• Estados Unidos aprobó con rapidez un paquete de 22 billones de dólares para apoyar empresas y hogares a sortear la quiebra y el desempleo.
  • La falta de coordinación, gran demanda, confusión en las oficinas, fallas tecnológicas impiden que el dinero llegue a los destinatarios.
  • Si el dinero no llega, se corre el riesgo de que la recesión se profundice y se alargue, al igual que los daños para los beneficiarios.
  • Donald Trump rechaza que las ayudas no lleguen pero empresarios y desempleados aún no ven el dinero en sus manos.

El plan de ayuda del gobierno de Estados Unidos para proteger a la economía de la crisis del coronavirus fue promocionado como una ráfaga de dinero por desempleo para los ciudadanos y en forma de crédito para las empresas por 22 billones de dólares; sin embargo, hasta el momento el programa está atorado y el efectivo no llega a sus destinatarios.

Desde fallos tecnológicos hasta la confusión en torno a la letra chica de las medidas, los retrasos en los pagos van en aumento. La confusa respuesta del gobierno federal de Estados Unidos amenaza con profundizar y prolongar una recesión ya histórica por lo súbito de su irrupción.

Los estados del país tienen problemas para procesar una montaña histórica de solicitudes de subsidios por desempleo con una tecnología obsoleta. Las grandes empresas, incluyendo las más afectadas por la imposición de medidas de distanciamiento social están a ciegas sobre los detalles de los préstamos.

Las pequeñas empresas que necesitan efectivo desesperadamente se cuentan por millones, mientras los bancos batallan con el papeleo para poner en marcha los préstamos.

La Reserva Federal, que planteó la compra de deuda para amplios sectores del sistema financiero y grandes empresas, aún no ha concretado su promesa.

Para empeorar las cosas, los 2.3 billones de dólares en ayuda que fueron aprobados por el Congreso a finales del mes pasado no son ni de cerca suficientes, advierten las empresas.

Cada día que pasa sin esos apoyos supone «un daño innecesario para las empresas y los hogares en todo Estados Unidos», dijo Gregory Daco, economista jefe de Oxford Economics.

Un proyecto que fue rápido en legislar y lento en aplicar

capitolio
Reuters

La rapidez se consideró esencial cuando el llamado proyecto de Ley CARES fue aprobado el 27 de marzo. Este disponía de 2.3 billones de dólares para dar ayuda por el desempleo, las pérdidas en salarios e ingresos provocadas por la orden de confinamiento para contener al coronavirus.

En aquel momento, republicanos y demócratas, presentaron un inusual frente unido. La mayoría de economistas acordaron que no era momento para discutir aspectos como implicaciones morales, incentivos erróneos o los peligros para la deuda pública.

A medida que aumentaban los casos de Covid-19, la enfermedad respiratoria causada por el coronavirus, también lo hacía la preocupación de que sin un amplio respaldo del gobierno, las empresas quebrarían y los hogares dejarían de pagar sus deudas a tal magnitud que provocaría el colapso del sistema financiero.

En lugar de una breve recesión en forma de «V», con una profunda caída seguida de un rápido repunte, el retraso de la ayuda fiscal generaría más problemas, por más tiempo.

Los estados atienden solos las solicitudes de ayuda por desempleo

cierre de negocios en Estados Unidos
Reuters

Pero la teoría y la práctica no se han puesto de acuerdo.

Los estados han tenido que enfrentarse en solitario al enorme volumen de solicitudes de ayuda por desempleo, que se dispararon. Más de la mitad de ellos, incluidos California, Nueva York y Pensilvania, siguen dependiendo de sistemas informáticos centralizados con décadas de antigüedad.

La extensión de la ayuda por desempleo a los trabajadores esporádicos, un punto clave de la ley de rescate, aún no ha sido explicada. El calendario de ejecución de otro tipo de subsidio individual, consistente en cheques de hasta 1,200 dólares por persona, también sigue sin estar claro.

Las principales empresas del país, incluidas las aerolíneas, que podrán obtener préstamos directos en virtud de la ley de emergencia de 2.3 billones de dólares, siguen esperando una explicación detallada del Departamento del Tesoro sobre cómo y cuándo podrán acceder al dinero.

Los pagos a las pequeñas empresas siguen siendo promesas

apoyo a empresas en estados unidos
Reuters

Tal vez lo más inquietante para los millones de pequeños restaurantes, fabricantes y otros negocios considerados la columna vertebral de la economía estadounidense sea que la promesa de pagos rápidos y préstamos condonables se ha quedado en nada.

Cuando el «Programa de Protección de Nóminas» de 350,000 millones de dólares fue presentado la semana pasada, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, dijo que los pequeños empresarios podrían «entrar en un banco (…) y obtener dinero» a partir del viernes pasado.

Sin embargo, se han topado con un laberinto burocrático.

Las entidades de crédito se han quejado por la información contradictoria o incompleta por parte del Tesoro. Las firmas dicen que los bancos no han proporcionado o han limitado el acceso al crédito de sus clientes.

«Esto ha sido un desastre», dijo a Reuters un empleado de una entidad bancaria del centro del país.

Las peticiones de crédito exceden al programa

el presidente donald trump
Reuters

La puesta en práctica del programa de crédito ha sido tan irregular que la Reserva Federal tuvo que intervenir el lunes con una amplia oferta dirigida a los bancos para trasladar los préstamos a las pequeñas empresas a un nuevo programa propio.

Ni siquiera el dinero de emergencia a modo de tiritas ha aparecido. Quienes solicitaron acogerse al programa de préstamos rellenaron una casilla para recibir 10,000 dólares como adelanto del préstamo en tres días. Más de una semana después, varios de los solicitantes dijeron a Reuters que no habían recibido el dinero.

Mnuchin pidió el martes al Congreso 250,000 millones de dólares adicionales para el programa, superado por la demanda de las empresas. En tanto, el presidente, Donald Trump, ha negado la existencia de fallos en el programa.

El sábado, Trump dijo no haber oído de ningún defecto en su plan de préstamos.

«Eso es totalmente falso. Estamos muy por delante del calendario», afirmó.

Con información de Reuters

AHORA LEE: Cómo proteger tu bolsillo durante la cuarentena y después ante la crisis económica que se avecina en México

LEE: La economía de México tardará hasta más de 2 años en recuperarse del coronavirus, prevén analistas

Descubre más historias en Business Insider México
Síguenos en Facebook , Instagram y Twitter