• Aunque en muchas regiones del planeta aún existe reticencia a consumir alimentos, lo que se conoce como entomofagia, esta supondría una dieta muy nutritiva, a la par que respetuosa con la Tierra, en comparación con la ganadería.
  • Con esta idea en mente, una empresa de Nagasaki (Japón) ha instalado en un mercado una máquina expendedora con 9 tipos de insectos diferentes.
  • A nivel mundial, más de 2,000 millones de personas integran esta dieta en su rutina.

Probablemente hayas probado en alguna ocasión algún insecto; quizá lo hiciste pensando que es un alimento exótico y extraño, a la par que no muy agradable por las convenciones sociales de Occidente. Sin embargo, la entomofagia —el consumo de insectos por parte de los seres humanos— es más habitual de lo que crees.

Según los datos del Programa de Insectos Comestibles de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en la actualidad, 2,000 millones de personas complementan su dieta con este tipo de alimento; en su mayoría son habitantes de regiones de Asia, África y América Latina. 

Insectos consumidos por humanos

En total son más de 1,900 las especies de insectos que se consideran comestibles. Entre estos, los que más se consumen por parte de los seres humanos son los escarabajos, con un 31%, seguidos de los gusanos (18%) y abejas, avispas y hormigas, es decir, la familia de los himenópteros (14%). En última posición, aparecen las libélulas (3%) y las moscas (2%).

La máquina expendedora instalada en Nagasaki (Japón) cuenta con 9 tipos de insectos para su consumo | Mainichi e Hiroshi Watanuki

En los últimos días, habiendo visto que la demanda se incrementó, en el mercado Michi-no-Eki Konchu no sato Tabira, en Nagasaki (Japón), una empresa instaló una máquina expendedora, según informó The Mainichi. En ella se pueden adquirir 9 tipos diferentes de insectos, como grillos, saltamontes y otros que están fritos o secos.

Los consumidores, que lo recibieron con los brazos abiertos, pueden adquirir dichos insectos por un precio que oscila entre los 600 yenes y los 1,000 yenes (entre 111 y 185 pesos).

Los beneficios alimentarios de la entomofagia

Los insectos fueron los grandes desplazados en la alimentación más reciente de la humanidad; sobre todo, por el auge de la ganadería intensiva en los países occidentales, como Estados Unidos. Aun así, sus propiedades nutricionales no se deben ignorar.

Según la FAO, estos son una gran fuente de proteínas y nutrientes, aparte de que la mayoría cuenta con ácidos grasos muy parecidos a los del pescado. Cocinados, secos, salados o refrigerados, suponen además un alimento rico en fibra y micronutrientes, como cobre, hierro, magnesio, fósforo, manganeso, selenio y zinc. 

Aparte del apartado nutritivo, pueden actuar como una gran barrera para la transmisión de enfermedades zoonóticas; aquellas que pasan desde animales a humanos, como la gripe aviar o la enfermedad de las vacas locas, que afectan gravemente a la seguridad alimentaria a nivel global.

Más allá de esto, su consumo podría incidir positivamente en la reducción del consumo de carne; uno de los agravantes para la salud ambiental de nuestro planeta.

Entomofagia para salvar la Tierra

El ser humano ha de pensar en que la alimentación supone una cuestión cultural y, como tantas, se puede cambiar con educación, asimilando progresivamente el consumo de insectos. Un servidor pudo probar chapulines y, aunque parezca mentira, son muy parecidos a las pepitas de girasol.

Además, el hecho de consumir insectos supondría grandes beneficios para la Tierra. Tal y como explica la FAO, estos animales mejoran la eficiencia en las tasas de conversión alimento/carne, es decir, la cantidad necesaria de alimento para incrementar en un kilogramo el peso de un animal. Así, los insectos son capaces de convertir 2 kg de alimento en un kg de masa corporal.

En comparación, la tasa de conversión para el ganado tradicional supone una cantidad 4 veces mayor de alimento (8kg) para aumentar el peso corporal tan solo un kg.

Por ejemplificarlo con el caso de los cerdos, estos son los responsables de producir entre 10 y 100 veces más gases de efecto invernadero por cada kg de peso ganado, algo que afecta considerablemente al planeta.

Comer insectos ayuda a cuidar el agua

Aparte, el beneficio de la entomofagia garantiza una mayor eficiencia en el gasto de agua, ya que resisten a sequías y no dependen directamente de las parcelas de tierra para su cría.

Como última ventaja, su alimentación puede basarse en abono, estiércol y restos de origen humano; se podría derivar ese gasto alimentario en otras actividades más responsables.

En resumen, aunque los insectos han sido despreciados en algunas regiones del planeta, la entomofagia supone casi un revolución de la industria alimentaria, así como en la salud de la Tierra.

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