Cristian Huertas

Cristian Huertas

El Bitcoin superó esta semana, por primera vez en la historia, el precio de un millón de pesos por unidad; ello gracias al anuncio de Elon Musk —quien compró a través de Tesla 1,500 millones de dólares de esta criptomoneda—. La volatilidad de este activo es altísima, pero su popularidad ha permitido que cada vez más personas se vean atraídas a invertir o, al menos, a indagar de qué se trata.

La idea de esta serie de columnas es  hablar, en un lenguaje sencillo, de qué es Bitcoin, cómo surgió, por qué es tan polémico y revolucionario y a qué se debe su altísima volatilidad.

Generalidades del Bitcoin

El Bitcoin se lanzó en 2009 por una persona con el pseudónimo de Satoshi Nakamoto; se presume que es un pseudónimo, porque a pesar de que hay personas con ese nombre que han reclamado la autoría del paper que dio vida al Bitcoin, no está del todo clara la identidad del autor.

Por definición del sistema de Bitcoin, hay sólo 21 millones de Bitcoins; esta cantidad no se controla por ninguna autoridad central, ningún banco central, ningún gobierno. Desde un inicio, se determinó que esa era la cantidad de Bitcoins que podría haber.

Los Bitcoins se crean a través de la solución de complejos cálculos matemáticos, realizados por computadoras, y el sistema está diseñado para que cada vez sea más difícil solucionarlos. A esta actividad se le llama minería y tiene como propósito darle un valor a la moneda emanado de la escasez del activo, así como del trabajo necesario para obtenerlo. Los Bitcoins minados pueden comprarse y venderse en el mercado y pueden obtenerse fracciones o unidades enteras. La unidad más pequeña se denomina satoshi —en honor a su fundador—. 100 millones de satoshis equivalen a 1 Bitcoin.

El Bitcoin está soportado por un sistema descentralizado de computadoras que se pueden conectar de manera directa. Es decir, no hay un sólo lugar en donde se registran todas las operaciones que se realizan de Bitcoins (de minería o de intercambio). En contraste, las operaciones de emisión o de intercambio del peso mexicano son conciliadas y registradas por el Banco de México. En el caso del Bitcoin, esta acción la realizan de manera simultánea todos los participantes del sistema.

Este registro de operaciones es público, cada vez que se hace un cambio —por pequeño que sea— se registra en una cadena de operaciones, que puede ser revisada por cualquier persona. Esta cadena de operaciones no se guarda en un solo lugar, sino de manera simultánea por los integrantes del sistema. El procesamiento de la información es igual al de minado y por cada transacción que se mina/procesa, se recibe un porcentaje de esa transacción.

Estas características permiten que el sistema de Bitcoin sea sostenible y virtualmente inmune a ataques cibernéticos. Para hackear el protocolo de Bitcoin, se deberían atacar a más del 50% de los participantes del sistema; para hacerlo sería necesario ejecutar un nuevo proceso de minado. Esto sería extremadamente costoso, tanto que resultaría más rentable utilizar ese poder computacional para minar. Estas características hacen muy atractivo a Bitcoin para intercambiar valor.

Bitcoin como unidad de resguardo de valor

Lo mencionado anteriormente no tendría sentido si las personas que hacen parte del sistema no creen que hay valor en ese activo. Para qué mineros, para qué complejos cálculos si no hay nadie que lo use.

Bitcoin empezó a ser popular, primero entre criminales, y de ahí parte de la fama que ha ganado como un sistema que favorece al crimen. The Silk Road, era un sitio de internet, que operaba en la dark web, que facilitaba el intercambio de armas y drogas, permitía contratar asesinos a sueldo y un sin fin más de operaciones; su moneda de intercambio era el Bitcoin. Cuando el FBI, desmanteló el sitio y arrestó a los operadores, confiscó computadores que contenían cerca de 150,000 Bitcoins —lo que hoy equivale a 7,500 millones de dólares.

El uso y potencial de Bitcoin se empezó a propagar en operaciones menos oscuras, gracias a que facilitaba el intercambio de distintas monedas Fiat, es decir, aquellas emitidas por bancos centrales.

Por ejemplo, para hacer una operación entre Estados Unidos y España se debería hacer el cambio de dólares a euros. Hoy en día hacer ese tipo de operaciones puede tomar varios días si se hace por métodos convencionales. Usando Bitcoin, por el contrario, la persona que enviaba el dinero hacía el cambio de dólares a Bitcoins, los enviaba, y quien recibía los cambiaba por euros, todo de manera digital. Esto propagó el uso de exchanges de criptomonedas como Bitso (en México).

La volatilidad del Bitcoin

Aunque el número de personas que creen que el Bitcoin es un medio de intercambio, son pocos (pero ruidosos) los que creen que realmente funciona como unidad de resguardo de valor. Esto se debe a la altísima volatilidad del activo.

Imagina que vas a comprar un Tesla Model 3, y el precio es 1 Bitcoin. Hace 2 meses ese Bitcoin equivalía a aproximadamente 600,000 pesos; hoy vale algo más de 1 millón; sin embargo, en un par de meses podría valer 200,000 o $2 millones de pesos.

El problema es que la estructura de costos e ingresos de quien compra y quien vende no está basado en Bitcoins sino en Fiat, y al menos en mi opinión va a ser extremadamente difícil que esto cambie por un tema de soberanía. Pero de esto hablaré en la siguiente columna.

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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