Ana Peña

Ana Peña

Tech Talk

El año antepasado, la historia que más me fascinaba contar era sobre cómo en mi trabajo estábamos desarrollando un chip que ya tenía la inteligencia equiparable ¡A UNA LANGOSTA! Esta tecnología se llama computación neuromórfica; se trata de la creación de chips que buscan imitar las capacidades del cerebro humano, como su nombre lo indica, copian el funcionamiento de las neuronas. En otras palabras, inteligencia artificial con sentidos.

Probablemente no sepas de qué estoy hablando, sin embargo, es posible que hayas escuchado de tecnologías que apelan a tus sentidos como la realidad virtual o las películas en 4ª dimensión. Por si no sabes cuáles son, se trata de películas en las que dentro de la sala de cine se recrean las condiciones físicas que se ven en la pantalla, como niebla, lluvia, viento, sonidos más intensos u olores; pero alguna vez te has preguntado ¿qué pasaría si fuera al revés? ¿Si le otorgáramos sentidos a la tecnología? 

No es la primera vez que la tecnología intenta imitar a la naturaleza, por ejemplo, algunos trenes están inspirados en el martín pescador, un ave que gracias a la aerodinámica de su pico puede sumergirse en pleno vuelo casi sin salpicar ni provocar distorsiones en el agua. Los trenes más veloces han adoptado una “nariz” puntiaguda similar al pico del martín pescador. Así, pero con procesadores.

colibri | Business Insider Mexico

El poder de un foco

¿Me creerías si te dijera que todo lo que tu cerebro puede hacer, lo hace con tan solo 25 watts? Eso es menos que un foco. Se estima que nuestro cerebro es capaz de realizar 10,000 billones de cálculos por segundo. Parece increíble que con tan poca energía se puedan hacer tantas cosas. De hecho, las computadoras se han basado en el funcionamiento de nuestro cerebro y muchas supercomputadoras tienen como objetivo imitarlo.

La langosta evolucionó a ardilla

Actualmente un chip aún no puede imitar completamente el cerebro humano, sin embargo, existen grandes avances, como el chip Loihi. Este chip es considerado como el avance más importante en computación neuromórfica, ya que no solo puede ver el mundo como lo hacemos nosotros, sino que además ya puede percibir olores y cuenta con sentido del tacto. Incluso al medir su nivel de inteligencia podría ser equiparable al de una ardilla… ¿ardilla? Pues sí, actualmente tiene la inteligencia de una ardilla, pero cuando conocí este proyecto, era apenas una langosta.

Hasta ahora, el mayor reto que enfrentan los científicos de esta área es poder imitar el margen de tolerancia al error que tenemos los humanos. Es decir, nosotros somos capaces de detectar errores y corregirlos de manera muy sencilla. Por el momento las computadoras aún no son capaces de salirse de sus funciones para las que fueron programadas.

Piel que lee Braille

La computación neuromórfica ya tiene varias aplicaciones. Como mencionaba anteriormente, el chip Loihi, está siendo utilizado para crear un sistema llamado Pohoiki Beach. Este proyecto está desarrollando piel sintética con tacto; esto significa que ayudará a las personas que requieren de una prótesis, a contar con ella y ésta es capaz de identificar qué tanta presión debe ejercer sobre distintos objetos como un huevo o una botella de plástico e incluso puede leer Braille. Increíble.

También, puede detectar sustancias químicas peligrosas a través del olfato. Por el momento este chip puede identificar distintos tipos de fresas, que, si me lo preguntas, yo creía que todas las fresas olían igual, pero resulta que cada especie de fresa tiene su olor particular. También es capaz de identificar correctamente hasta diez sustancias químicas peligrosas, aun cuando haya otros olores capaces de enmascararlas. Esta aplicación de la tecnología, actualmente se utiliza en aeropuertos para detectar químicos peligrosos, sin embargo, este sistema olfativo podrá ser utilizado para diagnosticar enfermedades, crear detectores de monóxido de carbono mucho más precisos que los actuales, detectar armas, explosivos, drogas y más. Los perritos en los aeropuertos tendrán más ayuda. 

¿Oler enfermedades?

Hablando de este tema, ¿sabías que existen enfermedades que tienen olores particulares? Por ejemplo, se dice que la diabetes huele a manzanas podridas y que el tifus huele a pan horneado. Incluso existe una mujer llamada Joy Milne quien es capaz de detectar el Parkinson con tan solo oler una camisa utilizada por el paciente. Además, existen estudios que demuestran que los perros y gatos son capaces de oler el cáncer. 

¿Dónde puedo encontrar esta tecnología?

Hay muchas expectativas sobre esta tecnología pues está llevando el tacto a la robótica y a la detección de químicos en aeropuertos, pero ¿qué más? Hay varias aplicaciones médicas como realizar seguimiento a signos vitales, ajustar dosis de medicina o incluso, al sincronizarse con los teléfonos inteligentes, podrían anticipar malestares causados por enfermedades.

En otros campos, esta tecnología será de gran ayuda para los coches con conducción autónoma, o robots de asistencia como Sophia, drones, y más.

La tecnología se vuelve cada vez más humana. Pero hoy tenemos una langosta. El cerebro de una langosta no parece tan complejo; sin embargo, es uno de los mayores avances tecnológicos. Aún hay muchas cosas que podemos aprender y copiar de la naturaleza. Si no me crees, te recomiendo ver “Mi maestro el pulpo” en Netflix.

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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