Ivonne Vargas

Ivonne Vargas

Laberinto Laboral

“Se necesita talento digital”, o necesitamos más mujeres en las carreras STEM (acrónimo de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, en inglés). Ambas son frases que escuchó de manera repetida en los últimos días.

Las dos representan una realidad, solo me cuestionó la novedad de las afirmaciones, pues desde hace años se habla de la reingenería del talento para atender a la industria 4.0, que genera una revolución de productos y de clientes.

Este término surgió en Alemania y se presentó en el documento ‘Recommendations for implementing the strategic initiative Industrie 4.0’, en 2013, para responder a la necesidad de este país de integrar cadenas de valor y digitalizar todo el proceso productivo.

No está de más recordar que México se suma rápidamente a cualquier término, muchas veces, sin las evidencias de estar listo para hacerlo. Eso es otra reflexión, el punto es que ya hablamos de digitalizar y automatizar procesos desde hace ocho años.

Las carreras del futuro deben estar alineadas con la digitalización

El mapa de profesionales elaborado por ISDI, escuela de negocios digital, refiere 40 perfiles digitales, con mejores salidas laborales y sueldos más altos, entre ellos científicos de datos, expertos en ciberseguridad y en e-commerce, entre otros. Insisto que esto ya lo sabíamos, no se ha descubierto el hilo negro de las profesiones.

Lo nuevo es que la pandemia aceleró el factor ‘sorpresa’, o en otras palabras, está logrando que muchas empresas y escuelas evidencien que no saben cómo aterrizar el famoso 4.0, por más que se esfuercen en desplegarlo en su mercadotecnia.

El SARS-Cov-2 disparó la automatización de procesos 10 años, apunta Montserrat Ventosa, VP Talent de la Universidad Tecmilenio, y reflexiona sobre evaluar el efecto de este fenómeno en las personas, porque hay diferentes impactos.

Comparte que el más inmediato es la necesidad de nuevas habilidades y el hecho de tener que enfocarse en tareas complejas o nuevas actividades.

Por su parte, Santiago Iñiguez, presidente de IE University comparte – de manera muy puntual- que es momento de contrastar nuestro coraje por lo que se vive con la habilidad para tomar decisiones sensatas, en circunstancias de máxima incertidumbre.

Decir que estamos en el canal 4.0 implica que empresas, universidades, reclutadores, bolsas de empleo, entre otros actores, responden a la pregunta de cómo ese profesional que está en formación o en captación puede transitar de repetir una instrucción a ocupar toda la información que recibe con estrategia, utilizando plataformas y-además- ser resiliente.

El reto no es menor.

¿Qué carrera debo estudiar? ¿La lucha es contra el robot o contra mí?

Con honestidad no todas las personas llegarán a sobrevivir en la nueva industria y se verán, o ya están, en serios problemas para conservar su trabajo. Previo a clasificar algo como actividad del futuro y llenar los blogs con esas ideas, hay que enfrentarnos a nuestra zona de confort y responder:

En el presente estoy dispuesto (a) por convicción (no por acción del jefe) a adquirir nuevas destrezas. A romper o transformar aquello que he hecho por años, y para lo creo ser bueno. Las organizaciones – por su parte- ¿saben y pueden identificar nuevas habilidades?

No me malinterpretan, la pregunta anterior no está exenta de entender que la situación en México -en lo laboral y educativo- es extremadamente retadora. Aun con ello, considero que el desafío comienza por ser más de acción que de tener recursos.

La continuación de la educación y la formación -lo que ayuda a cuestionar nuestros caminos laborales- no es común entre los mexicanos una vez egresados de su formación técnica o universitaria.

¿Cuántas personas continúan su capacitación tras terminar sus carreras?

Solo el 37% de los trabajadores activos reconocen haber participado en algún programa de capacitación durante su vida laboral, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Educación, Capacitación y Empleo, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Los robots sí están listos para trabajar en el modo revolución 4.0. Son programados. Los humanos necesitamos cambiar el chip porque, nos guste o no, seguirá la automatización y la brecha de salarios por tener o no una habilidad de alta demanda.

Estudios así lo esbozan. Los sectores que están duplicando la digitalización de puestos de trabajo, como resultado de la crisis por la pandemia, son finanzas, seguros, bienes raíces y servicios comerciales.

El resultado de esta transformación laboral es que 21% de las empresas a nivel internacional planea automatizar como resultado de la crisis por la pandemia, siendo los roles de primera línea, de administración y de atención al cliente, los puestos más digitalizados, según el estudio ‘Reinicio de la revolución de habilidades: las 3rs – renovar, reaprender, reorganizar’, realizado por ManpowerGroup.

México requiere entender cómo capacitar a los empleados

Un país como México, con vocación manufacturera, pero centrada en mano de obra intensiva, necesita entender cómo reubicar a las personas y capacitar.

Si bien, al país le ha resultado la fórmula de ser eficiente en esos procesos intensivos con salarios “competitivos”, con respecto al costo de la mano de obra en otras regiones, no hay que confiarnos. Planear es prioridad para hacer la transición de mejor forma a esta economía y talento 4.0.

Mi recomendación, al menos, es no confiarse en lo personal sino cuestionarnos cuál será nuestro rol en la gran fábrica del talento 4.0. Cual sea la carrera, nadie (o casi) estaré exento de competir con una máquina que puede automatizar. Entonces, menos queja y más atención en las áreas de oportunidad.

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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