El pasado 8 de marzo se conmemoró el Día Internacional de la Mujer, una fecha que se ha utilizado como un grito de auxilio, un día para demandar con la inequidad y cerrar la gran brecha de discriminación y violencia de género.
El derecho mexicano ha tratado de evolucionar poco a poco, buscando el respeto a los derechos de la mujer; iniciativas de ley, reformas y amparos han sido aprobados u otorgados, pero ¿para qué sirve tanto cambio en nuestra legislación, si la cultura machista y discriminación en México sigue predominando?
El cambio a través de iniciativas de reforma ¿mito o realidad para abatir la inequidad de género?
En teoría, según nuestra Constitución, a todas las personas se les deberá de respetar sus derechos y no se les podrán restringir o suspender. Aún así, estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) establecen que aproximadamente a 1 de cada 3 mujeres en México se les han violado sus derechos.
A través de los años se han presentado muchas iniciativas para reformar las leyes mexicanas, entre ellas, el Código Civil Federal. Los legisladores consideran que a través de políticas y mecanismos públicos se pueden erradicar los estereotipos y discriminaciones hacia las mujeres.
Las iniciativas de ley varían, por ejemplo:
• En el 2019 se sometió un proyecto que buscaba erradicar los estereotipos, ya que el artículo 308 del Código Civil Federal da a entender que existen trabajos “adecuados” dependiendo del sexo de la persona.
“Los alimentos comprenden la comida, el vestido, la habitación y la asistencia en casos de enfermedad. Respecto de los menores los alimentos comprenden, además, los gastos necesarios para la educación primaria del alimentista, y para proporcionarle algún oficio, arte o profesión honestos y adecuados a su sexo y circunstancias personales.”
• Por otra parte, se han presentado iniciativas que buscan romper con costumbres que la sociedad a llegado a desarrollar, por ejemplo, el derecho de decisión para escoger el orden del apellido de descendencia. Esta iniciativa que reforma el artículo 58 del Código Civil Federal establecía que el orden de los apellidos deberá ser escogido por los padres de común acuerdo y no debe de anteponerse el del hombre por tradición.
¿Qué otras iniciativas existen para combatir la inequidad de género?
Vivimos en una sociedad con marcadas prácticas de discriminación, por ello el pasado 28 de febrero se presentó un proyecto de decreto que busca reformar el artículo 1839 del Código Civil Federal para invalidar cualquier cláusula contractual que limite la capacidad jurídica de la mujer o fomente la desigualdad estructural.
La ley permite que los contratantes en un contrato establezcan cualquier cláusula que consideren conveniente mientras sea lícita, por lo que se han presentado abusos a esta laguna en la ley.
Entre ellos, existe el caso del Amparo Directo 9/2021 en contra de un convenio de divorcio, donde el hombre estableció las siguientes condiciones para la donación de propiedad:
- Que la mujer se mantuviera soltera;
- no recibiera visitas masculinas en el inmueble en donación;
- que no contrajera matrimonio y
- habitara el inmueble exclusivamente con sus hijos.
El caso llegó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y ésta estableció que las condiciones resolutorias violentan los derechos de decisión de vida de la mujer.
Por ello los legisladores, a través de este proyecto de reforma, buscan establecer explícitamente en el Código Civil Federal que las cláusulas convenidas no pueden limitar la capacidad jurídica de la mujer.
¿Con las reformas a la ley existiría algún cambio?
La respuesta es no, el cambio va muchos más allá de reformas a nuestra legislación, pero de alguna forma se debe de empezar. A través de estas iniciativas de ley empezamos a concientizar a la sociedad mexicana con el fin de cambiar el “chip” de un sistema patriarcal.
En un mundo ideal no serían necesarias estas reformas, puesto que sería evidente que se está atentando contra los derechos de otra persona. Es conocimiento general para cualquier abogado que para que un contrato sea válido se deben cumplir con ciertos requisitos esenciales y de validez, el atentar contra los derechos de otra persona hace que este no cumpla con los requisitos, por lo que el contrato no debe surtir efectos y se deberá entender como no interpuesto.
La igualdad y no discriminación son derechos básicos y fundamentales de toda persona. Nuestro ordenamiento jurídico se ha transformado en los últimos 50 años, abriendo el paso a la igualdad.
Pero estos cambios se ven reflejados en papel, las autoridades que las hacen valer no necesariamente concuerdan con esta evolución.
Está en nosotros educar a quienes nos rodean sobre la situación actual de exclusión y violencia contra las mujeres, para empezar a ver un cambio.
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