadas para conservar y aumentar su bienestar, en un momento donde el estrés, la obesidad y muchos problemas de salud están al máximo? La gente se queda, comentó Mársico.  

Algo tan práctico como implementar una plataforma de contenidos sobre bienestar para que la fuerza laboral esté informada, detona en la gente el sentimiento de “sentirse cuidada e inspirada”, precisa el director. Lejos estoy de descubrir el hilo negro, es lógica pura: donde te quieren permaneces. Un programa de bienestar completo, honesto, es decir, que responde a cómo están los colaboradores en la empresa, despierta ‘empatía’ y ganas de estar.  

Ariel Almazán, director de Consultoría en Salud para la firma de soluciones integrales Mercer Marsh Beneficios México, tiene una estimación de salud interesante: en promedio los empleados aumentaron 8.5 kilos desde que comenzó la pandemia. 

Con esta cifra en mente, estamos ante el mejor momento de revisar los programas de bienestar. Si aún queda duda del por qué o qué considerar, sugiero considerar estos aspectos compartidos por Almazán:

  1. Los empleados valoran el apoyo por parte de las organizaciones en momentos importantes. México es uno de los países donde hay un mayor nivel de burnout y si este tema no se revisa con rigor, además de pérdidas, se visualiza un incremento en la apatía de los empleados y una disminución del compromiso.
  2. Es imprescindible facilitar el acceso a la asistencia sanitaria.
  3.  Resulta necesario proporcionar beneficios variados y flexibles, acordes con las necesidades de salud de los empleados, entendiendo que hay diferencias entre generaciones.
salud empleados | Business Insider Mexico
Jonás Cortés | Business Insider México

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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