• Ann Hiatt es ahora una mujer experimentada de Silicon Valley, con 12 años de trabajo en Google y una trayectoria como socia de negocios ejecutiva de los ex directores generales de Amazon y de Yahoo.
  • En 2002, sin embargo, no contaba con esa experiencia y de todos modos contratada por Jeff Bezos.
  • Estas son las dos únicas preguntas que le formuló el fundador de Amazon y las respuestas que dio la entonces candidata en la entrevista de trabajo.
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Te encuentras dentro de un proceso de selección de personal, te llaman para citarte para una entrevista de trabajo (esta será la última, te prometen) y esperas en una sala a la persona que valorará si te van a contratar o no. Todo está en sus manos y en tu capacidad e inteligencia para responder a las preguntas que te hagan.

La buena noticia es que solo te van a plantear dos preguntas, nada más. La parte menos tranquilizadora llega cuando descubres cuáles son, sobre todo una de ellas. La sorpresa consiste en que la persona que entra por la puerta para realizarte las preguntas y a quien deberás contestar con éxito es a Jeff Bezos.

Ann Hiatt es ahora una mujer experimentada de Silicon Valley, con 12 años de trabajo en Google.

Tiene trayectoria como socia de negocios ejecutiva de los ex directores generales de Amazon y de Yahoo, es autora del libro «Apuesta por ti: reconoce, posee e implementa oportunidades innovadoras» y fundadora de una empresa de consultoría con clientes directores ejecutivos en todo el mundo.

Además, durante toda su carrera laboral llevó a cabo «cientos» de entrevistas de trabajo.

Sin embargo, en 2002, cuando la entrevistó Jeff Bezos, fundador de Amazon, para un puesto de asistente junior en la compañía, muchas de esas cosas aún no habían pasado. 

En realidad, se había planteado ser profesora, carecía de un título de informática, no tenía contactos en Amazon y tampoco contaba con experiencia en trabajar con un alto directivo.

Aun así, acabó respondiendo a las preguntas de Bezos y este la contrató «en el acto» y le asignó el escritorio más cercano al suyo, cuenta en CNBC.

Las preguntas que planteó Jeff Bezos y cómo responderlas con éxito

La puerta se abrió y entró Jeff Bezos, quien se sentó enfrente y se presentó; prometió que solo plantearía dos preguntas y que la primera de ellas sería un «divertido» rompecabezas.

Bezos se levantó, tomó un plumón, se acercó a una pizarra y planteó: «Voy a hacer las cuentas. Quiero que calcules el número de cristales de ventanas de la ciudad de Seattle» (en Estados Unidos).

«Me aterroricé momentáneamente», confiesa Ann Hiatt. 

«Luego hice una pausa para calmarme, recordándome a mí misma que debía pensar sobre su motivación para hacerme esa pregunta. ‘Quiere ver cómo funciona mi mente’, me dije. ‘Quiere ver cómo descompongo un problema complicado en pasos pequeños y manejables. Puedo hacerlo'».

La entonces candidata empezó por una estimación de la población de la ciudad, redondeada a un millón de habitantes, y continuó deduciendo que cada uno tendría una casa, un medio de transporte, una oficina o escuela… todo ello con sus correspondientes ventanas.

Después, pasó a estimar los promedios de estos elementos y a analizar todos los escenarios posibles, anomalías, excepciones, situaciones, entre otros.

«Me pareció que hablé durante horas mientras Bezos llenaba la pizarra con números. Estoy segura de que, en realidad, tardamos más bien 10 minutos. Recuerdo que me emocioné cuando escribió la estimación final. Lo marcó con un círculo. ‘Parece que está bien’, afirmó», rememora Hiatt.

Pasada la primera prueba, llegó la segunda, en apariencia más sencilla: «¿Cuáles son tus objetivos profesionales?».

«Le dije que Amazon había demostrado ser una empresa llena de gente ambiciosa y apasionada. Quería ser como ellos y aprender lo que sabían. Sus puntos fuertes estaban en las áreas que yo personalmente quería desarrollar; el valor de la experiencia era obvio, aunque pareciese una desviación de mi objetivo de ser profesora», empieza contando Hiatt en el artículo.

«Expliqué que no tenía ni idea de cómo ser asistente, pero que conocía la importancia de salir constantemente de mi zona de confort. Quería lanzarme a una curva de aprendizaje y crecimiento astronómica», añade.

Precisamente en otro artículo, esta experta explica que una de las claves para superar una entrevista de trabajo como la que tuvo con Jeff Bezos, responder las preguntas con éxito e impresionar al entrevistador es hablar también de lo que no se sabe, pero se desea aprender. «Nadie quiere contratar a un sabelotodo», advierte.

Voluntad y motivación: por encima de la experiencia y las habilidades

Más allá de las habilidades y los conocimientos, muchos reclutadores prestar atención también a la personalidad de la persona entrevistada: no se trata solo de aptitud, sino de actitud. Así sucedió también en este caso con Jeff Bezos.

«Conociendo a Bezos tan bien como lo hago ahora, veo por qué esas fueron sus dos únicas preguntas. Estaba midiendo mi potencial mediante cuestionamientos que explorarían si tenía las agallas, el coraje y la motivación para correr a su ritmo y ser lo suficientemente valiente como para saltar constantemente con él y subir de nivel», interpreta Ann Hiatt 10 años después de ese encuentro.

«Al final de la entrevista, ambos sabíamos que haría cualquier cosa para tener éxito, a pesar de ser una candidata muy joven», recalca.

Ya desde su experiencia actual, la veterana de Silicon Valley mira hacia atrás y analiza los motivos por los que Bezos la contrató. Estos reflejan la forma de ser del fundador de Amazon y lo que busca en las personas de las que se rodea.

«Tardé años en comprender plenamente por qué Bezos se arriesgó conmigo y me dio esa gran oportunidad. Se rodeó exclusivamente de personas a las que tenía que retener, no empujar. Creó equipos de personas tan ambiciosas, creativas y decididas que compensaban cualquier falta de experiencia», expone.

«Aprendí que la clave del éxito inicial de Bezos y Amazon era esta búsqueda incansable de lo excepcional», concluye sobre un componente que, posteriormente, hizo suyo.

«Desde aquella primera experiencia de contratación, siempre he procurado ser la persona que necesita ser retenida, no empujada. He buscado equipos que me desafiaran, apoyaran e inspiraran a hacer cosas mucho más allá de mis capacidades actuales. Eso me ha llevado a una mayor satisfacción en mi vida laboral que cualquier otra cosa», finaliza.

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