• Para elegir una almohada hay que tomar en cuenta la tecnología que tenga, que sean lavables, la calidad y la garantía que te den.
  • Además es necesario lavarla cada dos meses y cambiarla al menos cada dos años.
  • Si tu almohada está decolorada, no es lavable o huele a viejo, ya es momento de cambiarla.
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¿Desde hace cuánto tiempo tienes la almohada con la que duermes? Si no sabes exactamente, quizá necesites cambiarla. Pero no solo se trata de ir y comprar la primera que encuentres; hay algunos aspectos que deberías tener en cuenta para elegir una. 

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Además del colchón, las almohadas son de suma importancia para garantizar un buen descanso. Debido a esto, para Claudio Cervantes, director de Sognare México, son una de las principales inversiones para gozar de buena salud. 

“Mucha gente pensaba que la almohada era un gasto y no es así. Se pensaba que con comprar la más barata ya se cubría con ese “requisito” para poder dormir”, explicó.

Cómo puedes saber que ya necesitas cambiar tus almohadas

Anteriormente se acostumbraba a guardar las almohadas durante años e incluso reutilizarlas para otros fines, como hacer cojines. Incluso cuando perdían forma o ya no estaban esponjosas se rellenaban con ropa u otras prendas.

Pero esa no es la mejor práctica que puedes tener. Cervantes explicó que si tu almohada cumple con alguno de estos puntos ya es necesario que compres una nueva:

1. No se pueden lavar.
2. Tienen más de dos años.
3. Están decoloradas.
4. Huelen a viejo.

Respecto a este último punto, el experto dijo que si tienen este olor posiblemente sea debido a una acumulación de heces de ácaros. 

Por otro lado, otra posible señal es si al despertar tienes granitos en la cara, te da comezón o amaneces con escurrimiento nasal. Sin embargo, también es probable que solo necesites darle una lavada.

Qué tomar en cuenta para elegir una almohada

La ciencia ha demostrado que además de hacer ejercicio, hidratarse y comer sano, dormir bien es un pilar importante para la salud.

No dormir bien puede afectar tu concentración y humor del día siguiente, influir en tu peso y en la manera en la que comes.

Por ello, el experto señaló cuatro aspectos importantes a tomar en cuenta para elegir una almohada, estos son:

1. Calidad del producto

Al ser una de las principales inversiones para la salud cuando tienes que escoger una almohada de preferencia hay que ir personalmente a la tienda y verificar cómo se siente. 

El experto señala que hay que asegurarse de que te dé el soporte necesario “alineando tu cabeza con la columna y el confort adecuado que te permita descansar”. 

Hay quienes requieren una almohada más firme o una más suave, todo depende de qué te haga dormir mejor. El secreto está en observar en qué posición sueles dormir. 

2. Que tenga garantía

Pregunta en la tienda qué garantía te dan al momento de hacer la compra. En algunas ésta aplica contra defectos de fabricación en todos los materiales que la componen por determinado tiempo.

Otras marcas ofrecen 100 noches de prueba para que te puedas asegurar de que la almohada que escogiste es tu mejor opción. 

3. Que sea lavable

Procura que las almohadas sean lavables. Es importante ya que pasamos varias horas acostados en ellas por lo que los residuos de gel, spray, shampoo, polvo, piel muerta, baba y sudor caen en la almohada generando que se acumulen las bacterias.

Entre los materiales hay varios, pero Cervantes no recomienda comprar las plumas de ganso ya que no suelen ser lavables. 

“Asegúrate que tenga cantidad de ciclos de lavado comprobado,es decir, que pueda lavarse varias veces”, dice.

4. La tecnología que tiene

También hay que considerar la tecnología que tengan. Cervantes recomienda preguntar “¿tiene alguna característica adicional como que permite circular el aire?”, “¿se adapta a las cervicales?” “¿se deforma?”, “¿es hipoalergénica?”

Las almohadas ortopédicas suelen estar hechas de espuma viscoelástica que permite distribuir mejor el peso del cuerpo. 

Cómo darle mantenimiento a una almohada

Las almohadas, como todos los productos, tienen fecha de caducidad, dice Cervantes. Se recomienda cambiarlas al menos cada dos años. 

Además para que estas duren más tiempo, es necesario lavarlas periódicamente, preferentemente cada dos meses en la lavadora. Si solo sueles pasar la aspiradora quizá no sea tan efectivo ya que las bacterias del interior no salen. 

Usa detergente y algún desinfectante para lavarlas y sécalas al sol o en secadora para que no queden húmedas por dentro. 

Respecto a ello, trata de no dormir con el cabello mojado ya que, además de que puede ser perjudicial para tu salud, ayuda a evitar que se acumule la humedad.

Otro consejo es mantenerlas ventiladas y evitar guardarlas en el closet o debajo de las sábanas. Si puedes, utiliza una funda protectora impermeable, ya que ayudará a prolongar su vida útil. 

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