Laura Jiménez

Laura Jiménez

Extreme Makeover

El rechazo puede sentirse como una acción de fríos sentimientos y desinterés que nos mete en aprietos con otras personas. Y aunque no lo hagas con mala intensión, los demás podrían interpretarlo de una manera.

La acción de rechazar implica dar una negativa, ya sea porque sientes que algo no está bien, no te gusta o te hace sentir incómodo; y puede aplicarse a las personas, acciones, lugares, emociones, eventos o conversaciones, entre muchas otras cosas.

El hecho de no asistir a un evento familiar, social o colgar pronto una llamada telefónica no significa que no le interesas a esa persona o que no tiene tiempo para ti; probablemente interrumpiste en un mal momento o en el fondo implica emociones y contextos que hacen que la otra persona no quiera asistir.

Todos nos hemos encontrado en estas situaciones incómodas ya sean del trabajo, con amistades o familia, en las que estamos ocupados y, por más que queremos decir no, accedemos a cosas únicamente para no herir sentimientos y para que no queremos que piensen mal de nosotros.

Esto pasa en el área laboral cuando, por ejemplo, tu cargo implica dirigirte a las personas y mostrar autoridad. Existe una línea muy delgada entre quedar como el jefe malo porque rechazaste el trabajo o como el que pasa todo por alto para no herir susceptibilidades.

En la parte social si no quieres asistir a una reunión con amigos o familia quedas como el “aguafiestas” o el “mal amigo”.

Pero tener una buena reputación y una buena imagen no significa que siempre debas decir que sí. Puedes rechazar en el momento que tú quieras, pero si lo que te preocupa es quedar mal, utiliza formas sutiles para hacerlo y en estas posibles situaciones.

Cuando entran a tu oficina y no tienes tiempo de atender

Cuando te encuentres en esta situación evita decir algo como «no puedo atenderte porque estoy ocupado(a)”; la persona sentirá que no valoras su trabajo y que no te interesa.

Lo que te aconsejo que puedes hacer es escucharle por unos minutos y permitir que te explique el motivo de su visita; si debes revisar algún reporte o trabajo que te está entregando físicamente hojealo unos minutos y responde que lo ves muy bien y con gusto lo miraras a detalle en el transcurso del día. En ese momento te levantas y te diriges a la puerta; en automático la persona sentirá que debe levantarse y retirarse sin necesidad de que tú lo menciones. Recuerda sonreír y ser amable cuando lo hagas.

Te llaman por teléfono y no puedes atender la llamada

Si la llamada es social mientras estás en horarios de trabajo, puedes contestar sin que se note la prisa y decir que te encuentras un poco ocupado pero que en unos minutos le devuelves la llamada. Cuando estás acompañado en una reunión social y te llega una llamada de trabajo, discúlpate con tu acompañante y menciona que tienes que atender, pero que no tardarás.

Si sientes que será una llamada un poco más larga de lo habitual o debes enviar unos archivos, te aconsejo que vayas al baño y lo hagas para que no estés atento al celular frente tu acompañante.

Cuando te invitan a salir y no quieres ir

Existen muchas razones por las que no quieras asistir a una reunión social o de trabajo; puede ser que no tengas afinidad con otras personas, o el ambiente no te gusta o simplemente no tenías planeado salir. Si no es prescindible que asistas, di que ya tienes un compromiso pero que harás lo posible por asistir; así no se ve que no tienes ánimos y de que tú único plan es hacerte unas palomitas y mirar Netflix.

Si es una reunión de trabajo y es imprescindible que vayas, asiste mínimo hora y media, máximo dos, para que no se vea haces acto de presencia. Es importante que durante ese tiempo interactues y socialices con los demás para dejar huella y recordatorio de que estuviste ahí.

Le gustas a alguien pero a ti no te gusta

Esta situación es un poco más compleja y puede tener variantes porque hablamos de los sentimientos de otra persona, y lo que menos queremos es lastimarla. Cuando estamos frente a una situación así, lo ideal no es mencionarle que ya sales con alguien porque probablemente no le interese. Dile que por el momento estás saliendo de una relación y quieres enfocarte en el ámbito profesional. Al finalizar dejas claro el mensaje con la frase: «Espero puedas entender mis prioridades ahorita y podamos seguir siendo amigos.»

En algunas ocasiones no basta con decirlo una vez y probablemente sea insistente con el tema. Si esto pasa así trata de utilizar las mismas palabras pero en un tono más serio.

Te invitan a comer pero no te gusta la comida

Esta situación parecerá de película pero sucede.  

Si llegas a estar en una situación así y no quieres rechazar el platillo porque sientes que estás quedando mal, sírvete una porción grande de ensalada. Así dará la impresion a los invitados que estás comiendo bastante. Acompaña con un poco de agua mineral o bebidas con gas para sentir saciedad más pronto, así cuando te pregunten si quieres del otro platillo dirás qué comiste demasiada ensalada pero te queda espacio para el postre. Si ves que no hay ensalada busca alimentos que te gusten y de igual forma sírvete en porciones grandes.

Estos son algunos consejos que se pueden considerar políticamente correctos para evitar que las personas se sientan rechazadas ante estas situaciones. Por supuesto que existen más de ellas, la clave es intentar ponerte en los zapatos de la otra persona y pensar en cómo se sentiría al respecto si fuera al revés: utiliza un lenguaje claro pero amable, gestos y ademanes que hagan sentir cálida a la persona, como tocar la mano, el hombro o el brazo, así no importa que tan mal sea lo que estás diciendo le harás sentir que estás siendo amable y gentil.

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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