• De acuerdo con Scientific American, algunos científicos creen que las probabilidades de que la vida tal como la conocemos sea una simulación son de un 50%.
  • De acuerdo con el medio, en caso de vivir en una simulación, lo más probable es que esta cree percepciones de la realidad bajo demanda en lugar de simular una realidad absoluta todo el tiempo.
  • Personajes como el filósofo Nick Bostrom o el astrónomo David Kipping tienen sus propias teorías que hablan sobre este tema
  • Sin embargo, ambas son prácticamente imposibles de comprobar.

Por si no había ya suficiente angustia existencial en este 2020, ahora se reavivó una teoría que dice que podríamos estar viviendo en una simulación.

De acuerdo con Scientific American, algunos científicos creen que las probabilidades de que la vida tal como la conocemos sea una simulación son de un 50%; básicamente, iguales a las de lanzar una moneda al aire y tratar de adivinar en qué lado cae.

De acuerdo con el medio, en caso de vivir en una simulación, lo más probable es que esta cree percepciones de la realidad bajo demanda en lugar de simular una realidad absoluta todo el tiempo; como un videojuego optimizado para mostrar solo las partes de una escena visibles para un jugador.

El artículo de 2003 del filósofo Nick Bostrom, «¿Estamos viviendo en una simulación por computadora?» explica de dónde surge esta alocada idea:

“Sostengo que al menos una de las siguientes proposiciones es cierta: (1) es muy probable que la especie humana se extinga antes de alcanzar una etapa ‘posthumana’; (2) es extremadamente improbable que cualquier civilización posthumana ejecute un número significativo de simulaciones de su historia evolutiva (o variaciones de la misma); (3) es casi seguro que vivamos en una simulación por computadora. De ello se desprende que la creencia de que existe una posibilidad significativa de que algún día seamos posthumanos que realicen simulaciones de ancestros es falsa, a menos que estemos viviendo actualmente en una simulación».

La teoría de la simulación de Bostrom se centra en el poder computacional. En el dado caso de que existiese una computadora capaz de crear nuestra realidad, nunca podríamos darnos cuenta ya que formaríamos parte de su simulación.

¿Cómo podría comprobarse la teoría de que vivimos en una simulación?

Sin embargo, la teoría tan general de Bostrom llevó al astrónomo David Kipping de la Universidad de Columbia a llegar a sus propias probabilidades, y lo que él concluyó es que las simulaciones no pueden generar sus propias simulaciones adicionales.

«Esto se debe a que a medida que las simulaciones generan más simulaciones, los recursos informáticos disponibles para cada generación subsiguiente disminuyen hasta el punto en que la gran mayoría de las realidades serán aquellas que no tienen la capacidad de cálculo necesaria para simular realidades descendientes que son capaces de albergar seres conscientes», escribe Anil Ananthaswamy de Scientific American.

Popular Mechanics explica este concepto con el ejemplo de las populares Matrioshkas, las muñecas rusas que tienen otras dentro de sí. Cada muñeca subsiguiente después de la primera debe caber en la que vino antes. Como resultado, cada muñeca se vuelve cada vez más pequeña en tamaño y escala a medida que vas abriendo nuevas.

Entonces, ¿cómo podríamos comprobar si vivimos en una simulación o no? Básicamente, si la humanidad es capaz de crear en algún momento de su historia una simulación propia con seres conscientes, entonces significa que somos reales.

Sin embargo, si la humanidad nunca crea su propia simulación con seres conscientes, entonces las probabilidades de que vivamos en una se hacen mayores.

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