- Insider habló recientemente con una persona docente en una escuela primaria de la ciudad de Nueva York. Lleva cinco años enseñando.
- Pero como muchos de sus colegas, planea renunciar. La tensión de la pandemia es una de las razones.
- "Creo que vamos a perder buenos maestros porque ha sido muy agotador", aseveró.
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Este ensayo como se dijo se basa en una conversación con una persona docente que da clases en una escuela primaria autónoma con sede en la ciudad de Nueva York y decidió renunciar. Pidió permanecer en el anonimato para proteger su carrera, pero Insider verificó su identidad y empleo. La conversación ha sido editada por su extensión y claridad.
He sido docente durante cinco años y actualmente trabajo dando clases en una escuela primaria en la ciudad de Nueva York. Recientemente tuve Covid-19 y volví cuatro días después de mi prueba positiva ello debido a las presiones de trabajar en un centro educativo con poco personal.
Técnicamente tenemos días de enfermedad ilimitados, pero hay presión para regresar
No tenía un cuadro terrible de la enfermedad, lo cual es genial. Pero el sistema de pasar por Recursos Humanos y el liderazgo escolar para pedir permiso de trabajo tomó más tiempo del que debería tomar para esto, porque ambos estaban saturados y abrumados.
Ni siquiera recibí una respuesta por correo electrónico de Recursos Humanos hasta que ya estaba de vuelta en el trabajo.
Muchas cosas cayeron sobre mí mientras tenía Covid-19, incluidas mis suposiciones sobre mi propia salud y conocer los protocolos, así que regresé tan pronto como volví a dar negativo, esto en el cuarto día.
No esperé los cinco días completos porque sentí mucha presión para apoyar a un equipo con muy poco personal y nadie me decía lo contrario.
No es trabajo de nadie decirme: «No, debes quedarte en casa», lo entiendo. Pero también creo que habla de la situación, que es que realmente necesitamos todas las manos a la obra.
Ahora mismo hay muchos profesores que tienen que cubrir otras aulas
Las aulas se han combinado y hay muchos profesores que enseñan solos cuando normalmente tendrían un asistente. Tienes una sensación de presión para regresar porque tu ausencia está causando mucha angustia.
También hay una falta de empatía que recibimos de nuestro liderazgo, al menos en mi escuela. Las frases cuando alguien «descansa» porque tiene Covid-19 es: «Lamentamos que tengas Covid-19. Tu fecha de regreso es tal día».
Es una política hacen el análisis cada tres días. Si recibes una prueba negativa después de tres días, debes regresar, y si continúas dando positivo después del día cinco, aún debes volver.
Conozco a muchos maestros, incluyéndome a mí, que regresaron con un resultado negativo pero aún experimentan síntomas: tos persistente, fatiga, dificultad para respirar o sinusitis.
Sabemos que esos síntomas se mantienen en las personas que han tenido Covid-19, pero no parece que eso realmente se haya tenido en cuenta al darles a las personas el tiempo libre que necesitan para descansar.
Recientemente comenzamos a recibir pruebas Covid todos los miércoles. Se nos anunció que realizaríamos el hisopado una vez a la semana con una respuesta de 24 horas, pero a veces tardamos cuatro días en respondernos.
Creo que esto es en toda la ciudad; fuera de la escuela, los laboratorios están tan llenos que incluso si eres positivo, no lo sabrás por días y días. En ese momento, tu cuarentena de cinco días casi terminó, por lo que te sientes un poco tonto.
Si no te sientes bien, pero aún no tienes los resultados de las pruebas, tomar tiempo por enfermedad no es una opción. He visto el escenario muchas, muchas veces, y cada vez, el maestro viene a la escuela.
No he estado en las conversaciones que tienen con el liderazgo; sin embargo, sé cuál ha sido la conclusión.
Estas políticas, además de otras presiones provocadas por la pandemia, llevaron a quienes dan clases a renunciar
En mis años de enseñanza, nunca había visto una rotación como la que hemos tenido este año. Esa es otra parte del problema en términos de personal. Ya teníamos poca gente antes de la oleada de Omicron y creo que hay algunas razones.
Debido a que la mayor parte del último año escolar fue remoto, las personas volvieron a priorizar sus vidas y encontraron nuevos equilibrios entre el trabajo y la vida. Además, hallaron otras prioridades fuera de la enseñanza en el aula.
También está el miedo a enfermarse. Hay maestros con personas inmunocomprometidas en casa o ellos mismos están en esa situación; se ha vuelto demasiado riesgoso para ellos sentirse cómodos viniendo al trabajo.
Luego, también están aquellos que están completamente agotados por tener que cubrir constantemente clases que no son las suyas, tener que manejar constantemente COVID-19 y un salón de clases, y lidiar con mucha falta de amabilidad. Me considero en este cubo.
Sentimos que estamos constantemente en una batalla perdida en la que nunca vamos a hacer feliz a alguien
Los maestros son a menudo la primera línea de las conversaciones relacionadas con Covid-19 y con la enseñanza cada vez más política, nos hablan horriblemente. Es agotador.
No me veo regresando el próximo año y dar clases y escucho que muchas otras personas planean también renunciar.
Me entristece mucho, porque creo que hay tantos educadores talentosos donde trabajo que son increíblemente apasionados.
Son mágicos en el salón de clases y considero que, al renunciar, vamos a perder a tantos buenos docentes porque ha sido muy agotador física y emocionalmente.
También se habla mucho sobre los maestros que quieren ir a distancia porque no estamos preparados para la tarea o somos flojos. Eso está muy lejos de mi experiencia y de lo que sé de mí y de mis colegas.
Estamos haciendo todo lo posible para mantener a los niños en la escuela, pero también para que estén seguros.
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