• La preocupación por los usuarios, por comprender qué necesitan, es la única manera de construir un producto realmente exitoso a largo plazo.
  • Un producto debe adaptarse a la forma de vida humana y no al contrario, dice Daniela Vélez, Product Manager - UX Designer en La Haus.
  • Debemos tener claro que el camino es largo y los objetivos se logran con trabajo continuo.

¿Cómo vender más? ¿Cómo generar más dinero? Estas suelen ser las preguntas básicas en las que se centran los negocios en su búsqueda por ser exitosos; pero, ¿qué pasa con las personas? La preocupación por los usuarios, por entenderlos, por comprender qué necesitan y por aportarles de forma positiva es la única manera de construir un producto realmente exitoso a largo plazo.

La razón para concluir esto es muy simple: ¡no hay posibilidad de generar una relación si solo se piensa en vender! Para que sea más claro, imagina que alguien quiere conquistarte, se acerca por primera vez y te pide nombre, teléfono, correo electrónico y salario; posiblemente te desconciertes y no entiendas por qué te pide esa información si tú no lo conoces lo suficiente. Así sucede con un producto que no se centra en el usuario, genera desconfianza y temor.

Un producto debe adaptarse a la forma de vida humana y no al contrario. Debe iniciar con conversaciones, basarse en la confianza para construir relaciones y lograr conexiones. Llegar a este punto no es sencillo, se requiere de un trabajo continuo en el que el usuario esté como centro de todo. Sin embargo, existen tres puntos básicos, que aplicamos en La Haus y consideramos que pueden sumar a cualquier empresa, y que orientan el camino hacia un buen destino:

Receta para un producto memorable

  1. Usar bien el tiempo: ¡Un producto nunca está finalizado! Es fundamental mejorarlo de forma constante a través de un diálogo continuo con los usuarios. Como dicen los expertos de YC, «si no estás mejorando tu producto o hablando con tus usuarios, estás perdiendo el tiempo.»
  2. Diseñar para los usuarios: Lo que te gusta y te parece claro a ti puede que no lo sea para los demás, por eso el norte es tener claro para quién es el producto y dejar de lado los pensamientos subjetivos. 
  3. Lograr que la gente confíe en ti: El producto es de los usuarios, así que deja que sean ellos quienes lo armen y lo desarmen, cuantas veces sea necesario, hasta que responda de forma natural a sus requerimientos y se logre una conexión real. No lo defiendas, construye.

Una analogía correcta para la relación de un buen producto con el usuario es un baile: para que sea agradable, los bailarines deben dar pasos complementarios, acoplarse y saber moverse en conjunto; cuando esto pasa es probable que quiera repetirse. Lo mismo sucede con un buen producto, le aporta a las personas y escucha de vuelta para entender cómo nutrirse y evolucionar.

Este es un baile constante. Debemos tener claro que el camino es largo y los objetivos se logran con trabajo continuo que lo que somos es lo que transmitimos y por eso el equipo debe estar lleno de personas talentosas y empáticas; que no se midan por números sino por experiencias generadas; que no busquen vender a como dé lugar porque lo que queremos es acoplarnos a las necesidades e ir al ritmo de los usuarios.

*Daniela Vélez Vélez, Product Manager – UX Designer en La Haus, startup de tecnología inmobiliaria que transforma la experiencia de compra de vivienda en Latinoamérica.

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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