• Cada año, parece que las nominadas al Oscar en la categoría a mejor película recaen en las mismas categorías. 
  • Siempre hay espacio para una película respaldada por Disney y una película producida por Spielberg.
  • A continuación, analizamos cómo las películas de este año encajan en el molde.

El Oscar galardona a lo mejor del cine de Hollywood y del resto del mundo, en mayor o menor medida. Sin embargo, los premios también son un claro reflejo de las personas que tienen el privilegio de votar por sus películas, documentales y cortometrajes favoritos.

Por eso, después de años de controversia sobre la falta de inclusión, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMPAS) ha intentado fomentar la diversidad entre sus filas. 

Desafortunadamente, su galardón más importante, el Oscar a la mejor película, todavía parece cumplir con ciertos requisitos que son bastante rígidos.

A continuación, desglosamos cómo las nominadas al Oscar 2021 en la categoría de mejor película encajan en el molde establecido.

La Academia siempre encuentra espacio para premiar a las películas de los cineastas estadounidenses independientes de la década de 1990

Netflix

La década de 1990 fue un momento excepcionalmente fructífero en el cine internacional.

El periodo vio la cúspide de la Nueva Ola de Hong Kong, con cineastas como Wong Kar Wai que fue aclamado internacional; en Irán y América Latina surgieron nuevos núcleos de producción cinematográfica rica en política; y en el Reino Unido, cineastas como Sally Potter, Derek Jarman y Mike Leigh produjeron algunos de sus trabajos más aventureros.

En los Estados Unidos hubo un resurgimiento similar con una nueva generación de cineastas que abrieron una ruta desde la escena independiente hasta el sistema de estudios. 

Quentin Tarantino, Paul Thomas Anderson, Wes Anderson, Sofia Coppola, Richard Linklater, Christopher Nolan y Noah Baumbach emergieron durante este periodo con debuts inteligentes que comenzaron lo que en ese momento se describió como una nueva edad de oro.

Desde entonces, en los premios Oscar siempre ha habido un espacio reservado para el trabajo de estos cineastas, también conocidos como los Sundance Kids. El crítico James Mottram los bautizó de aquella manera ya que casi todos participaron en dicho festival indie.

Este 2021, el lugar lo ocupó “Mank”, dirigida David Fincher, quien también es conocido por “El club de la pelea». 

Aunque recibió críticas moderadas, la película recibió la mayor cantidad de nominaciones al Oscar este año: 10. Este es quizás el mejor ejemplo del encanto que los cineastas de los noventa aún conservan sobre la Academia. 

Desafortunadamente, es poco probable que “Mank” gane. Los cineastas de la década de 1990 nunca se han visto favorecidos a la hora de ganar premios.

En total, el grupo solo ha podido llevarse tres estatuillas: dos pertenecen a Tarantino (en la categoría a mejor guión) y el otro es de Coppola (también por mejor guión).

Disney es la compañía más poderosa de Hollywood y produce muchas cintas ganadoras del Oscar a mejor película

Searchlight Pictures

El poderío de Walt Disney Company sobre Hollywood no tiene precedentes.

En 2019, la compañía compró 21st Century Fox por 71,000 millones de dólares (mdd). El acuerdo incluyó la adquisición de todos los activos cinematográficos y televisivos de Fox, como el sello artístico Fox Searchlight y National Geographic. 

En 2012, Disney adquirió Lucasfilm, que albergaba las sagas de “Star Wars” e “Indiana Jones”, por 4,000 mdd. Tres años antes, pagó la misma cantidad por Marvel Studios. 

Gracias a este espíritu bucanero, es imposible que pase un año sin la presencia de Mickey Mouse en la contienda por el Oscar a mejor película.

Este año, Disney está representado en la categoría a través de Searchlight Pictures, anteriormente conocido como Fox Searchlight, con la cinta “Nomadland” de Chloe Zhao.

De esta manera, el lugar de Disney es el más exclusivo de esta lista. A diferencia de los demás, esto no tiene que ver con el cine. Es únicamente una consecuencia de su dinero y poder. 

Eso no significa que “Nomadland” no sea una buena película. Curiosamente, es la favorita a llevarse la estatuilla más importante de la premiación, luego de que ganó el BAFTA y los Golden Globes a principios de este año.

No obstante, tal vez esto debería proponer consideraciones éticas más profundas: ¿sería mejor si las ganancias de taquilla se compartieran de manera más equitativa?

Steven Spielberg es uno de los favoritos del Oscar —y también las películas que produce

Niko Tavernise/Netflix

Steven Spielberg es uno de los mejores directores de cine en la historia. Siempre que lanza una película, es probable que sea nominada al Oscar. Con 10, es el director que tiene la mayor cantidad de nominaciones a mejor película.

Pero Spielberg también es un gran productor de cine y a menudo traduce su magia en una amplia gama de proyectos en Hollywood, incluyendo la polémica “Green Book: una amistad sin fronteras”, que ganó el máximo galardón del Oscar en 2019; y “1917” de Sam Mendes, que estuvo nominada en la categoría el año pasado.

Como era de esperar, tras el lanzamiento de su última cinta “El juicio de los 7 de Chicago” —que está nominada a cinco premios Oscar, incluyendo mejor película— el director Aaron Sorkin reveló que el proyecto fue concebido inicialmente por Spielberg, quien invitó lo invitó a almorzar en 2006 y le sugirió hacer la película.

No es sorprendente porque, como todos los grandes cineastas, la voz distintiva de Spielberg impregna cada proyecto que toca. 

Además de su fascinación por las grandes producciones fantásticas, Spielberg también se ha participado en trabajos históricos y políticos más serios. 

Está, por supuesto, la “Lista de Schindler” y, más recientemente, el “Puente de espías”. Las dos películas se llevaron a casa ocho premios de la Academia, en conjunto.

Spielberg siempre da forma a estos amplios temas en torno al valor de un personaje individual que rechaza la colectividad y, en cambio, promueve lo que algunos pueden describir como un optimismo infundado en la redención de las instituciones estadounidenses.  

“Spielberg realmente creo un lenguaje visual con la preocupación liberal por el individuo”, dijo recientemente la artista Hannah Black en Jewish Currents, “lo que le impide imaginar una política masiva de liberación”.

Sorkin absorbió estas conclusiones ideológicas en “El juicio de los 7 de Chicago”, que para muchos críticos fue su ruina; pero funciona bien con audiencias masivas y con la Academia. 

Cada año, una cinta que es amada únicamente por los críticos es nominada a mejor película

Sean Gleason/Sony Pictures Classics

La pandemia del Covid-19, que provocó el cierre de los cines en todo el mundo, ha hecho que sea extremadamente difícil ver muchas de las nominadas a mejor película este año.

En algunos países, algunos cines a penas están reabriendo sus puertas, por lo que no han tenido la oportunidad de disfrutar de muchas películas.

Sin embargo, todos los años, siempre parece que hay una cinta que la mayoría de la audiencia no ha visto. Su popularidad proviene completamente de los críticos.

Ahora, este comentario no pretende halagar a los críticos de cine. Actualmente, no hay uno que sea de lectura obligatoria.

En todo caso, este fenómeno expone la burda posición que ocupan los críticos en la estrategia de premios: mostrar un largometraje a los críticos en festivales y proyecciones privadas, generar expectativas en los premios, ganar unos cuantos galardones y utilizar toda esa popularidad para impulsar tus números en las taquillas con un estreno general.

Por ejemplo, la selección de la crítica de este año es “El padre”, una adaptación de una obra de teatro francesa premiada: “Le Père”.  

La película —que sigue la relación de una hija con su anciano padre que sufre de demencia— debutó en el Festival de Cine de Sundance del año pasado. Luego contó con proyecciones en el Festival Internacional de Cine de Toronto y el Festival AFI, donde los críticos elogiaron las actuaciones de Anthony Hopkins y Olivia Colman. 

Desde entonces, la película se ha proyectado en estados selectos de Estados Unidos y obtuvo dos premios BAFTA, aunque no tiene una fecha de estreno confirmada en el Reino Unido.

Nunca es aconsejable mirar de cerca el funcionamiento interno de una entrega de premios de Hollywood. Es cierto que en otras industrias este tipo de tráfico de información privilegiada se describiría como moralmente dudoso; pero, por lo general, la relación entre los críticos y los premios a menudo se puede utilizar como una fuerza que lucha por el bien.

Las películas más pequeñas y que no tienen el peso de anteriores ganadores del Oscar —como Hopkins o Colman— pueden atravesar el ruido del sistema de los estudios enloquecidos por el dinero de Hollywood y encontrar una nueva audiencia masiva. 

El público habitual también puede elevar a las nominadas en la carrera a mejor película

A24

La más igualitaria de las características y, a menudo, una reprimenda de la corriente principal de Hollywood o de la política de la épica, es la elegida por el público.

Como su nombre lo indica, es la cinta defendida por los fanáticos comunes que pagaron para verla en sus cines locales y pelearon para que fuera considerada para ganar el Oscar.

En los últimos años, este lugar se ha convertido cada vez más en sinónimo de ser una cinta producida por A24, la distribuidora de películas independientes de Nueva York. 

En 2017, la compañía recibió su primer estatuilla a la mejor película con “Luz de Luna” de Barry Jenkins, quizás la elección más importante de la gente. 

Este año, A24 presentó al público un campeón entrañable con “Minari”, el drama triunfal de Lee Isaac Chung que sigue la historia de una familia coreano-estadounidense mientras construyen su vida en el medio oeste. 

El problema de los premios Oscar

Con estas nominaciones grabadas en piedra, siempre es interesante ver qué dirección tomará la Academia.

En los últimos años, se ha vuelto igualmente interesante ver cómo la transmisión de los Oscar se mantiene a la altura de los espectadores. 

Durante la última década, los índices de audiencia de la noche más importante de Hollywood han caído continuamente, algo que la Academia inicialmente atribuyó a la falta de entusiasmo por las películas nominadas y trató de remediar con un intento fallido de presentar una categoría popular.

Pero el año pasado, una gran parte de la población estuvo en casa viendo películas y programas de televisión. Entonces, en teoría, la emoción por una celebración de las películas debería estar en su punto más alto. 

Otra fuerte caída en la audiencia podría indicar que el problema no es con las películas nominadas, sino con la idea de un programa televisado en el que se entreguen premios competitivos a la producción cinematográfica.

Vamos a esperar y ver. 

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