- Ancana es una firma mexicana que se dedica a la venta y adquisición de inmuebles.
- Su valor agregado es que permite la compra por fracción en los principales destinos turísticos del país.
- Se estima quienes tienen casas de descanso en promedio las utilizan 60 días al año, por lo que su modelo reduce costos para los copropietarios.
Ante el confinamiento, muchas personas que tenían una casa de descanso pudieron mudarse temporalmente fuera de la ciudad. Así, cambiaron los edificios por vistas más naturales, que les dieron un nuevo aire en medio de la pandemia.
La tendencia de home office y de la educación en línea impulsaron la demanda de la vivienda vacacional en la pandemia; sin embargo, sus precios no eran accesibles para gran parte de la población que quería salir de las ciudades hacia los centros turísticos.
Andrés Barrios se dio cuenta y creo un modelo que permite comprar una casa de descanso por fracción, lo que hace el proceso de compra más accesible. Fue así como nació Ancana.
“Durante la pandemia nos dimos cuenta que mucha gente no tiene acceso a una casa de descanso o de vacaciones que les diera un escape de la ciudad para pasar tiempo con su familia o simplemente para trabajar desde un lugar más agradable», dijo a Business Insider México.
Su idea era darles la oportunidad a más familias de acceder a una casa de descanso o vacacional en formato de copropiedad. Esto implica que cada participante elegiría cómo y cuándo utilizarla, sin restricciones como las de los tiempos compartidos.
Esperan que el segmento de vivienda vacacional o casas de descanso se recupere
La vivienda vacacional o de descanso alcanzó en 2020 un valor de 54,000 millones de pesos, una reducción comparada con 2019, según cifras de la consultora inmobiliaria Softec. Se espera que este año ese segmento se recupere, especialmente en destinos como Cancún, Vallarta, Mazatlán y Los Cabos.
Pero ahora los consumidores son mucho más cautelosos respecto a estas grandes inversiones, lo que abre espacio al modelo de negocios de Ancana, considera Barrios. Incluso, para algunos de sus clientes, ha sido un «empujón» para lograr las compras que habían postergado antes.
Tal es el caso de Raúl Frías, quien había pensado desde tiempo atrás en comprar una casa de descanso en Puerto Vallarta. Incluso, había organizado a algunos integrantes de la familia para hacer la compra conjunta.
“Rápidamente te das cuenta que las casas de descanso son inversiones muy grandes; comenzamos a ver las propiedades y los precios eran inalcanzables”, dijo en entrevista con Business Insider México.
Frías comparó tiempo compartidos, un modelo vacacional al que recurría con frecuencia. Sin embargo, comenta que tras analizar el modelo de compra de casas de descanso por fracción, lo atrajo sentir que generaba una inversión al mismo tiempo que disfrutaba su casa de descanso.
Sabe que, mientras cumple su sueño, la casa generará plusvalía y le permitirá recuperar su inversión cuando sea momento de vender.
Hoy por hoy, la familia de Frías y otras siete son copropietarias de su casa de descanso.
Los gastos de la casa se dividen, lo que atrae a más personas a este modelo
El modelo de Ancana está atrayendo a nuevos clientes. Actualmente, hay 45 personas que están definiendo cuáles serán las futuras propiedades que comprarán en conjunto para tomar vacaciones.
Parte de su éxito se explica porque los distintos dueños se dividen los gastos de mantenimiento, impuestos y pago de los servicios, algo que baja el costo a largo plazo.
Y es que de acuerdo con Ancana, los vacacionistas utilizan casas de descanso en promedio 60 días al año, sin que los gastos de mantenimiento y pago de servicios se vean reducidos por el periodo que pasan inhabitadas.
Además, a diferencia de los tiempos compartidos, que únicamente permiten ejercer un contrato de uso por determinadas fechas y bajo ciertas cláusulas, la copropiedad ofrece a los clientes la posibilidad de escoger el número de fracciones considerando cuántas semanas quisiera utilizar su casa en el año. Las fracciones de las propiedades van desde 2 hasta 12 fracciones, dependiendo la ubicación y el tipo de propiedad.
Sin embargo, Barrios asegura que hacer notar estos beneficios no siempre fue fácil, pues uno de los retos a los que se enfrentó fue a la inseguridad de los clientes con respecto a la adquisición de una casa fraccionada.
“Nuestros clientes tenían miedo de que la casa realmente fuera suya por el hecho de ser compartida; sin embargo, cada copropietario tiene las mismas garantías de haber adquirido su propia casa”, agregó.
Para coordinar el uso de los inmuebles en copropiedad, el equipo de Ancana realiza calendarios para la asignación de semanas de cada familia copropietaria, contemplando que el promedio de uso de cada casa es de 60 días al año como máximo.
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