- El auge de la IA generativa en China ha llevado a la gente a intentar recrear a sus seres queridos con esta tecnología.
- Utilizando fotos antiguas, grabaciones y mensajes, están entrenando programas de chat para imitar a los muertos.
- La tecnología existe desde hace tiempo, pero los expertos explican a Insider que puede plantear graves problemas éticos.
- ¿Ya conoces nuestra cuenta de Instagram? Síguenos.
En 2020, un joven ingeniero de software chino de Hangzhou se topó por casualidad con un ensayo sobre tecnología de sincronización labial. Su premisa es relativamente sencilla: utilizar un programa informático para hacer coincidir los movimientos de los labios con las grabaciones del habla.
Con ello, le vino a la mente su abuelo. Él había fallecido casi una década antes.
«¿Puedo volver a ver al abuelo utilizando esta tecnología?», se preguntó Yu Jialin.
Su viaje para recrear a su abuelo, documentado en abril por el periodista de investigación Tang Yucheng para la revista estatal Sixth Tone, es uno de los muchos casos que están surgiendo en China de personas que utilizan la inteligencia artificial (IA) para «resucitar» a los difuntos.
Lo logró al mezclar tecnologías de IA emergentes. Entre ellas, utilizó griefbots, programas de chat con las personalidades y recuerdos de los difuntos. Esto, con la esperanza de tener la oportunidad de volver a hablar con sus seres queridos.
Para Yu, supusieron la oportunidad de dirigir sus últimas palabras al hombre que le ayudó a crecer.
El ingeniero informático, que ahora tiene 29 años, contó a Tang que tenía 17 cuando murió su abuelo.
Todavía se arrepiente de dos ocasiones en las que fue duro con él. Una vez le gritó por interrumpir una sesión de juego, y en otra ocasión le dijo que dejara de ir por él al colegio, según Tang.
Su familia dejó de mencionar al abuelo tras su muerte, contó. «Todos en la familia hacían lo posible por olvidar al abuelo en lugar de recordarlo», dijo Yu.
El griefbot se sube a la moda del ChatGPT
El concepto de griefbot lleva años probándose. Sobre todo como programas basados en IA que aprenden a imitar a los seres humanos a través de sus recuerdos, fotos y grabaciones.
Sin embargo, el rápido avance de la IA generativa en el último año ha llevado la potencia y accesibilidad de los griefbots a un nivel completamente nuevo.
Los modelos antiguos requerían enormes conjuntos de datos. Ahora, los ingenieros solitarios como Yu pueden alimentar los modelos lingüísticos con fragmentos del pasado de una persona y recrear casi exactamente su aspecto, su manera de hablar y de pensar.
«En la tecnología actual, no hacen falta demasiadas muestras para que una IA aprenda el estilo de una persona», explica a Insider Haibing Lu, profesor de información y análisis de la Universidad de Santa Clara.
Sistemas como ChatGPT, el programa basado en texto que imita el habla humana, ya han aprendido cómo habla o escribe de forma natural la mayoría de la gente, afirma Lu, cuya investigación se centra en la IA.
«Solo hay que retocar un poco los sistemas para conseguir un parecido aproximado del 99% con la persona. Las diferencias serán mínimas», afirma Lu.
Para que Yu enseñara a su modelo de IA cómo era su abuelo, recuperó varias cartas antiguas de su abuela. Ella las había intercambiado con el abuelo de Yu cuando eran jóvenes, y revelaban una faceta del hombre que ni siquiera Yu había conocido de niño, le dijo a Tang.
El ingeniero de software seleccionó fotos y videos tomados hace más de una década y encontró mensajes de texto que le había enviado su abuelo, detalló Tang.
While some believe griefbots offer friends and families a way to cope with the pain of loss, others raise ethical considerations around data protection and privacy regulation, particularly about denying people agency posthumously. 4/9 pic.twitter.com/MD5iZknF0R
— Sixth Tone (@SixthTone) April 6, 2023
Sin embargo, incluso tras semanas de pruebas y entrenamiento, la tecnología tiene un largo camino por recorrer si los humanos esperan algo parecido a las réplicas robóticas de Black Mirror. El robot de Yu era claramente limitado y tardaba 10 minutos en responder a cada pregunta, según Tang.
«Hola, abuelo. ¿Adivinas quién soy?» preguntó Yu al programa en un momento dado.
El abuelo dio una respuesta genérica.
«Quién eres no tiene ninguna importancia. La vida es un hermoso milagro», respondió el bot, según Tang.
Pero a medida que Yu le daba más información sobre su abuelo, la IA empezó a mostrar una representación más precisa de sus hábitos y preferencias. Por ejemplo, recordó el programa favorito de su abuelo, según contó a Tang.
«Happy Teahouse dejó de emitirse», le dijo Yu al chatbot.
«Es una pena. El programa que más me gustaba ver ya no está disponible. Me hubiera gustado ver algunos episodios más», respondió el abuelo bot.
Ese fue el momento en que Yu sintió que había llegado a alguna parte, le dijo a Tang. Al final, el programa era lo bastante sofisticado como para que Yu se sintiera seguro de poder enseñar su trabajo a su abuela. Ella observó en silencio cómo su difunto marido respondía a sus preguntas, luego dio las gracias a su nieto, se levantó y salió de la habitación.
Yu le dijo a Tang que su abuela necesitaba el chatbot para procesar sus emociones y guardar luto. «Si no, ¿por qué iba a darme las gracias?»
En cuanto a él, no quiso compartir sus conversaciones íntimas con su abuelo bot.
«Pero creo que al final mi abuelo me perdonó», le dijo a Tang.
Cómo ha evolucionado el duelo con los tiempos
Sue Morris, directora de los servicios de duelo del Instituto Oncológico Dana-Farber de Boston, explica a Insider que es natural que los seres humanos modifiquen su manera de llevar el luto a medida que evoluciona la tecnología.
En los años 80, la gente escribía historias sobre sus seres queridos para recordarlos, explica Morris, profesora de psicología en la Facultad de Medicina de Harvard. Ahora, en la era digital, es mucho más habitual guardar fotos y videos de los difuntos, explica.
Los psicólogos suelen ayudar a los dolientes pidiéndoles que hablen a una silla vacía como si su ser querido estuviera sentado en ella, y que imaginen la respuesta de la persona.
«Da la sensación de que estos robots de duelo son el paso tecnológico siguiente», afirma Morris.
Pero los griefbots quitan mucho control al usuario, añade. Hay personas que afrontan el duelo controlando cómo y cuándo procesan sus emociones.
«Tú eliges cuándo vas a ver tus fotos y videos, cuánto tiempo vas a mirarlos», dijo.
Un desencadenante inesperado, como un mensaje insensible de un chatbot, a menudo puede abrumar a alguien con dolor, dijo Morris.
«Puede que 98% de las veces el programa diga lo apropiado, pero ¿y si no lo hace en un pequeño porcentaje? ¿Podría eso llevar a alguien a una espiral descendente?», comentó.
Aunque los griefbots suenen ofensivos para algunos, la historia demuestra que las normas sociales cambian constantemente cuando se trata de los difuntos, explica a Insider Mary Frances O’Connor, directora del Laboratorio de Duelo, Pérdida y Estrés Social de la Universidad de Arizona.
Cuando la fotografía se hizo accesible al público en el siglo XIX, la gente se fotografiaba con los cadáveres de sus seres queridos y colgaba las fotos en sus salones, explica O’Connor.
«Hoy podríamos pensar que esta exhibición en el salón era morbosa, pero era habitual en aquella época», afirma O’Connor.
Los griefbot con ChatGPT ganan terreno en China
A medida que la IA generativa gana terreno en China, también lo hacen las historias de griefbots.
Otro chino que utilizó la IA para «resucitar» a uno de sus difuntos —un bloguero de Shanghai de 24 años llamado Wu Wuliu— se hizo viral en las redes sociales en marzo cuando dijo que había entrenado a un chatbot para que imitara a su abuela fallecida.
Al igual que el bot del abuelo de Yu, el de Wu produjo respuestas limitadas. «Pero me siento bien al poder mirar a la abuela y hablar más con ella», dijo.
Wu dijo que utilizó ChatGPT, aunque el acceso a la plataforma está limitado en China desde el 24 de febrero.
«Ojalá hubiera visto este video antes», decía un comentario en la página de Wu. «Mi abuela falleció el invierno pasado. Me agarró desprevenida. No tengo grabaciones de audio ni fotos de ella en alta definición».
Y durante el festival anual de barrido de tumbas de este año, un cementerio chino utilizó software GPT e IA de clonación de voz para recrear a personas que estaban siendo enterradas en sus instalaciones, informó YiCai.
El cementerio dijo que miles de personas han utilizado su plataforma; el costo para recrear a un difunto con IA es de 7,300 dólares, según YiCai.
Buscar la conexión humana de un bot virtual se ha convertido en algo habitual en China. Xiaoice, un chatbot asistente chino de 2018 que adopta la apariencia de una adolescente, tiene más de 660 millones de usuarios. Puede actuar como confidente o amiga, y puede recibir regalos de los fans, dijo Microsoft, que dirige el bot insignia.
Versiones anteriores de griefbots se han establecido en otros lugares del mundo. Varias empresas y proyectos de investigación de Estados Unidos han ofrecido estos robots. Por ejemplo Replika, que ahora se comercializa como aplicación de IA social.
En Canadá, un hombre llamado Joshua Barbeau rehizo digitalmente a su novia en 2021 utilizando el Project December, un programa más antiguo construido con el predecesor del actual software GPT. La novia de Barbeau murió de una rara enfermedad hepática ocho años antes, y él declaró a The San Francisco Chronicle que hablar con el chatbot le ayudó a superar su pérdida.
También está el documental surcoreano Meeting You, que mostraba a una joven madre reuniéndose con lágrimas en los ojos con su hija fallecida de 7 años en realidad virtual. A los espectadores les preocupaba que el programa fuera emocionalmente manipulador, aunque la madre del episodio estaba agradecida por la experiencia y decía que era como si hubiera tenido un «bonito sueño».
Los griefbots están destinados a ser polémicos
Sin embargo, el griefbot y sus subproductos pueden plantear serios dilemas éticos, afirma Lu, profesor de infoanalítica.
«La identidad de una persona muerta puede ser un botín fácil para un estafador. Pueden introducir los datos de esa persona en una IA y luego fingir que son un médium que se comunica con el espíritu de la persona», explicó Lu.
«Y no hay pruebas científicas de que los poderes de un médium sean válidos, ¿verdad? Nadie puede invalidarlo», afirma.
Luego está el reto de obtener el consentimiento de los difuntos, dijo Lu.
«En un futuro en el que todo el mundo conozca esta tecnología, quizá puedas firmar un documento que diga que tus descendientes pueden utilizar tus conocimientos, o prohibirlo», dijo Lu.
HereAfter.AI, empresa con sede en Estados Unidos, ofrece a los usuarios la posibilidad de subir a internet su propia personalidad. Una IA aprende de cada persona a través de fotos, registros de audio y cuestionarios, y crea un avatar digital que puede hablar con sus amigos y familiares después de su muerte.
Su fundador, James Vlahos, se pasó meses grabando a su padre, enfermo terminal, relatando recuerdos y remembranzas de su vida, para alimentar con ellos a un Dadbot que pudiera seguir viviendo cuando el hombre no pudiera.
Pero Lu dice que hay pocas posibilidades de que la típica persona que muere hoy en día haya dado ese tipo de visto bueno. Y si no lo han hecho, sería problemático incluso para sus hijos o nietos utilizar su información personal, añadió.
«Esto no significa que, si una persona falleció, otras personas tengan derecho a revelar su intimidad personal, aunque sea a familiares directos», dijo Lu.
En cuanto a Yu, el ingeniero de software, su abuelo bot ya no existe. Yu decidió suprimir el bot abuelo, explicando a Sixth Tone que temía depender demasiado de la IA como apoyo emocional.
«Estas emociones podrían haberme abrumado demasiado para trabajar y vivir mi vida», dijo a Tang.
AHORA LEE: Nvidia muestra cómo podría ser el futuro de los videojuegos con inteligencia artificial
TAMBIÉN LEE: China lanza propuesta para regular la inteligencia artificial generativa
